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España España · Santa Coloma de Gramenet
Críticas de Chacal
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Críticas 143
Críticas ordenadas por utilidad
7
27 de enero de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El regreso de Godzilla a las pantallas cinematográficas en 1984 tras 9 años de descanso resultó ser un buen éxito en la taquilla japonesa que hizo que la bestia volviera a su merecido trono. Si bien para la siguiente entrega habríamos de esperar 5 años. Para la nueva propuesta de la saga, Toho pensó una estrategia novedosa para involucrar a los fans. Se animó a que éstos enviaran sus propios guiones para escoger uno que fuera la base argumental de la nueva entrega de la saga. Para el concurso se presentaron nada más y nada menos que 5000 guiones diferentes, algunos se utilizaron para otros films que no tenían nada que ver con la saga. En uno de ellos se planteaba el enfrentamiento de Godzilla contra un superordenador, esta historia se convirtió en el film japonés Gunhed (1989). Un guión en donde se relataba una historia delicada y poética sobre un científico el cual pierde a su hija y ésta se reencarna en una especie de flor monstruosa llamó la atención a Toho. El guión fue escrito curiosamente por un dentista japonés llamado Shinichiro Kobayashi. Esta historia se convirtió en Godzilla contra Biollante (1989).

Godzilla contra Biollante fué quizás el film que acabó por modernizar al personaje a las nuevas generaciones con una propuesta que incorporaba muchas influencias del cine ochentero y norteamericano de la época. Todo se lo debemos al recién llegado a la saga, Kazuki Omori, el cual junto a ésta entrega y la siguiente, Godzilla contra King Guidorah (1991) logró renovar totalmente la saga. El film incorpora conceptos como el de la manipulación genética o el espionaje industrial. Además Biollante no tiene nada que ver con ningún enemigo al que se haya enfrentado Godzilla anteriormente. Un monstruo orgánico y tentacular que vendría a ser una mezcla entre La Cosa (1982) y la planta de La pequeña tienda de los horrores (1986), inicialmente apareciendo como una rosa desproporcionada y luego evolucionando a una enormidad monstruosa con cabeza de cocodrilo. Lo más interesante de esta bestia es (aparte de su poquísima presencia en pantalla) su origen genético/espiritual ya que el científico derrumbado por la muerte de su hija mezcla el ADN de ésta con una rosa y con células de Godzilla naciendo la criatura vegetal. Godzilla es el protagonista absoluto del film (de nuevo) así cómo las estrategias militares para derrotarlo. Otro elemento interesante es la absoluta continuidad respecto a la anterior entrega ya que el film empieza al día siguiente del final de Godzilla (1984) con la reconstrucción de Tokyo, además se respeta que Godzilla aún continúe atrapado en el volcán. Esta continuidad entre las entregas será una particularidad de esta Serie Heisei (1984-1995) hasta el punto que casi parecerá una serie de televisión. Otro que se estrena en la saga es el encargado de los efectos especiales Koichi Kawakita, el cual con esta entrega se erige como el auténtico sucesor de Eiji Tsuburaya. El trabajo que Kawakita realiza en este film y que realizará hasta el año 1995 es para quitarse el sombrero con un nivel técnico en las escenas de destrucción impresionante (con planos desde el suelo o aéreos). Además el diseño de Godzilla se remodeló a un aspecto musculoso y totalmente animal y asalvajado y que se ha convertido en el diseño más famoso y recordado de la bestia japonesa añadiendo animatronics para las escenas donde solo aparece la cabeza de la bestia de un nivel perfecto. Godzilla contra Biollante (1989) es la entrega técnicamente más perfecta hasta el momento. Las 2 batallas del film están rodadas magníficamente, atrás han quedado las luchas de sumo ridículas de los años 70, aquí los monstruos luchan como animales de verdad.

Otro punto interesante es la inclusión de la telepatía con la aparición de un personaje femenino llamado Miki Sagusa la cual tiene poderes telequinéticos capaz de saber donde está Godzilla. El personaje, carismático, aparecerá como secundario en el resto de entregas hasta 1995. Sin duda, fantástica la escena en donde todos los niños telequinéticos enseñan lo que han soñado en forma de dibujo y todos ellos son Godzilla.

