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España España · Barcelona
Críticas de Alvaro_Pelis
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
8
5 de enero de 2023
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No todos saben que las ideas para hacer la saga “Piratas del Caribe” no fueron originales. Fueron adaptadas, no de una novela, ni tampoco de una obra de teatro, sino de un parque de atracciones de Disneyland, originado por Walt Disney en 1964. Pues, al igual que toda adaptación cinematográfica, las tres primeras películas de “Piratas del Caribe” mantienen la esencia de su origen: verlas es como ir en una montaña rusa.

Escribo esta crítica de la segunda película (mi favorita de las tres) en representación también de la primera y la tercera ya que, en general, me parecen películas muy similares, especialmente en lo que a tono y esencia se trata.

Es interesante saber que con el desarrollo del CGI durante la historia, los realizadores se encontraron con el problema del rostro: cómo convertir una cara, con sus expresiones, en algo digital sin dar con un resultado plano. Solución: convertir el rostro en algo monstruoso. Como no estamos acostumbrados a ver monstruos con expresiones de humano, no sabemos si en la vida real tendrían esa apariencia, así que nos los creemos. Ya que se convierte el físico en algo digital, era preferible llevarlo al extremo para aprovechar su potencial. De ahí que Gollum tenga tanto margen de expresividad y, por lo tanto, podamos conectar con él, cuando en “Las dos torres” tiene una conversación con las dos caras de su personalidad. Por eso, volviendo a “Piratas”, está tan logrado el físico de Davy Jones: un rostro sobrehumano que mantiene los rasgos del actor (especialmente en los ojos), lo que le da cierta humanidad. De esta manera se encuentra el equilibrio en el CGI, sin sobrecargarlo pero sin dejarlo insípido.

Pienso que, a pesar de sus lagunas de guion, la película logra construir la historia con buen ritmo y a través de escenas de acción ingeniosas, visuales y divertidas, rozando el slapstick.
Por ejemplo, en la secuencia donde Jack, Will y compañía tienen que escapar de la isla de los caníbales, se construye perfectamente la acción y casi involuntariamente la comedia a través de todos los elementos fílmicos.
Con muchos momentos inspirados en el cine de Buster Keaton, se pone a los personajes en situaciones de urgencia pero con elementos físicos fuera de lo común. Como cuando Will y los piratas huyen de la tribu arrastrando la jaula, o cuando Jack se defiende accidentalmente de las frutas a través del palo que lleva en la espalda.
La ridiculez del momento se suma al contexto y al bagaje, lo que genera un híbrido entre tensión y comedia, y satisfacción visual. Además, el montaje (de la mano de la música y el sonido) apoya perfectamente el tono, cambiando constantemente el punto de vista entre las dos escenas, con dinamismo pero siempre generando progreso. El blocking y coreografías de los actores y de la cámara, perfectamente medidos, también generan un contraste muy propio del género entre el movimiento y la estática. Solo hay que ver esos silencios incómodos tras un momento de acción trepidante.
La comicidad física de los actores (especialmente de Depp) es otro elemento a favor de estas ideas. Tanto las piruetas más extravagantes como los pequeños gestos de la expresión, o incluso la falta de movimiento, hacen que la parte visual se haga todavía más inteligible y llamativa. De esta manera, la dirección de Verbinski logra crear ideas visuales y rítmicas, que es lo que le da más personalidad y sentido del humor a la secuencia.

