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Argentina Argentina · Quilmes
Críticas de Ronin
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
10
16 de febrero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los doctores Ray Stantz, Egon Spengler y Peter Venkman son un grupo de científicos frikis especializados en una y mil ciencias ocultas, seguidores de todo lo extraño y paranormal, y con un genio tan impresionante como... impráctico. Esto hace que fracasen en todos sus emprendimientos y sean expulsados de forma deshonrosa de su Universidad. Es cuando ellos deciden tomar la decisión más loca y, en cierto punto, romántica: apostar sus vidas enteras a profundizar y capitalizar la investigación paranormal... y dedicarse a cazar fantasmas, no tanto por ser justicieros o bienhechores, sino por el más puro capitalismo.

Pero, sin duda, los que verdaderamente son héroes son Dan Aykroid, Harold Ramis y Bill Murray. Los dos primeros pensaron y pusieron en marcha la idea de una historia así, tan extremadamente original para su época como para la nuestra. La idea de un grupo de luchadores contra los fantasmas es tan extremadamente fantástica, inverosímil y nueva que la convierte en una apuesta muy fuerte. Aykroid y Ramis se jugaron la vida a todo o nada, a crear la ridiculez más grande del cine... o un clásico inmortal. Y para definir la balanza está el héroe Bil Murray, estrella consagrada del Saturday Night Live, que se suma al equipo para otorgarle una inyección de carisma, humor, desfachatez, frescura. Precisamente, todo lo que amamos del cine de los '80. Prácticamente, se carga la película al hombro liderando todas las escenas, pero en la medida justa para que a su alrededor todos los demás, desde una Sigourney Weaver que te conquista como un Harold Ramis entrañable y una Annie Potts sarcásticamente perfecta, brillen también.

Esta película nos presenta una sumatoria de puntos altos, pero el mayor es sin dudas su banda sonora. Ya obviando el clásico inmortal de Ray Parker (punto suficiente para que sea un éxito con sólo nombrarla), la musicalización es icónica, los pianos de las escenas divertidas acompañándonos en las sonrisas, la música romántica del encuentro entre Peter y Dana, y la canción "Magic" en el momento en que todos los fantasmas son liberados ("Please.... please.... pleeeeeeeaseeee....").

Ghostbusters, por su propio poder de fascinación, se ganó desde el principio el derecho a la subjetividad, a que la juzguemos, más que por sus detalles técnicos o imperfecciones, por la fascinación que provoca cada vez que la vemos de nuevo. O sea, lo más importante.
Ronin
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10
3 de junio de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con todo el potencial que implica estar ubicada entre las destacadas de la época dorada de la animación Disney. Nos narra una historia que hasta entonces era potestad exclusiva de los estudiosos amantes de la mitología grecoromana: el semidios Hércules (Heracles). Y ya desde el vamos, lo hace con un desenfado y una libertad (algunos dirían liviandad) que no sólo la convierten en algo "digerible", sino que hasta la da un sabor muy especial, un encanto en verdad.

Yo creo que la marca característica de las películas más épicas de Disney es y será su banda de sonido. Más allá de la canción principal ("Go the Distance", una maravillosa canción de superación personal cantada por Michael Bolton, que indudablemente está en la banda de sonido de cualquier niño que sueñe con ser un atleta y llegar bien alto, pero que en la versión latina fue echada a perder y convertida en una canción romántica de Ricky Martin) y lo divertido que es escuchar una canción cantada por Danny DeVito caracterizando a un simpático sátiro, la película se la lleva el coro de musas encargadas de narrar la historia. Disney nos sorprende mezclando mitología griega con... ¡Gospel! Los clásicos coros de las iglesias norteamericanas, con melodías llenas de vigor y alegría, nos vigorizan cada introducción, convirtiendo la narración en prácticamente una fiesta. Cabe destacar el motivo por el cual se eligió en particular este ritmo. "El Gospel es un estilo musical que suele ser usado para alabar a Dios. Y en la película, las musas alaban a los dioses". Razonable.