Por otro lado hay ciertos aspectos del film que rechinan. No contentos con tener un Súper-X en Godzilla (1984), en ésta tenemos al Súper-X 2, más y mejor que el anterior aunque técnicamente deje mucho que desear. Además con tantas subtramas: espionaje industrial, puñaladas entre gobiernos de diferentes países, persecuciones, tramas científicas, telepatía y además los monstruos gigantes... El conjunto se haga largo y por momentos bastante poco interesante hasta que aparece Godzilla. Además, no era necesario que la banda sonora fuera tan molestamente parecida a John Williams, por momentos parece que estés viendo un film de un Spielberg japonés, aunque se quisiera acercar al cine ochentero del momento, el resultado rechina. Y sencillamente horripilante el momento final en donde aparece la cara de la hija muerta del científico flotando en los cielos.

Godzilla contra Biollante es un film que merece más atención de la que tuvo, es un film que moderniza totalmente la saga con planteamientos novedosos aunque con las ansias de querer abarcar mil conceptos diferentes el film se vuelva algo irregular y caótico en su primera mitad pero imbatible en sus momentos monstruosos. La taquilla del film en Japón fue bastante floja con únicamente 2 millones de espectadores por lo que Toho decidió recuperar a los monstruos más famosos de la saga (King Guidorah o Mothra) y dejarse de modernidades. Por cierto, Godzilla contra Biollante se estrenó en video y LaserDisc en EEUU en 1992 y fue el primer film de la saga en llegar intacto (sin remontajes ni doblajes extraños).