Lo mismo ocurre con la famosa secuencia de “la rueda”, donde Will, James y Jack luchan por la llave, a la vez que Elizabeth, Gibbs y Ragetti se encargan del cofre.
Se consigue equilibrar los puntos de vista y que todos los personajes tengan una función en la secuencia. Al igual que ocurre en la huida de los caníbales, las dos escenas (la de la rueda y la del cofre) se retroalimentan hasta acabar confluyendo en el mismo espacio, de manera que se consigue construir una cohesión. Pero creo que lo más característico de esta secuencia es la relación de roles entre Will, James y Jack.
En "El bueno, el feo y el malo" vemos al héroe (Clint eastwood) contra el villano (Lee Van Cleef) y en medio de ellos al espectador que observa intrigado cómo se van a matar por salirse con la suya (representado por el personaje de Eli Wallach). En “El cofre del hombre muerto” ocurre algo similar pero a la vez diferente: Will y James luchan con espadas de manera genérica, el héroe contra el villano (o en este caso el antihéroe). Pero Jack está en medio, como un estorbo, sin saber si meterse en la pelea o esperar a que ellos fallen para conseguir la llave. Y ahí es donde surge la comedia: como si de una parodia a las películas de acción y aventuras se tratara, el personaje más torpe se acaba saliendo con la suya a base de pura suerte (de nuevo, un elemento muy inspirado en el cine de Chaplin y Keaton).
Los elementos de puesta en escena y de montaje mencionados apoyan esa comicidad, y de esta manera todos los elementos de guion, dirección y montaje se integran con el tono de la película.

También cabe destacar esas escenas donde están Jack y Davy Jones juntos. Vemos un contraste entre un villano totalmente en serio y un protagonista casi paródico, imposible de tomar en serio y constantemente haciendo pequeños gags que surgen de la interpretación de Depp. Es casi un reflejo entre los dos tipos de piratas más opuestos que pueden existir. Lo más dramático frente a lo más cómico posible.

Aun con diecisiete años sobre sus espaldas, pienso que “El cofre del hombre muerto” hace un trabajo brillante en lo que a CGI, comedia visual, caracterización de personajes y construcción de escenas de acción se trata. Quizá, un trabajo más afilado y meritorio que muchas películas actuales alabadas (véase las películas de “Avatar” o de “Vengadores”) que no aportan algo tan diferente a lo que aportó “Piratas 2”.
Una pequeña joya a tener en cuenta que renueva el cine de piratas, un cine muerto como Davy Jones pero vivo gracias a Jack Sparrow.
Alvaro_Pelis
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5
11 de enero de 2023
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi “The Batman” por primera vez en el estreno en cines, y la disfruté. Unos meses después, la volví a ver en la televisión, y la aborrecí. Fue en el segundo visionado donde me di cuenta del poco misterio que tiene la película. Por la noche, me quedé en la cama pensando en ella, y llegué a la conclusión sobre qué es lo que me hizo perder la ilusión: su falta de estilo. Pero, ¿qué es el estilo?

Según mi experiencia viendo cine a través de los años, creo que el estilo es lo que convierte una película correcta en una gran película. El estilo es aquello que se aporta a las imágenes y la narración más allá de lo básico. Por ejemplo, el estilo de Buster Keaton se basa en la comedia visual. Una escena donde un hombre baja por las plantas de un edificio se podría rodar de manera genérica, con planos de “stablishing”, algunos movimientos de cámara para seguimientos y quizá, planos más cerrados del personaje. Pero Keaton lo rueda con una coreografía planificada de manera que se cree un dibujo a través del edificio para generar satisfacción visual, y la cantidad de variaciones acrobáticas es lo que genera la comedia. De esta manera, al ver la escena sin contexto, el único director que nos viene a la cabeza es Keaton, porque es quien se ha apropiado de esta manera de filmar. Es su sello autoral. Podría poner muchísimos más ejemplos: Hitchcock y sus montajes externos que construyen suspense, Kubrick y sus “travelings in” en angular desde detrás de los personajes, o Chazelle y sus secuencias climáticas casi surrealistas.
Pues tal vez soy yo, pero pienso que en “The Batman” no hay ningún elemento o elementos característicos como "sello autoral", que al final, eso es lo que hace la magia cinematográfica.

Es curioso cuando alguien que no está del todo convencido con una película utiliza un término para hacerse sentir que no ha desperdiciado su tiempo y dinero, que es "se deja ver". Pues creo que “la película se deja ver” no tiene porqué ser algo bueno. “The Batman” se deja ver, pero por defecto. Se deja ver por el hecho de ser estándar. Quizá por tener una narrativa simple, fácil, comprensible. Pero eso no la hace precisamente una buena película, ni siquiera una película entretenida.

