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España España · Cáceres
Críticas de Sinhué
Críticas 1.378
Críticas ordenadas por utilidad
8
23 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ese día, que todos los que teníamos uso de razón, y televisión, vamos a recordar "ad eternum"; se vivió de forma diferente en los distintos lugares del mundo. En algunos sitios con la luz del día, en otros bajo el foco de la luna o la artificiosa luminosidad de una lámpara; en calles, en viviendas, en el campo, en la tienda o el bar, entre sueños, en el auto... Los años pasados ya (más de 18, cuando escribo estas letras) no nublan los recuerdos. El impacto de los aviones contra las Torres Gemelas, abrió un paréntesis subrayado en nuestras vidas, donde aún se mezclan comentarios, compañías, asombro y ganas de saber.
Las primeras conjeturas hablaban de un ataque orquestado contra el país más poderoso del mundo; pero ¿quién sería capaz de tamaña osadía?, ¿qué había fallado en los mecanismos detectores?, ¿por qué se le bloquearon las neuronas al presidente de los Estados Unidos?... Muchas de las preguntas que entonces nos planteamos no han quedado suficientemente esclarecidas y siguen rebotando entre secretos oficiales y materias reservadas. Lo que sucedió después todos lo sabemos: el mundo quedó inmerso en más guerras, más miedo y más amenazas terroristas que dieron alas a muchos gobiernos para limitar las libertades individuales.

No obstante, por aquellas fechas, el histórico acontecimiento afectó más a unos que a otros, en función de la zona y el instante emocional de cada cual. De eso va este reportaje que utiliza el número once como rampa de lanzamiento.

La idea de la película, poco después de los hechos, surgió de Alain Brigand que, en cuanto dispuso del dinero de producción encargó a 11 directores de zonas diversas, que elaboraran cada uno una historia, también de 11 minutos, que les inspirara libremente esa fecha tan señalada.
El resultado fue esta especie de documental, con algunos episodios de ficción, que repasaban los puntos de vista y las reacciones en distintos continentes.
Como no se pedía uniformidad, este film coral no deja de ser un collage, en el que algunos cortos resplandecen más que otros. Respetando el suceso central, los distintos realizadores, hacen su interpretación del momento en distintos ámbitos de la sociedad y, curiosamente, en la mayoría solo forma parte tangencial de sus problemas inmediatos. De ahí que los cronistas nos deriven a rupturas amorosas, accidentes locales, cuchitriles sin luz, planes de secuestro... u otros 11 de Septiembre; por ejemplo el de 1973 en Chile.

Es interesante apreciar que a pesar de la globalización forzosa, a la que estamos abocados, muchos ciudadanos del mundo se resisten a poner al mismo nivel sus asuntos y los de sus congéneres. De hecho, la mayoría ni se plantea generalidad alguna. ¿Esto es libertad o egoísmo?
Sinhué
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7
23 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuento bienintencionado (¿por qué en las críticas se desconfía de este término?), el del ingenioso inventor de imágenes, y textos, surcoreano.
Okja es una cerdita cuya grasienta y feliz enormidad está en consonancia con su bondad y sentido de la amistad, especialmente con Mija, la niña que ha sido su compañera en la montaña a lo largo de diez años irrepetibles. En su proverbial inocencia, las dos criaturas ignoran que hay gato encerrado tras esta sencilla y natural forma de vida; los intereses pecuniarios rondan cual acechantes carroñeros.

Como ya hiciera en The Host, otra de sus fantasías en movimiento, la aventura va adquiriendo un ritmo, endiablado en ocasiones, que incluye persecuciones e intervenciones, hasta de ámbito estatal, que solo añaden confusión e ineficacia a un asunto que tendrán que resolver el sentido común, la insistencia y astucia, y sobre todo el corazón de los afectados.

