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España España · Granada
Críticas de Ygorla
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Críticas 133
Críticas ordenadas por utilidad
9
6 de julio de 2020
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A día de hoy son tantas las producciones que inundan el mercado que es verdaderamente complejo estar al tanto de todo lo que ocurre y se estrena. Es por lo tanto necesario seleccionar, y muy bien, que ver. ‘Normal People’ es esa serie que no solo NECESITAS VER, sino que, además, recomendarás encarecidamente una vez acabes.

La serie está basada en la obra homónima de Sally Rooney, un bestseller que narra, tal y como pasa en la ficción televisiva la historia vital de dos jóvenes irlandeses, Marianne (Daisy Edgar-Jones) y Connell (Paul Mescal). Su relación nos llevará a adentrarnos y a recorrer junto a ellos ese emocionalmente conflictivo, honesto, crudo y emocionante camino que es el primer amor.



Una historia de amor real, con sus muchos más bajos que altos y sobre todo llena de pasión gracias a unos diálogos en los que todos nosotros podríamos sumergirnos sin dudarlo y con una presencia del sexo que desborda todas nuestras expectativas. El sexo evoluciona con sus personajes, madura y torna en mil matices conforme sus personajes se conocen y por supuesto cambian.


Una historia que comienza en plena adolescencia, dejándonos ver la enorme fragilidad existente en los egos y mentes a esta edad y que nos lleva, casi sin darnos cuenta, a través de la juventud de sus protagonistas a pasear por los pasillos de la universidad mientras redescubrimos, a la par que lo hacen ellos, los sentimientos enterrados y abandonados por miedo a volver a ser heridos.

Pero lo mejor, sin lugar a dudas, es la bella representación que se ofrece de los personajes principales. Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal se comen la cámara, no puedes dejar de mirarlos, captan nuestra atención con su jovialidad, con su tristeza melancólica, con su pasión y sobre la pausada cadencia de sus voces.

Los diálogos entre ellos, se den en el momento en el que se den, son brutalmente honestos y acertados. Se perciben las dudas e inseguridades en sus miradas y gestos. Uno de los grandes logros de ‘Normal People’ es que transmite en cada fotograma la tensión, ansiedad y felicidad de sus personajes.


El éxito de esta serie subyace en, tal y como, anuncia su título, gente normal. Son vidas que bien podrían ser las nuestras, o al menos fragmentos o experiencias vividas, y se presentan de forma tan cuidada y magistral que nos hace quedar prendados y deseando más.

Nuestros protagonistas conectan en el momento más vulnerable y complejo. Un momento vital en el que conforme somos dejamos de ser. Una fase en la que mientras nos inventamos cambiamos por completo, y con ese cambio, cambian nuestras percepciones y sentimientos, al menos la gran parte.

En ese cambio vital se hila la atracción entre ambos. Una atracción que es amor, desamor, pasión, inseguridad y traición a un mismo tiempo. Algo tan real como la vida misma.


Como marco y telón de esta historia tenemos una pequeña localidad del condado Sligo así como la ciudad de Dublín. Sus tonos ocres nos pasean por playas infinitas y sus grises por incesantes días de lluvia que suelen acompañar al humor de sus protagonistas.

Pero, ¿Quienes son Marianne y Connell? ¿Cómo se nos presentan por vez primera? A primera vista ambos personajes solo comparten clase en el instituto al que asisten, pero una vez pasamos esa primera impresión y entramos en la intimidad de sus hogares vemos que están ligados por algo más. La madre de Connell trabaja limpiando en la casa de Marianne. En este momento vemos como los lazos son más amplios y fuertes de lo que pensábamos.

Las figuras maternales son diametralmente opuestas, casi como pasa con Marianne y Connell. Mientras que Connell es atractivo, atlético y admirado entre sus iguales, pero muy, muy reservado. Por su parte Marianne es una joven sarcástica y muy inteligente que por su peculiar personalidad vive aislada del resto de gente de su edad.


La madre de Marianne, interpretada por Aislín McGuckin, es la viva imagen de una persona arrollada por la tristeza y la decepción, mientras que Lorraine (Sarah Greene), la madre de Connell es la representación de una madre que adora a su hijo pero que no idolatra.