Fijémonos en lo que hacía que las películas de Batman de Tim Burton tuviesen un aura tan atractiva. La saga de Burton se aferraba a unas ideas concretas, principalmente la relación que había entre lo real y lo fantástico, muy influenciado por el Superman de Richard Donner. Se diferenciaba el punto de vista de Bruce Wayne, como un hombre rico de lo más típico, con su alter ego Batman, el antihéroe rudo imposible de desenmascarar. Las películas trataban sobre el conflicto entre el mundo ordinario y el mundo fantástico, dos mundos que para el protagonista nunca podían llegar a convertirse en el mismo, ya que eso conllevaría a su perdida de identidad y, por lo tanto, su fracaso como superhéroe. Pero esta idea en “The Batman” se pierde. No hay diferencia entre el Bruce Wayne “emo” y su otra personalidad como Batman, igual de “emo”. Es una representación mucho menos sustancial, mucho más mediocre.

Y lo mismo ocurre con la trilogía del Caballero Oscuro de Nolan. Estas películas se aferraba a unas ideas de guion, puesta en escena e interpretaciones, donde se generaba una diferencia enorme entre Batman y los villanos. Por ejemplo, en “El caballero oscuro”, Batman se representaba como un ser muy puro, muy formal, en representación del orden. En cambio, Nolan retrataba a Joker como un ser violento, anarquista, sucio, con cicatrices en la boca y mal maquillado, en representación del caos. Y en este caso es evidente lo mucho que aportaba Ledger, con esos tics en la boca, esos tambaleos del cuerpo y esa inquietud que transmitía cierta intranquilidad.
Pero “The Batman”, de nuevo, pierde esta idea. Todos los personajes y todas las imágenes están en el mismo calibre. Ya no hay esos contrastes físicos y psicológicos entre protagonista y antagonista, lo que diferenciaba la seriedad de Batman con el tono vacilón de Joker. Ahora, todos los personajes están en el mismo tono.

Por lo tanto, en “The Batman” no hay mucha sustancia que analizar. La película, no solo deja de lado las ideas que proponian las anteriores sagas de Batman, sino que siento que además no se aferra a ningunas ideas nuevas. Formalmente, la película funciona, ya que se construye la historia, tanto textual como plásticamente, con ciertas intenciones. Pero el conjunto es superficial, monótono y olvidable. También mediocre e innecesario, un "nada que no haya visto". Las imágenes son superfluas, con mucha decoración, pero no tanto contenido. Son imágenes técnicamente muy bien filmadas, pero eso no quita su desinterés narrativo.
Entro en sección Spoilers para poner un ejemplo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro_Pelis
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8
2 de enero de 2023
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alomejor soy el único que piensa que todos están enfermos en esta serie. Es cierto que Larry es un tocapelotas, un despistado y un maniático hasta rozar la inadaptación social. Pero todas las personas que le rodean en esta serie solo hacen que alimentar su desequilibrio mental. Este es, quizá, el mayor atractivo de “Larry David: Curb Your Enthusiasm”: un mundo (aunque no tan alejado del nuestro) en el que no quisiéramos vivir.

