No creo mucho que se trate de un viaje en el tiempo, a pesar de que la siguiente sinopsis describa mejor que filmaffinity esta película:

"Un hombre (Hugh Jackman) viaja en el tiempo en busca de la inmortalidad y para salvar a la mujer (Rachel Weisz) que ama. Como un conquistador del siglo XVI, Tomás busca la legendaria Fuente de la Juventud. Como un científico del presente, él lucha desesperadamente para curar el cáncer que está matando a su esposa. Finalmente, como un astronauta del siglo XXVI en el espacio, Tom empieza a entender los misterios de la vida, el amor y la muerte."

Es en realidad una compleja alegoría que, lejos de lo que pueda parecer, tiene bastante sentido.

Ella, sabiéndose en los últimos momentos de su vida, escribe un libro en el que cuenta la historia sobre la búsqueda de la fuente de la vida eterna (un árbol) que la Reina de España encomienda a su fiel héroe protector, un conquistador del Siglo XVI, en los bosques de Nueva España, en América, para hacer frente al Gran Inquisidor que está extendiendo su poder y dominio de terror y muerte en todo el país y que representa una gran amenaza para la propia vida de la reina. Esta le impide matar al Inquisidor, a pesar de estar convencido él de ser la única solución para salvarla, pues ella sabe que sería firmar su propia sentencia de muerte, ya que en una Europa convulsa pedirían su cabeza, de manera que la única opción que le queda es mandar a su valido lejos de allí con el fin de encontrar esa fuente terrenal para demostrar su existencia y proteger así su reino y a sí misma.

En realidad ella es la que personifica a la joven reina del pasado que aún no está preparada para morir. Le pide que encuentre el remedio al fiel, valiente e incansable soldado, que no es otro que el marido científico que lucha a contrarreloj para encontrar una cura para el cáncer cerebral invasivo que devora la vida de su mujer. Y el tumor que se extiende no es otro que el Gran Inquisidor, cuya extirpación es imposible y solo queda esperar al descubrimiento de la cura que es el árbol de la vida que el soldado debe encontrar. El último capítulo del libro no lo ha escrito porque en realidad es sobre su propia muerte, algo que aún no ha ocurrido pero está cerca y que sabe es algo que solo puede completar su marido: por un lado asumir lo que está por llegar y, por otro lado, plantar una semilla sobre su tumba para cumplir su deseo de transformarse en las raíces de un árbol y de esa manera poder seguir viviendo, según las creencias de los indígenas americanos.

Por su parte, la alegoría zen cósmico-futurista, representa al mismo hombre en el futuro que sigue velando por su amada, ya convertida en árbol siglos atrás, y que todavía en su búsqueda por una cura que se la devuelva, termina por comprender que el verdadero sentido de la vida es aprovechar cada momento con quien amas, no desaprovechar las oportunidades de felicidad por pequeñas que estas puedan parecer, que las pérdidas materiales (como su alianza) no revisten mayor importancia, pues es lo que estas simbolizan lo verdaderamente sustancial y, al mismo tiempo, saber resignarse a aceptar, con valentía y calma, la inevitabilidad de la muerte. Es entonces cuando entiende que la única manera de estar con su mujer para siempre son los recuerdos y, eventualmente, transformarse él también en árbol junto a ella cuando llegue el momento... El futuro, en realidad, no es otra cosa que la resignación, la aceptación de lo inevitable.

Si uno presta atención, verá que todo está en realidad muy bien hilado, que las tres historias tienen una completa conexión, pues son en verdad una sola, y que todo tiene su significado.

Lo cierto es que, cuanto más pienso en ello, mejor me parece esta película.