Es fascinante ver las dinámicas familiares y cómo éstas afectan enormemente a las acciones y palabras de los protagonistas. El hecho de que estén ligados a nivel familiar añade matices muy interesantes.

Marianne y Connell somos todos nosotros, o mejor dicho, han sido alguna vez nosotros. StarzPlay acierta de lleno con ‘Normal People’ porque es capaz de hacernos recordar y empatizar en todo momento con una mezcla de sentimientos agridulces que resurgen de nuestro yo más profundo en un momento para luego regresar a su lugar al final de la serie.

Nota 4 sobre 5
Crítica para www.magazinema.es
Ygorla
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9
20 de enero de 2020
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Greta Gerwig lo ha conseguido. Ha puesto de moda y ha traído el tema a la mesa de debate a través de un clásico. Nadie podía pensar que ‘Mujercitas‘ pudiese ser actualizado y traído a la vida en pleno siglo XXI, pero la directora lo ha logrado. Gracias a un saber hacer buen cine, con un gran reparto en el que apoyarse y un cuidado trabajo en el guion. Acompañada de una banda sonora para el recuerdo, un vestuario, localizaciones y fotografía cuidadas hasta el último detalle ha hecho que Jo, Amy, Meg y Beth vuelvan a ser relevantes una vez más.

Era complejo traer de nuevo al frente a un grupo de mujeres que tanto han sido representadas y mostradas en sus papeles de féminas perfectas que hacen cómo deben. En esta actualización del clásico Jo, interpretada por Saoirse Ronan, alcanza unas cotas de grises que nunca antes se habían imaginado.

Jo se encuentra luchando por más que solo el sobrevivir en un mundo de hombres. Quiere ser recordada por todos los tiempos, no caer en el olvido. Hacer algo que sea importante, atemporal y que la ponga en el mapa por su habilidad como escritora no por ser la mujer de.

Con esta misma lucha interna reconocemos a Amy. La joven es llevada a la vida por Florence Pugh, con una actuación que de describirse como notable se quedaría corta. La mediana de las hermanas, con un temperamento irascible en su niñez y mucho más atemperada en su juventud es una apasionada de la pintura que tiene las cosas muy claras.

El matrimonio es una transacción económica, ya que a la mujer nada le pertenece, y ella no es un genio de la pintura como para ser aceptada como tal en los anales de la historia. El corte lo ponen otros, y como bien se dice en el film, si no se deja participar a las mujeres y se las denosta, la mitad de la competencia ni siquiera entra a juego.

Emma Watson se pone en la piel de Meg, la mayor de las hermanas. Una joven asentada, tranquila y afable que contrasta con el espíritu aventurero e inconformista de sus hermanas. Meg es capaz de apreciar la belleza de la vida en las pequeñas cosas, aunque lucha contra esa necesidad de ser notable socialmente. Tal y como ocurre con el resto de actrices del elenco, Emma Watson se encuentra en uno de los papeles más delicados y cuidados de su carrera. Su directora Greta Gerwig sabe sacar lo mejor de cada una de ellas. Hay escenas que se quedan contigo como la de la fiesta con el gran vestido.

Beth es la pequeña de las hermanas. Eliza Scanlen tiene quizá el papel que menos luce de todos pero que es clave en la historia de la familia March. Hay algunas escenas que protagoniza en la que brilla brutalmente, sus arrebatos de pasión y agradecimiento son claves para comprender que une a los personajes que se presentan. Su personaje es delicado, honesto y honrado.

Por supuesto no podemos dejar de hablar de Laura Dern o de Timothée Chalamet. Ambos son instrumentales en la trama. Laura Dern da vida a Marmee, la madre de las jóvenes. Su personaje se abre, se muestra vulnerable con Jo y esos momentos de la cinta son únicos. El personaje que se muestra ante todos perfecto, no lo es, es una persona trabajando por ser mejor a cada día, sabiendo que la perfección es un ideal inalcanzable e inexistente. Por su parte Timothée Chalamet se mantiene en su línea de ensueño interpretando a Laurie. Cada vez que aparece en pantalla se la come, esa es la realidad, hay veces que parece flotar en vez de andar. Un papel para el que no podrían haber hecho mejor casting.