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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5
13 de enero de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si con Galien, el monstruo de las galaxias, ataca la Tierra (1972), los fans de Godzilla pensábamos que nuestro saurio radiactivo no iba a poder caer más bajo, nos equivocamos. Gorgo y Supermán se citan en Tokyo supera, y con creces, el festival de delirio, torpeza y vergüenza ajena de la anterior entrega. El film se adentra definitivamente y sin complejos al cine más infantil, y para qué engañarnos, esta entrega es perfecta para niños de 5 a 8 años, pero no para el fan que alucinó con la imagen terrorífica de Godzilla de Japón bajo el terror del monstruo (1954).
El film nos presenta que tras una serie de terremotos, el reino submarino de Seatopia envía a Megalon, un escarabajo gigante, y al robot Galien para destruir el mundo de la superficie. En un intento por detenerlos, el inventor Goro recupera a Jet Jaguar, un robot con pensamiento independiente que había sido robado, y lo manda para que traiga a Godzilla y que éste participe en la lucha.
La historia ya cansa, es la enésima invasión extraterrestre (intraterrestre en este caso), con esa civilización subterránea que se refugia de la amenaza nuclear y llamada Seatopia (no se rompieron demasiado la cabeza con el nombre), un grupo variopinto de actores ya maduros con unos trapos de la antigua Grecia y que tienen su momento clímax en una escena de baile y danza que es "ALUCINANTE", en el peor de los sentidos. Por otro lado, sólo aparecen 3 personajes principales, el niñato de turno, Goro (el inventor) y su ¿amigo?. Es de remarcar el tufillo homosexual (totalmente involuntario) que tiene el film, con esa pareja de inventores y su misteriosa relación. ¿Y ese compadreo entre Godzilla y Jet Jaguar? ...
Quizás es positivo que el niñato de turno no resulte tan cargante como en anteriores ocasiones. Godzilla en este film es un teleñeco desquiciado, una total caricatura del monstruo y que es capaz de proezas físicas como patadas, puñetazos e incluso una patada voladora de ciencia ficción. Su aliado (y el verdadero protagonista de la película) es Jet Jaguar, un Ultraman de segunda, que va cambiando su tamaño a conveniencia.
El film vuelve a ser un festival de stock shots de anteriores entregas de la saga presentados con la misma torpeza y descuido que en Galien, además y por segunda vez, intentan volver a colarnos la espalda del simio de La batalla de los simios gigantes (1966) por la espalda de Megalon, pero ni de coña. La presencia de Galien permite ahorrarse un nuevo monstruo y utilizar escenas recicladas del anterior film y la cucaracha armada con motosierras, Megalon, es la nueva incorporación.
Un bicharraco curioso pero risible de visionar, dando saltos por un escenario mínimo y desértico, y volando mostrándose con total claridad los cables que lo sujetan. La batalla final se demora demasiado y Godzilla no aparece hasta pasada la hora de metraje, como si fuera un invitado especial; aunque cuando llega, la lucha a 4 es un espectáculo digno de verse: Godzilla pavoneándose y dándose unos aires de chulo, Godzilla y Jet Jaguar chocándose la mano como grandes colegas, llaves de kárate... en definitiva, luchas de sumo entre personas claramente disfrazadas de monstruos.
Jun Fukuda, a pesar de la vocación infantil del film, aún sigue insistiendo en presentar varios momentos sádicos y sangrientos, como ése avión de juguete estrellándose en la cara de uno de los seatopianos y llenándosele la cara de sangre. Además, se repite vía stock shot el momento de Galien el monstruo de las galaxias ataca la tierra donde Galien rebana el hombro de Godzilla.
Para alguien que adora Japón bajo el terror del monstruo (1954) y admira esa imagen de terror y destructiva metáfora de Hiroshima, se sentirá horrorizado frente a cómo ha terminado la criatura, convertida en un muñecote para niños.
Sí, el film es un desastre, cutre, torpe e infantil, pero precisamente por eso hay que ver Gorgo y Supermán se citan en Tokyo como lo que es, una película infantil que cumple con su cometido: entretener y divertir a su público, los niños.
Para muestra un apunte personal. He puesto varios films de Godzilla a mi primo de 7 años y el único el cual siempre me pide que le ponga es Gorgo y Superman se citan en Tokyo (le hace gracia que aparezca un robot llamado Supermán y encima comparta escena con Godzilla), por lo cual demuestra que cumple su cometido de sobras. Divierte y resulta harto entrañable, y la escena final con Jet Jaguar llevando a hombros al niño protagonista sonando de fondo la canción ¡Jet Jaguaaaaarrr Jet Jaguaaaarrr!... Inolvidable.
Si analizamos fríamente esta producción, por supuesto, sería un suspenso total; pero éste no es el tipo de films que se deban calificar. Hablan por sí solos.
Como curiosidad, el cartel americano presentaba a Godzilla y Megalon luchando en la cima de las desaparecidas Torres Gemelas, por supuesto tal escena no existe en el metraje pero si cuela, cuela.
El porqué pusieron tal mítico titulo en su estreno español da para otro reportaje. La cinta inglesa Gorgo había tenido un fuerte impacto en la taquilla española, por lo que renombraron a Godzilla por Gorgo, y ya que aparecía un robot volador defendiendo el planeta, pues lo llamaron Supermán (en el doblaje español lo llaman directamente así).
Gorgo y Supermán se citan en Tokyo se convirtió en uno de los films de Godzilla más exitosos en España, siendo la película estrella en las sesiones de los colegios y marcando a sus jóvenes infantes para siempre.
No fue así en Japón, ya que se estrelló estrepitosamente con sólo 980.000 espectadores, la cifra más baja de la saga hasta el momento.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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9
7 de agosto de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Godzilla fue un proyecto que nació bajo la influencia del cine de ciencia ficción americano siguiendo muy de cerca los pasos de El monstruo de los tiempos remotos (1953) aparte del evidente clásico King Kong (1933), pero añadiendo un elemento que a la postre lo diferenciaba de todos los films de la época y con la misma temática, el ataque nuclear y sus consecuencias plasmado por un país que lo había sufrido en primera persona 9 años antes en Hiroshima y Nagasaki. Japón bajo el terror del monstruo no tiene nada que ver con el tono que tendrían el resto de films de la interminable saga del saurio radiactivo (29 películas y está en camino un nuevo remake americano). Éste es un film serio, maduro, a veces violento, otras veces pesimista y con momentos terroríficos que por medio de la fantasía crea una realista parábola de la guerra y crítica del uso de las armas nucleares, siendo además este film el pistoletazo de salida del subgénero del "kaiju-eiga", el cine de monstruos gigantes japoneses. Hay que entender el contexto histórico en Japón, una sociedad que desde el fin de la guerra en 1945 hasta abril de 1952 vivió la ocupación americana en su país, los cuales reprimían cualquier expresión de exaltación nacional. Por supuesto las heridas de la guerra estaban más que abiertas y la situación se agravaba con cosas como la prohibición de tratar el tema atómico en los medios de comunicación o en el cine o la condena al ostracismo de los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki (los llamados Hibakusha), con las consecuencias de la bomba marcados en su cuerpo para siempre. En este contexto la presencia de Godzilla como exorcismo brutal para el público japonés de la época era obligatorio.