Creo que el fuerte de esta gran serie y del propio autor, son lo guiones. Al igual que nos podrían afirmar artistas/humoristas similares, como Ricky Gervais o Woody Allen, escribir sobre la cotidianidad no es tan fácil. Pues lo que hace Larry (como autor, no personaje) en este serie, es convertir un conjunto de situaciones cotidianadas en algo perfecto, dramatúrgica que no socialmente hablando. Escribo esta crítica habiendo visto solo las dos primeras temporadas (ya magníficas aun con veinte años encima), cuando la serie aún se sigue produciendo. Por lo tanto, solo puedo poner la mirada en lo más veterano aunque no menos importante de la serie. Por ahora, me atrevo a decir que los guiones de “Curb Your Enthusiasm” son casi perfectos. Y digo “casi” porque encuentro algunos problemas que tienen que ver con la intención-ejecución o la lógica de los guiones, pero que ni me voy a molestar en explicar.
Miremos, por ejemplo, cómo el episodio “The Doll” (2x07) construye perfectamente la trama, sin necesidad de meternos en detalles estructurales (Spoilers hasta el final del párrafo):
Se siembran varios plantings durante el primer acto del episodio que van a generar el incidente desencadenante y van a afectar el desarrollo del segundo acto, hasta que acaben confluyendo en la resolución del tercer acto. Entre ellos, la incesante necesidad de Larry de ir al baño, el mal rollo que se incrementa constantemente entre Larry y las mujeres, el problema con el pelo de la muñeca o el favor fallido de Larry de esperar dos minutos en la puerta del baño. Todo lo que plantea y desarrolla el episodio tiene una función (ya sea mayor o menor, pero siempre importante) para obtener la situación final, en este caso, la niña acusando a Larry de “tener algo duro en la bragueta” mientras la abraza en el baño, que en realidad es la botella de agua.

Resumidamente: en el primer acto se generan problemas para Larry (estado negativo), los cuales de alguna manera consigue solucionar durante el segundo acto (estado positivo), pero los cabos sueltos se acaban resolviendo en el tercer acto y se le vuelve a dar la vuelta a la situación (estado muy negativo).
Démonos cuenta de que todos los episodios tienen una estructura similar. De esta manera, se construye una historia donde todo tiene una función y el resultado final tiene el objetivo de poner a Larry en su sitio: pase lo que pase, todo lo mundo le acabará odiando.

Por otro lado, pienso que el mayor mérito de la serie está en su contexto. “Curb Your Enthusiasm” es pionera, seguramente la primera en plantear la sitcom como algo “real”. Al igual que Thomas Edison fue aparentemente el inventor de la bombilla, pero en realidad solo se encargó de mejorar el invento de Joseph Wilson Swan, Ricky Gervais, el aparente creador de la sitcom como “falso documental” en la “The Office” británica, solo se encargó de mejorar lo que planteaba Larry David, para llevarlo al extremo (lo que Larry no se atrevió a decir directamente a cámara lo hizo Gervais). Gervais decía: “no incluyamos nada que pueda ser considerado un chiste, no pongamos pelucas a nadie, prescindamos de las risas enlatadas, que no sea algo realmente divertido”. Pues esto es algo de lo que ya era consciente Larry David en su serie. Estos dos pioneros se encargaron de dar nacimiento al “post-humor”, un humor por el que nos sentimos cautivados, no por la satisfacción de saber que las cosas van a salir bien, como en la sitcom más clásica, sino por la satisfacción de saber que las cosas van a salir mal.

Si lo más adictivo de “Friends” era la identificación que sentíamos al ver repetidas una y otra vez las mismas situaciones (Joey ligando, Chandler haciendo chistes malos, Monica obsesionada por la limpieza o Phoebe tocando el famoso “Smelly Cat”), en “Curb Your Enthusiasm” y, por qué no, también “The Office”, nos sentimos irresistiblemente atraídos por esa incomodidad que se genera con la distancia entre la imagen que tiene el protagonista de sí mismo y cómo le ven los demás. Larry es un obsesivo compulsivo, no para hasta salir victorioso tras defender su postura en cualquier situación. Por lo tanto, la única función del espectador es ser testigo de cómo Larry es incapaz de no automasacrarse. Él es perfectamente consciente de que las cosas le saldrían mejor si cerrase la boca, pero no le importa, por que le da igual la imagen que tengan los demás de él. Y eso es precisamente lo más atractivo del personaje.
Es como si se filmase lo que hay detrás de las cámaras de una sitcom clásica. Todo lo que no vimos de “Seinfeld” ahora se muestra en una serie casi tan larga. Me gusta ver “Curb Your Enthusiasm” como la “anti-Seinfeld” o, mejor dicho, la “anti-sitcom”. Y ahí es donde está la genialidad de esta serie: Larry David encontró la manera de hacer una sitcom, algo que se enfoca principalmente en la repetición, irónicamente diferente, con otro lenguaje, encontrando el equilibrio entre los dos términos antónimos que son la repetición y la originalidad. La sitcom hecha anti-sitcom. El anti-humor. El nuevo humor.

