Eso es lo que oímos en la peli: punk muy flojito, poco rockero, pero a al vez muy rompedor. El retrato a la época es fiel y está hecho desde cierta admiración que gusta (ya sabemos que la movida marcó mucho). Por otro lado, la peli tiene un innegable aire almodovariano (éste incluso aparece en el film) tanto en la estética como en los personajes (travestidos, lesbianas...). Pero no puedo negar que me entretuvo mucho y que trata un tema que quizás se haya olvidado un poco en el mundo del cine: el golpe del 23F, aquí contrarrestado por un concierto en el que tres ilusionadas chicas quieren triunfar. Mención especial a Macarena Gómez (encantadora, y digna candidata a premios por su frescura y naturalidad), la belleza de Verónica Sánchez (me enamora) y la veteranía que aportan Isabel ORdaz, Nuria González o el padre de verónica en la película. Por otro lado, la aparición de Nilo Mur es anecdótica, pero significativa (¡cómo triunfa el tío!) y Jordi Vilches, pues tiene mucho arte en el cuerpo. Juan Sanz no me cuadra demasiado... lo veo más como el camionero de "La vida mancha".

Después de "Amores Perros", era muy difícil volver a sorprender, pero este mejicano lo ha hecho con una película en la que se ven similitudes evidentes con su debut: la narración no lineal, la existencia de un crucial accidente de tráfic, la relación de los personajes... Esto no evita que la película sea bastante buena y cuente con una realización digna de elogio (ese plano fijo del jardinero antes del accidente es magistral). Por no hablar del montaje, todo un reto que sale bastante bien parado.
En definitiva: echadle un vistazo, porque merece la pena dedicarle tiempo a pelis como ésta.

Pues que esta peli derrocha autenticidad por todos lados. No sólo por las escenas de baile, sino por el ambiente discotquero, la situación familiar de Tony y su cierta-falsa chulería, que poco le trae bueno. Muy interesante el personaje de Annette, otra de las que se vuelven locas por Tony, quizás, haciendo demasiadas locuras por él.
Un clásico de la dejadez juvenil y el mundillo de la fiesta del fin de semana.

Es muy grande esta película, y muy cruda, quizás porque refleja demasiado bien la realidad del poder nazi y su terrible concepto del mundo y las cosas. Para mí, contiene algunas de las imágenes más impactantes que he visto en años (como la de un hombre comiendo directamente del suelo, o cómo tiran a un minusválido por un balcón), imágenes muy bien rodadas, y que reflejan perfectamente el horror de una guerra que fue bastante cruenta. Especial mención a Adrien Brody, que clava su papel de Wladyslaw Szpilman.

Es difícil encontrar alguien que no admire esta película. Y no es para menos, porque estamos hablando de una película de las que marcan época.
A pesar de que su comienzo suena a barata pelícual italiana, conforme avanza el film, la historia va cogiendo fuerza, y más fuerza, hasta convertirse en un duro drama contando desde el humor de un padre (Roberto Benigni) que quiere que su hijo no se entere de que está sufriendo los golpes de una guerra de dimensiones mundiales. Esto es básicamente la película, un eterno juego entre padre e hijo, que termina con excepcional belleza y con media sala llorando por el resultado de la película.
No os la perdais.