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Críticas de Montana
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
8
15 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La media de las votaciones de esta película da buena cuenta de los prejuicios que padece una amplísima mayoría de la audiencia occidental. Cuando las civilizaciones llegan a su fase de senectud (y la nuestra, por distintos motivos que no vamos a enumerar, está entrando en ella o ya entró hace unas décadas) se podría decir que la comedia en su forma más pura, hiperbólica, histriónica y, en fin, dionisíaca, es percibida como un producto para consumo de adolescentes y adultos poco maduros. Aquellos autores que cultivaron este tipo de comedia en el pasado (Aristófanes, Cervantes o Swift en la literatura; Chaplin o Keaton, en el cine) son, por el respeto que muchos guardan a lo antiguo, reverenciados como parte fundamental de sus respectivos cánones artísticos; no obstante, los comediantes contemporáneos son vistos como artistas de segunda o de tercera. Es este el caso del cine cómico de artes marciales hongkonés, cuyos mayores exponentes (esto es, Jackie Chan y Stephen Chow) son tachados de comerciales y superficiales. Esperemos que generaciones futuras de teóricos del cine los valoren justamente como los genios herederos de Buster Keaton que son.

Que nadie se moleste en buscar en "The Mad Monk" ironías, sugerencias y sutilezas, no las encontrará; aquí, cuando se quiere hablar de la irracionalidad y arbitrariedad con la que actúa el pueblo, se muestra a la turba echando a suertes qué inocente prostituta será sacrificada para ahuyentar la plaga que supuestamente envían los dioses, o cuando se quiere hablar de la hipocresía humana, se muestra cómo un tabernero recibe cordialmente a un pordiosero cargado de oro, pero prohíbe la entrada al protagonista hasta que le enseña una moneda. Todo en "The Mad Monk" es explícito, grosero y satírico, pero eso no la hace, necesariamente, una obra inferior a las de, digamos, Chéjov u Ozu.

En el aspecto formal, la labor Johnnie To y Ching Siu-Tung no se aparta del estilo barroco y onírico (abundante en movimientos de cámara, cortes, planos contrapicados, escenas a cámara lenta o imágenes giradas) que caracteriza a las comedias de artes marciales hongkonesas y que casi recuerda al de Fellini. La falta de presupuesto, aunque se hace notar ostensiblemente en la fotografía y en los efectos especiales, no hace la película menos divertida y, en ocasiones, fuerza a los directores a tomar decisiones muy creativas (las técnicas empleadas para hacer parecer un coloso al guardián de los infiernos vuelven a traer al recuerdo a Fellini, que usó técnicas similares en "Boccaccio '70" para agigantar a Anita Eckberg). Las actuaciones, maravillosas todas.
Montana
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Black Jack (Miniserie de TV)
MiniserieAnimación
Japón1993
--
Animación
8
21 de setiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación realista de uno de los tebeos más famosos de Osamu Tezuka. Tiene como protagonista a un cirujano sin licencia, Black Jack, uno de los profesionales más dotados en su campo y que actúa como un verdadero chamán de los tiempos modernos, cuyas habilidades sobrehumanas dejan boquiabiertos incluso a compañeros de profesión. La serie se compone de 10 episodios autoconclusivos que, por lo general, se inmiscuyen en el género policíaco. El personaje epónimo tiene bastante de los héroes analíticos del género, de los Holmes y los Dupin, aunque también existen diferencias. Lo acompaña, además, una coprotagonista de personalidad jovial, casi opuesta a la suya, Pinoko, que lo complementa y le sirve para comunicarse de una manera más digerible con sus pacientes.

La presencia de Black Jack en la historia tiende a ser más bien secundaria y sirve al autor de excusa para hablarnos, a través de personajes que no volveremos a ver más, de la condición humana. Black Jack, siempre racional, siempre gélido, siempre distante atestigua casi impertérrito el circo en el que viven seres más apasionados y sentimentales que él; su intelectualismo, no obstante, no le impide tomar partido por los que, según la tradición cristiano-socialista, serían "los buenos": los descastados, los compasivos, los idealistas... Nunca veremos a Black Jack tomar partido por "las fuerzas del mal", esto es, las grandes corporaciones, los imperios, las administraciones autoritarias, la turba... Podría decirse que el elemento cohesionador de la serie es el descubrimiento paulatino y reiterado por parte del protagonista de lo sobrenatural. En varios episodios, este se dará cuenta de que la razón y la erudición no bastan para explicar el funcionamiento de su mundo, de que hay fuerzas misteriosas e incognoscibles no materiales que actúan sobre la materia (si a Tezuka lo llaman "el dios del manga", es por ser un pionero, no por ser un profundo artista).