Otro detalle a remarcar es que, si bien la historia habla sobre una leyenda de miles de años de antigüedad, NO la narra, sino que simplemente la adapta. Muchísimas cosas sobre la leyenda de Hércules son pasadas como simples anécdotas: el protagonista de bebé estrangulando a dos serpientes, o las famosas doce tareas de Hércules siendo pasadas a toda velocidad durante la canción "Zero to Hero" sin darle nada de profundidad. Esto es un poco decepcionante para los que desde pequeños fuimos admiradores de esa mitología, pero es entonces cuando nos cae la ficha de que, en realidad, la función de esta película no es enseñar (quien quiera saber más, que estudie por su cuenta como corresponde), sino de acercar estos temas a la juventud, y entretener mientras lo hace.
(Admitámoslo, hubiera sido chocante que en la película todo comenzara con Zeus siéndole infiel a Hera y dejando embarazada a una humana...)

La narración de la historia es dinámica, ultra dinámica, por no decir veloz y apresurada. Sus personajes son graciosos y sencillos, destacándose dos en especial: Hades, un villano histriónico, cínico, de un humor ácido y fuerte, nunca antes visto en una peli de Disney; y Megara, otra joyita que rompe de golpe con los esquemas de las princesas Disney hasta el momento: las chicas anteriores eran dulces, cándidas, inocentes, muy de cuento de hadas. Megara se presenta diciendo "Soy Megara, pero mis amigos me dicen Meg... o lo harían si tuviera amigos...". Ella es sarcástica, desenfadada, irónica, comportándose siempre como si todo le importara nada. Un soplo de aire fresco para los que nos habíamos empalagado con las cursilerías de las historias de amor anteriores. Meg se enamora, pero no idealiza (la canción "I won't say I'm in love" lo dice todo).

Disney nos brinda de manera maravillosa otra de sus historias fantásticas, de esas que queda claro que no son sólo para niños, sino para toda la familia. La escena de "Zero to Hero" donde comparan a un Héroe con una estrella deportiva o de rock, y todos se hacen ricos a puro merchandising, es simplemente épica!

Lo único malo es lo increíblemente apresurada que es. Por eso no llega al peso que tienen otras obras maestras como The Lion King o Tarzan, pero sin dudas que Hércules es una película que se disfruta, y se disfruta muchísimo.
Ronin
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3
10 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una mezcolanza de historias poco desarrolladas y que nunca llegan a interesar del todo. Para empezar nunca hay "terror", las historias juegan a crear un suspenso que jamás consigue escalar porque salta de una trama a la otra haciéndonos perder y prometiéndonos un clímax entre todas que tropieza y cae. La única trama "decente" es la de la escuela, la única que se desarrolla de manera ininterrumpida y recurriendo a diálogos y luces, pero peca por ridícula. Las demás ya son una parodia. La trama de las víctimas del accidente es un intento ruin de emular una metáfora de zombies urbanos; la del bullying es pesadísima; la del hotel es un intento estúpido de incluir sexo porque sí (lo cual nos hace pensar que el público al que apunta está película tiene la vara muy baja y las hormonas muy altas) y la de los coches directamente no se entiende qué quisieron contar.

Aún a pesar de lo mala que es, deja una sensación de que en el próximo intento los hermanos Rotstein podrían tomárselo más en serio y aprender de los veinte mil errores que cometieron acá.
Ronin
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3
7 de agosto de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quienes leemos "Gehenna" y sabemos un poco de historia lo relacionamos al nombre que se le daba al infierno en los evangelios, y al ver una película titulada así, pensamos en una película de terror infernal de proporciones bíblicas. Y en cambio, nos encontramos con un thriller que pretende generar claustrofobia y termina generando tedio.

Es una producción de presupuesto bajísimo, por lo cual la vara para medirla no debe estar tan alta. Pero aún así, no podemos negar que su nivel artístico y de originalidad deja muchísimo qué desear. La principal decepción es que su "principal" atractivo como película de terror se basa en la mentira de poner en primer plano en los títulos a dos grandes nombres como Doug Jones y Lance Henriksen, puesto que ellos apenas aparecen unos cuantos segundos en pantalla. Los auténticos protagonistas son un grupo de los mismos estereotipos de siempre haciendo una historia que si no fuera por un detalle original, sería totalmente genérica.

