Green book es una de aquellas películas que intuyes que va a terminar bien, una feel-good movie sobre la amistad. Dos personajes antagónicos condenados a entenderse porque tienen por delante un largo viaje juntos.
La película es bienintencionada, no cabe duda, porque ensalza la amistad y denuncia el racismo. No obstante, no es suficiente hacer una película con corazón, también hace falta talento.
Green book es poco más que una simpática historia con unos personajes poco interesantes y estereotipados que no logran conmover ni divertir al espectador a pesar del buen trabajo actoral.
Por cierto, una película de este tipo que sí emociona y divierte sería Gran Torino.

Fantástico drama sobre la vida de un jinete de rodeo que tiene un grave accidente y lucha por recuperarse y volver a montar.

Rodado con un realismo estremecedor, este film tiene un detalle sobre el reparto revelador. Una vez lo conoces entiendes la inmensa entrega de los actores en la historia.

Para mí, esta película gira en torno a la capacidad de aceptación de las cartas que nos han tocado ¿Qué hacemos cuando las circunstancias son tan adversas que resultan insoportables?

El valor de la amistad y la familia también están muy presentes a lo largo de toda la película creando momentos muy emotivos.

Película redonda, con un metraje ajustado, que mantiene la tensión narrativa con una historia aparentemente sencilla pero emocionalmente arrebatadora.

Película fallida de los hermanos Coen, sólo alabada por un sector de la crítica. Con un inicio original y prometedor, Ave Cesar se sumerge en un páramo de situaciones bizarras, personajes excéntricos y escenas inacabables que no llevan a ninguna parte.

De acuerdo, es una película con abundantes guiños al cine clásico, tiene algunos diálogos notables y técnicamente tiene una excelente producción, pero el resultado es una obra tediosa y autocomplaciente.

Una lástima tantos recursos y un resultado tan pobre.

Él es George Valentin un apuesto actor de cine mudo divertido y carismático que convierte cualquier película en un éxito rotundo.

Ella es una admiradora suya. Una entre tantas otras, por supuesto. Una perfecta desconocida, aunque bella, talentosa y con mucho desparpajo. Su nombre es Peppy Miller.

La Diosa fortuna vuelve a hacer de celestina (tal y como nos tiene acostumbrados) y ambos se conocen por casualidad. Cuando el romance parece cuestión de segundos aparece en escena el cine sonoro, que inmediatamente desbanca de las pantallas al cine mudo, un hecho que conmociona las vidas de ambos como si de una bomba se tratase, una bomba cuya onda expansiva los lanza en direcciones diametralmente opuestas. El romance entonces queda en suspenso: todavía hay película.

The artist cuenta la historia de un hombre fiel a sus ideales, alguien que no se dejará avasallar por las leyes del mercado y luchará por mantener a flote barco que está a la deriva.

The artist es cine mudo es estado de gracia: es magia, amor, ternura y sencillez. Es un homenaje al cine de verdad, una proeza de ritmo, suspense y humor. Posee una increíble riqueza visual en todas las escenas gracias, por una parte, a la exquisita selección del reparto y, por otra, a la perfecta recreación de aquellos tiempos con abundantes detalles de época. Una película, en fin, desbordante de imaginación, buen gusto y alegría de vivir.

Película provocativa que peca de falta de ritmo, carencia de verosimilitud y de un final más que previsible.

Desde el comienzo, la historia presenta un auténtico decálogo de pervertidos y de actos de violencia de una naturaleza sin precedentes y, en mi opinión, macabra. Hay que tener aguante para soportar tremendo derrame de violencia sin apagar el televisor.

Cuando termina la película ya es demasiado tarde: te has tragado una película que roza el suspenso con toda la locura psicópata que quería ofrecernos Almódovar. Mal negocio.