Muy buena película que no cae en los facilismos y ligerezas en las que podría caer, dado el tema que trata. Gran guión, ciertamente muy bien adaptado, estupendas actuaciones (Phillip Seymour Hoffman es un gran actor, de Streep qué decir, Amy Adams correcta y Viola Davis memorable en un pequeño papel) y una historia difícil de contar que sin embargo es abordada en toda su complejidad, con sensibilidad y respeto. Un film perdurable, seguramente. Con algo de artesanal, como los vinos de autor. El autor en este caso, no hace falta aclararlo, es John Patrick Shanley.

La mejor película que he visto, sin duda. La fotografía, el guión, Marlon Brando, Al Pacino... en fin. Qué decir de este fresco cinematográfico que da todo lo que se pretende de un film. Un comienzo sutil, sugerente, un argumento que va tornándose más y más denso y tenso, una música hipnótica, un final perturbador. Uno se queda con ganas de seguir viendo, por horas y horas. La miro y la vuelvo a mirar, y no me canso de hipnotizarme con los tics de brando, los arrebatos de James Caan y la torva mirada de Al Pacino, para fastidio de mi mujer, a quien no le hace gracia mirar una película más de dos veces.
Si alguien está leyendo mi crítica y no la vio, por favor, que no se muera sin hacerlo. La vida es demasiado corta y no sabemos si hay cines del otro lado. De todos modos, si a Dios se le ocurriera filmar alguna película, tendría que ser muy parecida a esta.