Larry dio un paso hacia delante de “Seinfeld” a “Curb Your Enthusiasm”. Ya no hay humor, ya no hay risas enlatadas. Las imperfecciones ahora son imposibles de ocultar. Su propio rostro en pantalla no hace otra cosa que querer hacer reconsiderar su figura pública, mostrar todo lo que ocultó de su persona en “Seinfeld”. Ahora solo vemos a un hombre paseando por Los Ángeles, sin nada que hacer, que nos muestra la infinidad de cosas que ocurren cuando no ocurre nada.
Alvaro_Pelis
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5
11 de febrero de 2023
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg se refleja en “Los Fabelman” a través de dos historias: una puramente externa en la cuestión de la familia, los amigos, las novias, etc., y otra puramente interna, en la cuestión de mostrar la ambición del personaje por el cine, y cómo el hacer películas le ayuda a forjar una identidad.
El film hace un gran trabajo en cuanto a la relación dramática que hay entre las dos historias, de manera que lo que filma afecta a su vida personal o viceversa. La narrativa fusiona las dos capas de la historia para que vayan de la mano.
Constantemente se insiste en diferenciar la “afición” de Tom (Gabriel LaBelle) a filmar, con los conflictos personales. Pero la narrativa no olvida la poca distancia que hay en realidad entre esas dos cosas. Si para Tom el cine se trata de inmortalizar las imágenes para hacerlas impactantes, la película demuestra eso, de manera que todo lo que Tom rueda sobre su familia y sus amigos, tanto lo bueno como lo malo, va a aportar algo a la narración para que la historia avance. La afición se entremezcla con lo íntimo para darle un sentido, y la suma de las dos cosas da como resultado una muestra de la visión que tiene Spielberg sobre el mundo. Al tener una función narrativa, el acto de crear imágenes se convierte en algo simbólico. Por lo tanto, el leitmotiv cinéfilo de la película no es un simple adorno, ya que de alguna manera demuestra a través de lo personal el porqué de la atracción de las imágenes hacia el personaje.

De todas maneras, “Los Fabelman” apuesta más por una cuestión emocional que por una cuestión formal. La historia puede ser emocionante, ya que da un acercamiento muy íntimo al drama familiar, pero el estilo de la película no acompaña la emoción. Se hace más interesante el contenido que la forma: una bonita historia relatada de manera un tanto genérica. Cuando en “Babylon” se contaba una historia sobre cine con apariencia de cine, “Los fabelman” cuenta una historia sobre cine con una intención formal mucho más pasiva, y el espectador lo vive con demasiada distancia. El film está rodado y planificado con brillantez técnica, pero hay algo que falta más allá de lo simplemente acertado. Tiene algunas imágenes bonitas (véase el Tom niño observando los trenes chocando en el cine al estilo "Cinema Paradiso" o la madre bailando delante del coche), pero poco dicen independientemente de lo superficial.
Como si para Spielberg, el hecho de recrear sus recuerdos justificara la simpleza narrativa.

Además, seguramente no sea el único que esperaba ver una autobiografía de Spielberg, pero se ha llevado una decepción al no ver por ningún lado a Indiana o a E.T. Solo he visto la historia de un joven que podría ser Spielberg como podría ser cualquier otro. No hay nada concreto que me diga demasiado de él, y el resultado se queda en el drama familiar sesentero de toda la vida. No se muestran sino que se cuentan las motivaciones del personaje, un personaje más narrador que protagonista. Un niño americano apasionado por el cine porque quiere inmortalizar los momentos idealizados, cosa que le viene de familia… nunca dejará de ser algo bonito, pero me atrevería a asegurar que eso no es lo único que hacía grande al cine para Spielberg. Asi que la historia se acaba quedando en lo trivial, y prevalecen más las emociones del personaje que su genialidad. Quizá hubiese sido más interesante mostrar lo que le hace diferente de los demás, a través de su visión artística. De dónde surgen las grandes historias.