Luego de una introducción mostrando un sacrificio ritual que no tendrá nada que ver con lo siguiente, y un flashback de pocos segundos que también es innecesario, conocemos a un grupo de yankis enviados por una corporación inmobiliaria a revisar un terreno en una isla tropical que fue comprado ignorando advertencias sobre maldiciones indígenas. Por supuesto, en el centro una rubia hermosa estereotipada, acompañándola un arquitecto joven que brinde la tensión sexual con ella; un asesor que será el obvio macho fuerte e imbécil que genera problemas; un jovencito encargado de filmar y del asesoramiento ecológico que será el personaje gracioso y descontracturante; y como extra un guía nativo estereotipado como ignorante y narrador de supersticiones. El grupo encuentra en su terreno un bunker oculto desde la segunda guerra mundial, el cual obviamente se pondran a explorar de manera irresponsable ignorando advertencias de los locales, y quedando encerrados a merced de los poderes misteriosos pero convenientemente comunicativos con ellos que habitan el lugar y los enfrentan a sus propios fantasmas, en un intento de un Silent Hill traído de los cabellos, mezclados con unos viajes en el tiempo puestos sólo para que no quede tan vacío el guión.

No se puede negar que la vuelta de tuerca que tiene es original y meritoria, pero el camino que hacemos hasta llegar hasta ella es tan tedioso que nos impide disfrutar totalmente de la obra. Esta clase de películas se enfocan más en la expresividad y la química que muestran sus integrantes, y por desgracia aquí ese punto adolece bastante, prefieren concentrarse en la belleza de la protagonista como único atractivo a explotar, ignorando todo el resto. Una auténtica pena. Porque era posible crear algo de mayor calidad con las mismas herramientas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ronin
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4
14 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película más que nos muestra a Nueva York como la tierra santa del capitalismo, esta vez enfocado desde el mundo de la moda. "El Diablo viste de Prada" se nos presenta como la típica historia de la chica fea y sencilla que cumple el sueño de Cenicienta y pasa a tener una vida de glamour y vestidos lujosos (los que harían gritar histéricamente a cualquier chica que no tenga nada en contra de los estereotipos machistas de frivolidad femeninos). Sólo que esta "mágica transformación" viene combinada a un mensaje ultra siniestro: el éxito justifica el despotismo y la explotación laboral. Nos dan la bienvenida a ver durante casi dos horas a Andy Sachs (una Anne Hathaway cada día más convencida a hacer papeles de chica linda disfrazada de chica fea que luego se vuelve hermosa por medios artificiales) sufriendo abusos y maltratos laborales por parte de la jefa de la revista Runway, Miranda Priestly (una Meryl Streep capaz de convencernos de todo menos de que no inspiró su papel en Anna Wintour).

La cinta se dedica a magnificar la figura de la líder de una revista de modas (que está obviamente basada en Vogue), a mostrarnos que la única persona que importa es el líder, y todos los demás son simples peones descartables, a los cuales es perfectamente lícito humillar, descartar, desesperanzar y someter a abusos laborales que van desde el menosprecio, las exigencias absurdas tanto desde las órdenes a la estética personal. La historia no busca realizar una crítica sobre tal sistema, sino simplemente reflejarlo, e incluso hacernos admirarlo. Vemos a Anna Hathaway sufriendo cuando no se adapta al sistema por ser una chica "demasiado normal" y esperar ser tratada justamente, y, luego de una charla con Nigel, el director de arte (un Stanley Tucci convertido en un ángel guardián, dispuesto a convertir a "sapos" en princesas supercool), comprende que el éxito radica en renunciar a sus particularidades personales como si no valieran nada, y adaptarse sumisamente, tanto en lo laboral como mentalmente, al sistema, convirtiéndose ella en una esclava perfeccionista vestida cada día de grandes diseñadores. Y el conflicto viene cuando su círculo íntimo (sus dos amigos y un novio que parece más modelo que cualquier tapa de Vogue que hayas visto) empiezan a mirarla mal por ello y hacerle feos gestos por llegar tarde a un cumpleaños.

Es, básicamente, una oda al ego, a la frivolidad, al triunfo de las ambiciones laborales, prostituir el alma (y poco más que eso, recuerden el "estoy a una diarrea de estar en mi peso ideal") en pos a un buen nombre, y una moraleja ligada a cuestionar las decisiones personales, y jamás al sistema. Las chicas a las que va apuntada la película necesitan tener un sentido crítico de la vida muy avanzado para escapar a caer en terminar la película siendo una más de "el millón de chicas que matarían por estar en tu lugar". Porque las cosas están bien como están, y si no te gusta lárgate. ¿O qué harás, empezar a exigir que se respeten las condiciones laborales básicas? ESA sería la verdadera comedia dramática...
Ronin
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