Sin lugar a dudas es una película más que recomendable. Cuenta con una trama apasionante que te engancha en sus más de dos horas de cinta. Hay saltos temporales que nos ayudan a comprender la historia presente gracias a la pasada. Cuenta con tantas lágrimas como sonrisas, pero sobre todo habla de superación, del techo de cristal y de la necesidad que todos los seres humanos tenemos de reconocimiento. Todo ello lo logra trayendo a nuestra pantalla personajes que no visten o viven como nosotros, pero que sueñan y luchan con y por las mismas cosas por las que luchamos y soñamos a día de hoy.

Crítica para MagaZinema.es
Ygorla
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7
18 de julio de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando llegas a una película de casualidad, sin haberla previsto o planeado y te maravilla y mantiene atenta durante todo su metraje, te llena una sensación de satisfacción y felicidad increíbles, sobre todo si eres de esas personas que ve cine y series sin parar. Solemos pensar que lo hemos visto todo, que ya poca cosa puede sorprendernos, pero siempre nos equivocamos.

Un gamer de éxito verá como su vida da un giro radical cuando sea acusado de asesinato. Un thriller de acción surcoreano donde no falta la adrenalina y con increíbles efectos especiales. En la vida real Kwon-Yoo está sin empleo, pero en el mundo virtual todo va sobre ruedas. Un día se convierte en el principal sospechoso de un asesinato, y sus amigos gamers se ponen en contacto con él para ayudarle a intentar destapar la verdad del caso.

Ji Chang Wook es, probablemente, uno de los actores surcoreanos mas infravalorados de su generación. Probablemente sea porque no ha tenido la mejor de las suertes con los papeles escogidos a la hora de protagonizar K-dramas, pero su profesionalidad y dotes para la música, el cante y la interpretación hace que se lo rifen en el mundo del teatro y los musicales. El público internacional no solemos disfrutarlo en esas facetas, por cuestiones obvias, pero cuando se le ofrece un papel de acción y nos llega, no nos queda más remedio que quedar maravillados.


Aquí lo verás explotando su lado dramático de forma ejemplar. Un hombre que es encarcelado injustamente y que sufre los abusos del sistema. Se pasa de la incredulidad y la sumisión al más profundo dolor y de ahí a la rabia. Y, en cada uno de esos estadios, Ji Chang Wook ofrece un trabajo notable que nos creemos en todo momento y con el que disfrutamos de la intensidad de una trama cambiante.

Quien también tiene gran parte de culpa de que nos enganchemos a la historia a base de bien es Oh Jung Se, quien debería de haberse llevado un cajón lleno de premios por su papel en ‘The Good Detective‘ (JTBC, 2020) y ‘It’s Okay to Not Be Okay‘ (tvN, 2020) y a quien aquí casi no reconoces por lo camaleónico de su personaje.

El resto de protagonistas son clave para dar apoyo al protagonista en su búsqueda de justicia, aunque sobresale Kim Sang Ho (‘Kingdom‘ y ‘My name‘) como villano, uno de esos a los que odias desde el primer momento sabiendo con ello que está haciendo un trabajo de diez. Se entremezclan así todo tipo de personas y condiciones sociales. Poniéndose de relieve que independientemente del ecosistema en el que se viva siempre hay depredadores a los que sobrevivir o en los que convertirse. Verdaderamente interesante la puesta en escena y contraposición entre la sociedad en libertad y la vida en cárcel.

‘Fabricated City’ sorprende por su reparto principal, pero no es lo único por lo que te quedas a ver la película. Su guion te asombra con una primera parte introductoria que nos engaña en el mejor de los sentidos. Sumergiéndonos en el mundo de los shooters recrea a la perfección como los gamers imaginamos nuestras partidas frente al ordenador. La epicidad desborda y supera nuestras expectativas. Explosiones sin fin, saltos imposibles, y un equipo que apoya a su líder en todas las decisiones en pos de terminar la misión con éxito. Los primeros quince minutos de ‘Fabricated City’ son el ejemplo perfecto de cinta de acción y junto a ello se presenta al espectador, casi sin que este se de cuenta, como es la vida online para muchos de nosotros, un sitio donde encontrar una segunda familia.