La historia es simple: unos barcos desaparecen misteriosamente, unos científicos investigan una isla en los alrededores y allí descubren a una bestia prehistórica de enormes dimensiones mutada por las radiaciones atómicas del Pacífico y que más tarde destruirá Tokio.
Ishiro Honda, el Kurosawa de la ciencia ficción japonesa (director de los kaiju más destacables de los años 50 y 60) logra darle un tono muy realista al producto acercándolo al documental. El director cuenta con Tomoyuki Tanaka a la producción (ideólogo del proyecto en su búsqueda de un monstruo del impacto de King Kong pero en Japón), el mago de los efectos especiales Eiji Tsuburaya y Akira Ifukube a la banda sonora. El equipo de 4 funciona y funcionará como un tiro en el género proporcionando una edad de oro en el Kaiju durante los años 50 y 60 gracias a la visión tan personal y única de los monstruos. El nivel actoral es más alto de lo normal en un film de este tipo, tenemos al gran Takashi Shimura, habitual de los films de Kurosawa donde interpreta a un paleontólogo de aire derrotista y fascinado por la inmensa figura de Godzilla y su enorme valor científico. Akira Takarada y Momoko Kochi interpretan a la pareja de jóvenes enamorados afectados por la tragedia y Akihiko Hirata interpreta al "Tarantiniano" profesor Serizawa, uno de los personajes más interesantes del film envuelto de pesimismo y tragedia (otro personaje afectado físicamente por la II Guerra). Ese acercamiento a la realidad japonesa, el trato de la paranoia atómica entre la población, las alusiones explícitas a los bombardeos americanos sobre Tokyo... es uno de los mayores valores del film y que crece cada vez más a medida que pasa el tiempo.

Ishiro Honda, prisionero de guerra por los chinos y traumatizado para siempre por el horror de Hiroshima, contagia las imágenes de su experiencia. De hecho, en medio de la escritura del guión del film, en 1953, tuvo lugar el desgraciado incidente del buque pesquero "Dragón Afortunado nº5", donde unos pesqueros japoneses fueron atrapados por la contaminación atómica de la bomba H más potente jamás explotada hasta el momento (en el Atolón Bikini) y los pescadores, durante el paso de los años, fueron muriendo progresivamente. La experiencia se incorpora al film y se evidencia sobretodo en los primeros minutos de metraje. Respecto al monstruo, aún me sorprenden las escenas de destrucción del film; sí, es un hombre disfrazado, pero la forma en la que está rodado, con esa tensión y ese siniestro blanco y negro el cual da un ambiente de pesadilla, es absolutamente magistral, aumentado con la sensación de gigantismo que da el monstruo con esos andares a cámara lenta, todo obra del mago Tsuburaya (creador posteriormente de Ultraman).

Todo el film alberga un alto sentimiento de tristeza y dramatismo, potenciado por las numerosas referencias a la destrucción provocada por las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki (un momento del film en donde una madre en medio de la destrucción le dice a sus dos hijos que se van a reunir con su padre, posiblemente muerto en la guerra) y llegando al clímax en este sentido con las escalofriantes escenas en el hospital después de la destrucción de Tokio, con muertos y niños contaminados por la radiactividad calcadas a lo que pasó en la realidad, momentos así no se volverían a repetir en la saga la cual se convertiría en algo mucho más "flower-power". Hasta el saurio radiactivo es mostrado más como un pobre animal devuelto a la fuerza a un mundo extraño, despertado de nuevo debido a las bombas atómicas. Un detalle curioso es que en el diseño original de Godzilla, su cuerpo estaba plagado de cicatrices fruto de la bomba atómica así como una cabeza y cuello cuya forma recordaba a un hongo atómico. Estas ideas fueron desechadas aunque recuperadas parcialmente por Hideaki Anno y Shinji Iguchi en Shin Godzilla (2016).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chacal
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8
2 de agosto de 2013
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía 7 años cuando vi mi primera película de Godzilla, al momento quedé fascinado, yo por aquel entonces era un fanático de los dinosaurios y de repente ver un saurio de 100 metros expulsando un rayo radiactivo por la boca y dándose de leches contra una mariposa gigante dejó impresionada mi mente infantil, era Godzilla vs Mothra (1992), después de ésta siguieron más, obligué a mis padres a que me compraran la magnífica colección de kaiju-eiga que sacó Filmax en VHS, conocí a Gamera, Rodan entre otros monstruos gigantes radiactivos, mi mente empezó a volar y a la vez devoraba films de ciencia ficción de los 50, (El monstruo de los tiempos remotos (1953), La mujer y el monstruo (1954), La humanidad en peligro (1954)) y toda clase de films de monstruos gigantes clásicos. Cuánto sufrieron mis padres y mis pobres primos los cuales se veían obligados a tragarse estos films pero cuánto lo agradeció mi imaginativa mente infantil.
Pasa el tiempo y las experiencias que pasas en la vida te hacen perder esa inocencia e ingenuidad infantil que creo que nunca debería perderse. Ahora con 25 años, de vez en cuando aun sigo viendo a Godzilla con nostalgia y aun me siguen entreteniendo y despertando a aquel niño que imaginaba batallas entre monstruos gigantes cuando tenía 10 años.