La serie es muy oriental en la forma. Si uno dividiese los planos entre aquellos que representan a personas y aquellos que representan cosas o paisajes, se daría cuenta de que la proporción de estos últimos es muy elevada. De hecho, Scott McLeod realizó ese ejercicio en el género del cómic y reparó en que la narración japonesa difiere sensiblemente de la occidental. El japonés, a diferencia del occidental, nunca ha creído que pueda dominar la naturaleza, si no que está a merced de esta; esta filosofía se filtra en todos los aspectos de la vida, también en el arte. Dezaki o Tezuka proceden, aquí, de la misma forma que Hokusai en sus estampas del monte Fuji o Kurosawa con su uso constante del viento y la lluvia; con la sobreabundancia de imágenes de paisajes parece que se pretenda subrayar la idea de la insignificancia de la vida humana. El agua y el fuego tendrán un papel preponderante. La primera, como generadora de vida, de toda clase de vida; el segundo, como símbolo de violencia, muerte e injusticia.

"Black Jack" es una serie heterogénea, tanto en temática como en calidad. Los episodios más interesantes seguramente sean el primero y los 4 últimos. Es especialmente recomendable el séptimo. Los que hay entremedias pueden ser algo más emotivos, pero el ritmo tiende a ser más lento y la animación se resiente, hasta el punto de que se sobreexplotan algunos de los elementos menos atractivos del estilo de Dezaki, como la repetición acelerada de imágenes fijas para crear movimiento o las transiciones a dibujos a lápiz algo más elaborados de la misma escena. Con sus altibajos, "Black Jack" es una serie bastante entretenida y cuyo visionado recomiendo (al menos el de los episodios mencionados).
Montana
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Summer Wars
Japón2009
6,8
4.983
Animación
7
2 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Summer Wars" es un film que disfrutan más los ojos que el intelecto. Después de un inicio prometedor, uno se decepciona al descubrir que Hosoda está mucho más preocupado por acumular extravagancias formales que por construir una obra de arte de calidad. El conflicto subyacente es el que existe, primeramente, entre la pareja protagonista y que, después, se extiende a la familia de la chica, es decir, el conflicto entre las emociones y la razón.

Hasta el ecuador de la película, la familia se había mantenido cohesionada porque la abuela aunaba armoniosamente tanto cualidades cerebrales como pasionales. Este tema a Ozu o a Chéjov les habría bastado para crear una obra maestra, pero Hosoda sabe -supongo- que el medio animado tiene un público eminentemente infantil o adolescente y ese tipo de relatos difícilmente tendrán éxito económico, por ello, se ve obligado a ofrecer un romance donde no hay necesidad de ello, al estilo de Miyazaki . El romance no es malo en sí, simplemente es un género muy centrado en el "mythos", en la fábula, por lo que la acción, las peripecias o la intriga suelen tener una importancia destacada. Esto, cuando la obra es larga (como en Los siete samuráis o los westerns de Sergio Leone), no supone ningún menoscabo; no obstante, en una película de algo menos de dos horas, puede ser problemático; y en este caso, lo es.

Las peleas de artes marciales entre King Kazma y Love Machine son muy placenteras de presenciar, pero cuando uno se da cuenta de que el tiempo que se les dedica va en detrimento del tiempo que se podría haber dedicado a la construcción de los personajes y a resolver la historia de una manera más lógica, más casual, uno se siente un tanto estafado.