Esa es una de las notas más positivas de la película, que aprovecha una trama de acción, manipulación mediática, prejuicios y subtramas de poder para hablar también de apoyo, cuidado entre iguales y lo lejos que puede llegarse cuando se lucha por la inocencia y verdad dentro de un sistema pútrido que manipula y destruye vidas sin pudor alguno.

Todo ello en una carrera por la supervivencia que no tiene descanso. Los golpes físicos y mentales caen sobre el protagonista de forma continua mientras este se levanta para seguir recibiendo y avanzando. Si se le suman las espectaculares persecuciones en coche, lo divertido del conjunto coral y un guion con giros que no esperas, tienes una película de finde de semana perfecta para acompañar de una buena bebida y palomitas.

Lo que queda claro después de ver ‘Fabricated City’ es que merece la pena esperar las nuevas películas de Park Kwang-hyun. En el 2005 nos arrancó carcajadas y lágrimas a partes iguales con ‘Welcome to Dongmakgol’ mientras nos hacía reflexionar sobre el sinsentido de la guerra y por qué luchamos en guerras que destruyen a personas que tienen mucho más en común que diferencias irreconciliables.

Una apuesta segura cualquiera de sus dos títulos. Esperamos tus comentarios justo debajo del tráiler y las recomendaciones.

Crítica para www.magazinema.es
Ygorla
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6
16 de abril de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando era niño, el padre de Yong Hoo murió en un accidente con un cariz un tanto extraño. Yong Hoo desde entonces ha desconfiado y perdido toda su fe. Ahora, Yong Hoo es campeón en artes marciales y los designios de la vida le hacen conocer al sacerdote Ahn, un exorcista mandado en misión a Seúl desde el Vaticano. Junto al sacerdote Ahn descubrirá una realidad que solo podrá creer con sus propios ojos.

Bizarro sea quizá la palabra que mejor resuma ‘The Divine Fury’. Si te gustan las cintas que mezclan géneros, conceptos y que presentan ideas un poco locas, has encontrado justo lo que querías ver. Si por el contrario eres algo más clásico en tus gustos o formas cinematográficas, probablemente más de una cosa de las que se presenta en esta película te chirríe, un poco bastante. Por desgracia ‘The Divine Fury’ queda en un «pudo haber sido» y no entrega al espectador una cinta coherente y con peso narrativo, aunque si ofrece una historia entretenida y un elenco atrayente como la que más.

La película cuenta la historia de Yong-hoo, Park Seo Joon, y con esto ya tenemos asegurado el éxito en taquilla. Si le añadimos que le damos un fondo como campeón de artes marciales que cuenta con un pasado trágico que le hace perder la poca fe que pudiera quedar en una persona a la que extrañas circunstancias le han arrebatados sus padres bien pequeño, pues tenemos un personaje protagonista con el que puedes crear cualquier trama y petarlo. Park Seo Joon, como ya nos tiene acostumbrados, realiza un trabajo excepcional, sólido, y borda un papel complejo, tanto a nivel físico como emocional.

Su personaje, Yong-hoo, repentinamente gana la habilidad de luchar contra fuerzas malignas, cuando aparece en la palma de su mano una herida que sospechosamente se asemeja a los estigmas que quedaron en el cuerpo de Cristo tras ser crucificado. Es en este momento en el que se introducen en la trama conceptos de una enorme complejidad espiritual y social. El escepticismo lo inunda por completo, siendo acompañado de un enorme dolor y lucha continua contra una fe perdida hace mucho tiempo.

Una de terror, más o menos
Buscando respuestas plausibles, y no tanto, a esa herida que aparece en la palma de su mano, Yong-hoo, conoce al padre Ahn, Ahn Sung-ki, un exorcista de El Vaticano, y esa lucha interna contra sus propios demonios toma una dimensionalidad mucho más real cuando se ve implicado en las tareas, poco ortodoxas del padre Ahn. El contraste entre bien y mal, luces y sombras se hace patente en el momento en que los dos personajes se reúnen. Hay una necesidad inapelable del protagonista de comprender lo incomprensible y esto genera situaciones cómicas que nos arrancan la sonrisa debido a la incredulidad que se pinta en el rostro de Yong-hoo.

