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España España · Zaragoza
Críticas de el chulucu
Críticas 572
Críticas ordenadas por utilidad
8
19 de setiembre de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ruggles, mayordomo sobrio y ejemplar de Lord Burnstead, es ganado en una partida de póker por un matrimonio americano de carácter bien distinto. Miss Floud sólo busca integrarse plenamente en los círculos aristocráticos de su ciudad, mientras que Mister Floud acoge a Ruggles como un igual y se lo lleva de juerga en juerga sin importarle un pimiento lo que piensen los demás.
Formidable película que parte de una idea magnífica: exquisito mayordomo inglés ganado al póker por un matrimonio americano. El guión es excelente y los diálogos inmejorables: rápidos, certeros y de una sutileza admirable. Esta sutileza propia de McCarey no sólo está en las palabras sino en las miradas y gestos de los personajes, en la puesta en escena y en el propio manejo de cámara del director. En lo que no es sutil McCarey es en el tratamiento de la lucha de clases. Todo se evidencia con claridad desgarradora, el tono cambia y Ruggles (maravillosamente interpretado por Charles Laughton) comienza a hablar de igualdad. Y se debate entre ésta y la lealtad, pero este debate no durará mucho. Primero porque tiene a su lado a una mujer muy especial Prunella Judson (otra magnífica interpretación de Zasu Pitts) y segundo, porque ha descubierto que la vida sólo tiene valor si se es libre y el futuro está en manos de uno mismo.
el chulucu
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9
21 de julio de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stan Laurel y Oliver Hardy son un par de fenómenos. Si en películas menores siempre encontramos algún gag desternillante, en sus obras maestras -como esta "Cabezas de chorlito"- no podemos parar de reir con las ocurrencias y desmanes de este par de cómicos excepcionales. Y es que, el Gordo y el Flaco, son pura vida. Nos dan vida, alegría, luminosidad. Son nuestros amigos. Suene cursi o no, todos sabemos que la felicidad de la vida consiste en saber disfrutar de las pequeñas cosas: un paseo frente al mar, un buen partido, un buen libro, una buena película. Y si ésta nos hace reir después de haber tenido un mal día ya ni les cuento. Por eso son nuestros amigos, unos buenos amigos que están dispuestos a darse tortazo tras tortazo para conseguir arrancarnos una sonrisa.
Llena de momentos memorables "Cabezas de chorlito", aunque instalada para siempre en nuestra memoria, nos seguirá arrancando carcajadas cada vez que la veamos. Así son este par de fenómenos: inolvidables.
el chulucu
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6
20 de enero de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Minelli nunca alcanzó las cotas a las que llegó en el género musical ("Un americano en París") y en la comedia ("Mi desconfiada esposa") en el melodrama y otros géneros parecidos. Lo intentó pero, quizás la farragosidad y la complejidad de los textos que eligió, le impidió una conexión más cálida con el publico.
"Corrientes ocultas", su séptima película, cuenta la historia de Ann Garroway. Se acaba de casar con un rico industrial y nada sabe de su vida anterior. Poco a poco irá descubriendo que éste no es trigo limpio y que vive obsesionado con la fantasmagórica presencia de su hermano Mike.
Y Minelli nos conduce magistralmente por la senda de la curiosidad y el suspense. Nos mantiene atrapados y ansiosos pero entonces... algo falla. De un lado el personaje de Ann, bueno no el personaje sino sus reacciones se vuelven estrambóticas, y, de otro, es el propio Minelli quien no resuelve bien el final de la película.
Notable guión como también la puesta en escena. Buena fotografía en blanco y negro y excelente dirección de actores. Maravillosa Katharine Hepburn y una de las primeras apariciones como protagonista de Robert Mitchum. Por cierto, la película merece la pena sólo por ver a Mitchum encender su cigarro (mini puro) en las caballerizas.
el chulucu
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9
6 de junio de 2016
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peliculón de Anatole Litvak de principio a fin. Vamos, igualico, igualico que las pelis de ahora. El guión es soberbio. Original y claro. Avanza en las hábiles manos de Litvak con una fluidez extraordinaria, con una naturalidad admirable. Muy loable es también la puesta en escena y la fotografía en blanco y negro. Y qué decir del fenómeno Edward G. Robinson que no se haya dicho ya. ¡Qué personaje pergeña el tipo! ¡Qué asombroso doctor Clitterhouse! Con su templanza, su serenidad, su insondable raciocinio, su meticulosidad y... esa dosis de ingenuidad y fe en su trabajo que termina por serle tan útil cuando su -en cierta medida- admirable locura, le nubla de manera definitiva su privilegiada mente.
No es una película para un artículito como el mío. Es para un ensayo. ¡Ostras! Pero se dan cuenta cómo lleva tranquilamente el maletín con las joyas a todas partes. "Oiga doctor Clitterhouse -dice el teniente de policía en la comisaría- que se deja su maletín". ¡Oigan, señores espectadores, queridos amigos! ¡No se pierdan semejante peliculón!
el chulucu
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8
23 de febrero de 2015
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo digo y lo diré siempre: Nada mejor que el cine para transformar nuestro estado de ánimo. Pero hay que buscar siempre la película que nos lo mejore, no que nos lo empeore. Así, si estoy triste, veré "Cantando bajo la lluvia" o "Siete novias para siete hermanos". Si necesito valor me pondré "Sólo ante el peligro". Si de lo que se trata es de atemperar el carácter, nada mejor que "Horizontes de grandeza". Si he dejado de creer en el hombre, por siempre "¡Qué bello es vivir!". Y, si un día, todo mi mundo se derrumba y no encuentro en él nada que me parezca hermoso y puro, buscaré otro mundo. Y lo hallaré en "¿Alguien ha visto a mi chica?"
Sólo necesitaré estar muy concentrado. Entonces, entraré en Hilverton, y ya no querré moverme de allí. Amaré sus calles, sus tiendas, sus colores, sus casas. Admiraré para siempre a un genio llamado Charles Coburn, poseedor del don de la ubicuidad, capaz de ser a un tiempo, camarero, tahur, Celestina, Santa Claus, pendenciero, bailarín... Y, cuando quiera descansar de tanto ajetreo, me tomaré un "Vesubio" en la maravillosa Tienda-Farmacia, brindando con James Dean y celebrando que el bueno de Douglas Sirk fundara Hilverton antes de dedicarse a triunfar con los melodramas.
el chulucu
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