[Sigue en spoilers]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Montana
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9
12 de octubre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay varios aspectos que hacen de este film una obra de carácter universal capaz de satisfacer a todos los públicos. En primer lugar, reelabora dos de los mitos más conocidos de las civilizaciones hebrea y grecolatina: el de José y el de Fedra e Hipólito. Siguiendo a Jung, podemos inferir que si este último ha servido de materia prima para genios del calibre de Sófocles, Eurípides, Séneca o Racine y ha conocido siempre buena acogida comercial, seguramente se deba a que representa uno de los temores más arraigados de la mente masculina: la denuncia por violación. Ante tal situación, y en circunstancias normales, es decir, previas (o ajenas) al liberalismo y la separación de poderes, cualquier hombre sabe que la lacrimógena acusación de una mujer significa, en el mejor de los casos, el ostracismo, y en el peor, la muerte violenta. En segundo lugar, "Matar a un ruiseñor", en su censura del pensamiento dogmático e irracional de las áreas rurales sureñas de los EEUU, se alinea con el pensamiento dominante en nuestros días. En tercer lugar, el punto de vista desde el que se narra la historia, el de la hija pequeña de Atticus Finch, así como la constante aparición de los niños, dan a esta obra un aire a cuento de hadas muy seductor. Por último, la fotografía del señor Harlan y la música del señor Bernstein no podrían ser más adecuadas. Es una verdadera lástima que este guion no cayese en mano más virtuosas que las de Robert Mulligan (el resto de la obra del cual parece carecer de interés alguno), quien se dedica a llenar la pantalla de planos aburridos que no tienen ningún valor estético o significativo, solamente comunicativo.

Durante gran parte de la película, tuve la sensación de que estaba viendo la típica historia moralizante de Hollywood que exhorta a no juzgar los libros por la portada y pretende hacer entender que los seres humanos de piel más oscura también son personas. Y aunque ese mensaje evidentemente está presente, "Matar a un ruiseñor" es mucho más que otra copia de "El sargento negro" o "El incidente de Ox-Bow". En la última media hora, queda claro que las intenciones de Harper Lee no son apologéticas o proselitistas, sino satíricas. Atticus Finch, el hombre racional, culto e idealista que cree en el poder de la Ley, enemigo de supersticiones y que, pese a ser capaz de usar la violencia de manera efectiva, se niega a emplearla salvo que sea estrictamente necesario, ese hombre que cualquier sistema moral juzgaría como un modelo de conducta ejemplar, realmente es un bufón. Sus intenciones son puras, su método es preciso, su razonamiento es infalible... pero a veces la civilización no es capaz de resolver los conflictos humanos, y es por eso que deberá sufrir dos derrotas, una amarga, la otra dulce. La primera, como Sócrates, cuando intente absurdamente persuadir mediante un discurso trufado de datos y lógica a un auditorio semianalfabeto; la segunda... bueno, tendrán que ver la película.
Montana
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Super Agente Cobra (Serie de TV)
SerieAnimación
Japón1982
7,1
150
Animación
8
19 de agosto de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Space Adventure Cobra" desde luego no destaca por la profundidad de las ideas implícitas en el relato. Tampoco creo que nadie lo esperase de una serie de animación japonesa de los años 80. Más allá de situar la acción en un escenario futurista, las tramas añaden poco a las que uno encontrará en cualquier corpus mitológico. El protagonista es un héroe espacial despreocupado que se sirve de su ingenio y una poderosísima arma incrustada en su brazo izquierdo, la psychogun, para derrotar a los distintos villanos con los que se va topando.

Imagino que el reducido público que acudirá a esta serie será de dos clases: nostálgicos que pudieron disfrutar de ella en su infancia, y amantes del cine o la animación que, como servidor, quieran descubrir al maestro Osamu Dezaki. Es en el aspecto formal, creo yo, donde verdaderamente uno puede encontrar valor. El director es averso a la quietud, siempre habrá movimiento ante nuestros ojos, lo cual es muy placentero para el espectador; además, habrá decisiones de edición realmente atrevidas y estimulantes. Dezaki se demuestra, así, un genio en la gestión de los escasos recursos con los que contaría, intercalando animación de altísima calidad en ciertas escenas que no sé si podría incluso calificarse de sakuga (desde luego, por la calidad, la amerita, pero tal vez el término sea anacrónico) con dinámicos montajes de imágenes fijas.

Entiendo que un producto de estas características pueda echar para atrás a mucha gente. La serie ha envejecido, es evidente. Sin embargo, las historias que cuenta son bastante entretenidas y, como digo, la labor de dirección de Dezaki es digna de estudiar por todo aquel que se interese por el género animado.
Montana
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