En el cine de Bong Joon-ho siempre está presente la lucha del individuo contra un sistema hostil e injusto, que se aleja en su concepción globalizadora y mega-industrial de los más elementales principios éticos. Su mensaje suele ser que la resistencia abre rendijas por donde se cuela la luz de un mundo difererente, y mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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7
18 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Además de una historia fronteriza y de vaqueros sin vacas, Valeska Grisebach, ha creado un relato que transita durante 100 minutos un campo plagado de minas, donde las amenazas circulan invisibles en el aire insano que respiran paisanos búlgaros y obreros alemanes; cabeza de puente, estos últimos, de empresas colonizadoras.

Los pueblos de la Europa de los capitales siguen estando tan lejos como lo estaban cuando había dos bloques. El no disponer de un idioma común sigue siendo un hándicap pero, como nos demuestra la película, no es el mayor de los problemas. Las diferentes velocidades que catalogan a las naciones como ricas o pobres, en función de su renta per cápita, en lugar de por su bagaje humano o cultural y el empeño en basar las relaciones en los intercambios comerciales, dejando de lado el aspecto cordial e incluso sentimental de la confraternización entre las gentes, nos está llevando a una unión sin alma donde el único vínculo identitario es el €uro.

La intranquilidad y el desasosiego, azuzados por actitudes arrogantes y machistas, son el resultado lógico; el mar de la desconfianza en que desembocarán los desencuentros entre los que se consideran invadidos y quienes parecen presumir por ser los invasores. Solo el hombre de pocas palabras, el más extraño de la cuadrilla de operarios, el prudente y misterioso, de nombre Meinhard, es capaz de conectar con los aldeanos y también con sus mujeres.

El lenguaje de la realizadora teutona, está despojado de alharacas, por lo que su obra puede resultar áspera, sin elementos opiáceos que distorsionen una triste realidad, a pesar de utilizar como curioso vehículo un género (western) que ha dado pie a románticas fantasías de héroes solitarios, en las que el bien, la amistad y los valores resultaban triunfantes.
Sinhué
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7
16 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duelo y reto interpretativo tanto para Bárbara Lennie (Chiara), como para Susi Sánchez (Anabel), del que ambas salen victoriosas. A pesar de que la cosa va de filicidios y parricidios simbólicos, o al menos de baldías intentonas de exterminación psicológica.

¿Qué interés tendrá alguien en reencontrarse con su progenitora, 35 años después de que esta decidiera abandonarla, para que la criatura, una vez deseada, no interfiriera en su vida profesional? ¿Es el amor, o es el odio el sentimiento que guía a la hija? ¿Podrá la madre mantener fría la cabeza, única acción que parece importarle? ¿Diez días sirven para descongelar un largo invierno que duró 12.775?
Profundas preguntas las que plantea Ramón Salazar, suficientes para mantener la curiosidad del espectador que no tema las aguas pantanosas de un drama más que creíble.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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6
15 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda los 18 primeros minutos, los que corresponden al corto que Rodrigo Sorogoyen estrenó en 2017 y que le dieron la alegría de un Goya y la nominación a los Premios Oscar, son lo mejor de este alargamiento de 2019.
La terrorífica irrupción de lo imprevisto e impensado en la vida cotidiana de Elena, joven divorciada con un hijo de seis años, marcará indefectiblemente el resto de su existencia. Diez años después, mientras intenta reconducir hacia el futuro su cuerpo herido y su mente abotargada, en la propia playa de sus pesadillas, pero también de sus esperanzas, encontrará a un joven de la misma edad que tendrá, o tendría, Iván al que le siguen manteniendo unida esos invisibles hilos, imposibles de cortar cuando alguien se resiste a pasar el duelo.

Marta Nieto, la loca de la playa, en su perfección interpretativa, arrasa también con cualquier posibilidad de estructurar mínimamente un relato ordenado y coherente. Pareciera que el resto del reparto se rindiera a su papel de comparsas, actitud de entrega que parece también afectar a guionistas y dirección. He visto a Rodrigo Sorogoyen más ágil en otra ocasiones. Tal vez aquí se sienta lastrado por un principio tan impresionante, que le ha llevado a obsesionarse con un final que estuviera a la misma altura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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