Las mejores y más entretenidas secuencias de “Los Fabelman” son las de Tom filmando películas del oeste en 8mm con sus amigos. Parecía que el film se iba acercando poco a poco al Spielberg más dirigente y entusiasta, además de ser unas secuencias narradas técnicamente a la perfección (aunque en realidad todas en la película). Pero el film se acaba yendo por una rama más "high school" y acaba contando la historia de un chaval que sufre acoso por ser judío (¿o por ser un pringado? Puede que las dos, o ninguna).
Al final, no deja de ser una historia sobre el arquetipo americano: los años mozos, bailes de graduación, ligoteos, bullying y voleibol. Banalidades. Es una historia extremadamente suavizada y autoindulgente. Parece que Sam lo hace todo bien, son los demás los que se equivocan. No hubiese estado de más mostrar de él una cara algo más sombría. En "Boyhood" (Richard Linklater, 2014) el protagonista pasa por esa fase de la pubertad medio deprimente donde no sabe qué hacer con su vida, casi como una crisis de identidad. En él sí que me veo reflejado porque muestra algo muy verdadero. En "Los fabelman" solo vemos la mejor versión de cada uno como si de un perfil de Instagram se tratase, y además se añaden falsos conflictos dramáticos con la familia y los compañeros de clase para hacer creer al espectador que los personajes lo están pasando mal. Con tanta falsedad me es imposible identificarme con el protagonista.

Creo que no está tan claro lo que es realmente una película "personal". ¿Es una película personal una película autobiográfica? ¿O una película en la que el director muestra su perspectiva sobre la historia, aunque trate sobre personajes despreciables, también es una personal? Siento que "Los fabelman" es una película falsamente personal. Spielberg ha querido hacer de lo íntimo algo épico. Una película personal con la que cualquiera se pueda identificar. Quizá de ahí viene mi sensación de haber visto una historia mediocre y genérica. Sigo en la sección Spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro_Pelis
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4
24 de marzo de 2023
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni estilo, ni sustancia, ni emoción, pero mucho fanservice. ¿Por qué? Al grano. Empecemos con una comparación.

En “Los Vengadores” (2012) se marcan unas ideas de puesta en escena en función de potenciar las sensaciones. Por ejemplo, en la escena de acción de los vengadores contra Chitauri se desarrolla una coreografía que da fluidez a los movimientos de cámara y al ritmo de montaje. Podemos ver un blocking planificado en el que cada héroe tiene su propia función dentro de la acción y se aprovechan algunos de estos elementos para transicionar de una situacióna otra. Pero también podemos ver un pequeño respiro donde los personajes piensan sus jugadas y se desenfrena el subidón mientras el montaje, el tratamiento de la cámara y la música acompañan ese descanso.
También, cada héroe se trata de una manera distinta dentro de la secuencia para que cada uno, según su poder, haga avanzar la acción (Thor se encarga de cerrar el portal con sus rayos, Hulk se encarga de destrozar el enemigo más grande, Ironman se encarga de desviar el misil, etc.), siempre ayudándose entre ellos.
A todo esto se suma el añadido de algunos planos memorables y una buena caracterización visual de cada personaje, donde la forma y el color de sus cuerpos y vestuarios hace que se distingan fácilmente.
Con todo esto se construye una secuencia con la cantidad justa de adrenalina y emoción como para dejar huella en la película.

Pues en “Endgame” todo eso se disuelve en un conjunto monótono y sin forma. Un ejemplo fuera de las escenas de acción es el vestuario que utilizan cuando viajan en el tiempo. Como si fuesen una bambas de Nike, todos los héroes llevan un traje casi completamente blanco, literalmente genérico. Es como si me encargan pintar un cuadro y entrego el lienzo en blanco, poniendo la excusa de que ese es mi estilo.