Por otro lado Ji Shin, Woo Do Hwan, a quien hemos disfrutado en ‘Save Me‘, es un joven misterioso con la capacidad de ver las debilidades de los demás, usarlas y explotarlas para su beneficio y causar el mal, vamos lo que viene siendo un demonio sobre la faz de la tierra. Es a través de su figura que se canalizarán esos poderes extraterrenales que invadirán los cuerpos de personas que por el motivo que sea se encuentran en predisposición a ser tentados por el demonio.


Por supuesto, exorcismos, qué mejor base para una buena película, que se supone de terror, que una trama plagada de ellos y curas bien entrenados en el corazón del Vaticano para luchar contra los espíritus malvados que se alimentan de las almas de los mortales. Esta cinta, a pesar de ser muy pintoresca no es muy original en muchos apartados. No tenemos que irnos más lejos que del nombre del pub donde se esconde a plena vista nuestro querido villano para ver que la inspiración no corría a raudales en la sala de guionistas. ‘Babylon’ es el nombre que escogen. ¿Puede estar más trillado? Creo que en 1 de cada 4 pueblos de España hay un pub con ese nombre, aunque claro, quizá en Corea del Sur sea toda una primicia…

Sigamos poniendo ejemplos: Seres endemoniados que saltan de camas, que se cuelgan a cuatro ‘patas’ del techo y que vomitan cosas indescriptibles mientras dicen cosas en un tono de voz de todo menos humano. Todo ello aderezado con unos atuendos de capa negra brillante a lo secta de fraternidad Kappa en cualquier película americana que se precie que aquí nada tiene que enviarle.


​Pues si, será un guion que te ves venir desde el principio, con un desenlace que no queda ni cerrado, ni abierto, ni a medio camino entre estas dos cosas, pero que realmente entrega dos horas increíbles de entretenimiento puro. ‘The Divine Fury’ es una de esas películas que volverías a ver porque tiene un poco de todo y no mucho que pensar. Hay profundidad en sus líneas y su historia, pero a la vez no se adentra en ellas tanto como para hacerla infinitamente dramática y densa emocionalmente. Cuenta, en cambio, con los puntos justos de comedia y con una acción creíble y justa en su medida, por lo qué seguro, si has llegado a ella y te has quedado a verla, la disfrutes y recuerdes, una vez pasen los días con más cariño del que quieras desvelar.

En definitiva, el bromance y la puesta en escena da para estar haciendo secuelas a lo ‘Bad Boys’ con esencia coreana. Es lo que tiene juntar a un sacerdote entrenado en El Vaticano y a un luchador de la MMA profesional, que a la hora de mandar al otro barrio a espíritus malvados viene muy a mano.

3 sobre 5
Crítica para www.magazinema.es
Ygorla
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8
28 de abril de 2022
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Gaslit‘ es una visión moderna del Watergate estadounidense que se centra en las historias no contadas y los personajes olvidados del escándalo, desde los subordinados torpes y oportunistas del presidente Richard Nixon, pasando por los fanáticos desquiciados que ayudaron a cometer sus crímenes, hasta los trágicos denunciantes que acabaron derrumbando toda la podrida empresa.

¿Necesitas algún aliciente más que añadir a una trama tan interesante como la que acabas de leer? Si es así no te preocupes porque has venido al lugar indicado. Lee con tranquilidad, no habrá spoilers pero si muchos motivos para ponerte a seguir desde ya ‘Gaslit‘ en Starzplay.

El que más el que menos ha escuchado, aunque sea de pasada hablar del escándalo del ‘Watergate’, a día de hoy ya ni siquiera nos extrañamos o inmutamos al oír de casos de espionaje, malversación de fondos y todo lo que va asociado a la corrupción en las altas esferas de poder. Convivimos a diario con ello, pero siempre se queda en una noticia casi anecdótica. Los medios de comunicación pueden dejar constancia de ello, pero pocas veces se revuelve bien el lodo para extraer toda la basura que hay en él.

‘Gaslit’ nos permite viajar hacia esas entrañas putrefactas que hay en todos los gobiernos y regímenes políticos y lo hace moviéndonos por todos los planos de acción y personajes involucrados. No solamente son partícipes quienes manejan los hilos desde arriba, también son parte de ese entramado todos aquellos que sin saberlo o tapándose los ojos permiten ocurra. La corrupción resbala por los distintos escalones de poder y al final nadie escapa al hedor que desprende. La vida familiar se entremezcla con la profesional y, justos por pecadores, pagarán el precio del poder.