Tras esta larga introducción y muchos Ultramans, Mazingers, Evangelions y kaiju movies después me dispuse a ver Pacific rim, la nueva película de mi idolatrado Guillermo del Toro, en su preestreno en Barcelona y tras mucho tiempo, el niño que llevo dentro y que nunca se fue volvió a manifestarse con este homenaje a todo el género de la ciencia ficción japonesa. Si digo que salí de la sala alucinado es poco. Un puntazo del film es que desde el minuto 1 se te pone en situación con una magnífica introducción a la invasión kaiju y la fabricación de los Jeagers. Visto fríamente la historia no se centra excesivamente en los conflictos humanos ni en los traumas de cada personaje y desde este punto de vista es algo simplón pero en los pocos minutos que se dispone el drama humano resulta estimulante, se coge cariño al trío protagonista, en especial a la magnética presencia de Idris Elba. Fantástica la aparición de Ron Perlman como mercader de órganos de Kaiju y una gran sorpresa el cameo de Santiago Segura. Es una lástima porque se podría haber recortado la sub trama de los científicos (que me pareció divertida no obstante) y dedicar más minutos a los protagonistas de la historia.

Pero esto es lo de menos, porque nosotros si vamos a ver Pacific rim es por las batallas, la destrucción, el espectáculo y esa parte lo cumple con creces llegando al clímax en la batalla de Hong Kong de por lo menos media hora, sin duda uno de los momentos más orgásmicos que he vivido en una sala de cine. Después de ver cientos de films con efectos de cartón piedra (muy entrañables por supuesto) el poder ver unos efectos especiales con tal grado de perfección en una producción de este tipo es un sueño hecho realidad. Los kaijus y los Jeagers lucen fantásticos. El final es el mismo que cientos de producciones del género pero siempre ha sido efectivo.
En resumen, se trata de un film increíblemente entretenido, las 2 horas se pasan volando, un espectáculo visual como pocos y sin duda no solamente la película del verano sino del año. Muy recomendable.
Con films como éste mi niño interior el cual disfruta con la destrucción y las batallas entre monstruos nunca se irá. Gracias Guillermo.
Chacal
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5
9 de agosto de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En que estarían pensando el equipo de efectos especiales para crear tal bicharraco para esta película!! no importa porque menudas risas nos ha proporcionado. The giant claw intentó ser otra más de esos grandes éxitos de pelis de monstruos gigantes de la época pero resultó ser un fracaso y la principal razón fue por el aspecto del pajarraco del film.

El culpable del fatal destino del film fue sin duda su productor que para ahorrarse un dineral encargó la sección de efectos especiales a una empresa de mexicanos donde crearon a un pájaro que la verdad es indescriptible donde los cables que lo sujetan son perfectamente visibles al igual que los aviones que ataca que son evidentes a la vista que son de juguete, no está de más decir que el productor la cagó bien cagada. Absolutamente descacharrantes los gritos que pega el bicho por cierto.
Respecto al resto del film los actores cumplen bastante bien aunque el ritmo no está demasiado bien llevado y las escenas con diálogos se hacen muy pero que muy pesadas. Resulta divertidísimo ver las caras de espanto de los protagonistas al ver el bicho cuando en verdad da de todo menos miedo, de echo los actores no pudieron ver que aspecto tenía el monstruo hasta el estreno del film. Es tronchante la anécdota de que el protagonista masculino fue a ver el film acompañado de sus familiares y tuvo que abandonar el cine por la vergüenza que sintió al ver que la gente se partía de risa con cada aparición del pájaro gigante.

Para amantes de la serie Z el film resultará de obligada visión ya que cada aparición del pájaro es una perla, a destacar ese ataque a Nueva York o escenas tronchantes como el monstruo llevándose un tren como si de una ristra de chorizos se tratase. Estos no son sólo los mejores momentos del film sino de los momentos más cómicos que nos ha dado la ciencia ficción. Como film de ciencia ficción es mala pero como comedia no tiene precio.
Chacal
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