En la secuencia de acción final de "Endgame" la historia no debe avanzar sino que debe explotar en un espectáculo. Y eso lo sabe perfectamente porque de alguna manera lo consigue. Pero lo consigue de una manera hueca y solo mos queda escena de acción del montón.
Durante la mayor parte de ella vemos a los héroes luchando sin un objetivo claro, sin una progresión en la narración. La acción no se desarrolla sino que se lanzan a los héroes en un escenario genérico lleno de cascotes para que peguen enemigos hechos con CGI de manera aleatoria, sin coordinación, como si de un niño jugando con sus juguetes se tratase. Durante la escena solo vemos una serie de pequeñas victorias donde cada personaje va por su cuenta. Hasta que al final, de golpe, el lado bueno gana la batalla con un solo movimiento (Ironman chasqueando los dedos). Aquí es donde se pierde la épica, ya que no se nos transmite una sensación real donde dos ejércitos luchan por un objetivo. La guerra está de fondo y vemos más elementos decorativos que fundamentales para la progresión de la acción. La orientación espacial también se pierde en el espectador al no poder situar a los personajes debido a su pobre planificación. Y esto es algo más importante de lo que parece porque es lo que debería generar una sensación satisfactoria. Por ejemplo, en una de las situaciones, Thanos corre hacia Pantera Negra y de repente aparece Bruja Escarlata a modo de deus ex machina. Este recurso podría funcionar mucho mejor si hubiésemos sabido por lo menos dónde estaba ella y se hubiese dilatado la situación. Así se daría una sensación más potente de peligro y luego de salvación. En cambio, la narración no prepara ni desarrolla el momento sino que se cuenta con la esperanza de que el espectador se sorprenda.

Una escena de acción debe construirse con las mismas intenciones que cualquier otra escena de la película. Se trata de contar una historia en miniatura a través de los detalles, lo concreto, y no que simplemente ocurran cosas sin propósito. Pues esto ejemplifica la mayor parte del resto de la película. Al igual que la batalla final está hecha con mucha menos esencia de lo que debería (y demasiados elementos), el conjunto de la película utiliza una inmensa cantidad de recursos para contar la historia de la misma manera insustancial. (Spoilers a partir de aquí) A eso añádele momentos donde aparece un personaje rescatado de otra película anterior, o como cuando el Capi coge el martillo de Thor, o cuando alguien dice una frase emblemática. El fanservice no es algo necesariamente malo si está bien incorporado en la historia pero tampoco debe ser un sustituto de esta. Al igual que en “Spider-man: No Way Home”, este tipo de autorreferencias pueden ser impactantes momentáneamente pero lo que podrían ser escenas eliminadas se tratan como si fuese parte del estilo. Es un efecto paradójico donde se construye el presente a base de cachitos del pasado, como si fuese una recopilación de los mejores momentos de la saga, creando un falso efecto de nostalgia donde parece que una película de hace siete años de la misma franquicia ya es un clásico del género. Casi parece que está haciendo los deberes, tachando de la lista las cosas que más pueden hacer gritar a los fans en la sala.

Y no hay nada de malo en que la historia sea una excusa en las películas. De hecho, eso es algo importante, ya que lo que realmente cuenta una película nunca debe salir del todo a la superficie. Pero la historia debe ser una excusa siempre que vaya de la mano de lo subtextual, es decir, que una cosa nos haga sugerir la otra. En “Endgame” la historia es una excusa solo para dar paso al fanservice. Así que en la película no hay una capa profunda sino solo dos capas externas, la del presente y la del pasado. Como la capa del presente solo es una excusa, la capa del pasado pierde fuerza a los dos segundos de que haya aparecido cualquier autorreferencia y la capa profunda no existe, entonces no nos queda nada. Una película que me lleva a pensar que he pasado tres horas viendo el absoluto vacío. Sigo en la sección Spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro_Pelis
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