Esta serie es sin lugar a dudas una inmersión total en la historia americana más jugosa, caótica y elitista que pueda extraerse del pasado más reciente. Si se vendiese un pack no podrías comprar nada mas completo, perfecto y caótico. Aquí el resumen es poder, poder y más poder, y los daños colaterales son siempre aceptables e incluso deseables siempre y cuando salpiquen en la dirección correcta.

El estudio psicológico que se hace de todos los participantes es minucioso y acertado. No pasa por alto la enorme tridimensionalidad de cada uno de los involucrados en la trama que intentan sacar la cabeza fuera de un laberinto sin fin de mentiras y falsedades. Ayuda, y mucho, la calidad interpretativa de un elenco de lujo absoluto. Julia Roberts dando vida a Martha Mitchell es lo mejor que verás este año. La representación de una manipuladora y tergiversadora nata coge cuerpo y fondo cuando de forma impecable se le suma volatilidad y fragilidad emocional.

A pesar de lo complejo de las circunstancias que le toca vivir y de ser denostada de forma continua, el personaje de Roberts tendrá el coraje de decir lo que piensa a aquellos que quieran escuchar, y como pronto descubrirás, no es poco o irrelevante lo que tiene que aportar a la conversación global. Los personajes que la rodean están tan ensimismados en su propio halo de egoísmo que no calcularán el daño y poder con el que cuenta entre la población civil de mando de TV y sofá.

Nota mental, nunca deberías tratar de forma condescendiente a nadie, nunca, y mucho menos a una mujer como Martha. No importa lo tenso de la situación toda su vida ha sido una fachada y aunque cuando no haya nadie se derrumbe, siempre completará su papel con elegancia y estilo mientras quede público delante.


Roberts no es la única estrella que nos deslumbra, Sean Penn sobresale de manera excelsa en el papel de Fiscal General. Siendo la figura más cercana a Martha y también al presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. Pronto se verá contra la espada y la pared cuando tenga que mostrar a quien es verdaderamente leal al final del día. Mitchell fue figura con un peso ingente dentro del mandato de Nixon y aquí queda claro que distaba mucho de ser un hombre con unos ideales transparentes y claros. Sean Penn, de forma sublime, da vida a un personaje que siempre se ha salido con la suya pero que muy a su pesar no está todo lo alto que querría dentro de la cadena alimentaria. El ego y la avaricia serán su bandera y el tren que arrolle todo lo que se encuentre en su camino. La falta de moral y el doble rasero con el que mide todo a su alrededor solo supondrán devastación y dolor, un precio que está dispuesto a pagar.

El reparto lo cierran, en el plano protagónico Dan Stevens como John Dean y Betty Gilpin dando vida a Mo una joven azafata que se enamora de este abogado que se mete en la boca del lobo dejando atrás su honestidad en pos de encontrar un hueco donde cree merece estar. A través de sus personajes podremos ver como una serie de elecciones y muy pocos escrúpulos pronto generan una montaña demasiado alta de la que bajar.

No creerás lo que tienes ante tus ojos al principio, pero si eres honesto contigo mismo, reconocerás que la realidad siempre supera a la ficción. El guion no solo se presenta ácido y ágil, es también un reflejo de una época en la que el machismo y el racismo se portaba por bandera y donde se escupía y miraba por encima del hombro de todo aquel que no fuese un hombre blanco adinerado. Así se suceden escenas violentas tanto a nivel verbal como físico en las que nuestra mentalidad actual asiste perpleja a la continua violación de derechos y la falta de moral y empatía que todos los personajes muestran. Quédate con todos aquellos que son denostados o mofados, no hay nada mas peligroso que alguien despechado y sin nada que perder.

La puesta en escena, cuidada, delicada y sin falta de detalle hará que viajes en el tiempo mientras disfrutas de coloridas telas, brillantes pedruscos y fiestas de lujo con las que ni siquiera nos atrevemos a soñar. El maquillaje y vestuario huelen a laca, cosmético y perfume como solo los años sesenta y setenta lo hacían y en más de una ocasión tenemos la sensación de que traspasa la pantalla.
MagaZinema.es
Ygorla
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