Pero que acaban de ver mis ojos!!! Cuanta estridencia y confusión se puede aunar en apenas 10 minutos de película. Me dispuse a verla con la intención de pasar un buen rato, no soy un gran admirador de las películas de superhéroes pero tenía ganas de algo de acción de la buena. Sin embargo, fue empezar a verla y montarme un cacao impresionante. Que si éter por aquí, que si elfos oscuros por allá, que si destrucción masiva, explosiones, superpoderes, cascos vikingos por doquier, cambios repentinos de cámara y mucha espectacularidad sin sentido. No me esperaba para nada ese comienzo, me pilló por sorpresa, me descolocó y me levantó un dolor de cabeza impresionante aparte de casi conseguir que me reventaran los ojos. Pero Alan, con tu currículum, ¿que se te pasó por la cabeza haciendo semejante introducción?, pensaste que tenía algún sentido empezar así o dijiste: "cuanto más sin sentido mejor". A lo que alguien le respondería: "Pero Sr. Taylor, ¿se hace usted cargo del ataque de epilepsia que le puede entrar al espectador viendo semejante bodrio?". Evidentemente no se hizo cargo.
En fin, que es insoportable, rimbombante como pocas películas he visto y estúpida a más no poder. Por favor, por el bien del cine y de nuestra salud, no hagan una tercera parte.

Quien diga que esta película es buena es o que no la ha visto bien o que es muy fan del director, porque si bien algunos directores también sacan provecho de cortos diálogos y planos largos ( Sophia Coppola) no se hacen sus películas insufribles como ocurre de manera patológica con Anderson. Lo que no entiendo es el sentido y el entretenimiento que se le puede sacar a sus cintas, porque centrándonos en la trama, podían haberle sacado mucho más jugo de haberla rodado con algo más de dinamismo y de acción y el torpe del director decide, no sé si a propósito o no, dormirse en los laureles. Este director necesita que alguien le despierte del letargo porque, en mi opinión, está repitiéndose demasiado con sus películas. Lo único salvable es el póster que es original y alguna actuación.

Darren Aronofsky, es en mi opinión, uno de los directores mas serios y talentosos del cine, ha firmado películas tan exitosas como "The Wrestler" (donde además relanza la carrera de un descarriado Mickey Rourke), "Réquiem por un sueño" o "Cisne negro".
Dicho esto, me dispongo a ver Noé, esperando ver un drama psicológico donde nos expusieran la dura vida del personaje bíblico Noé. Entre el misticismo y la locura pensé que iba a retratar a este señor que un día por mandato divino decide hacer un arca de dimensiones bíblicas. Pero aquí es donde entra el director/guionista Aronofsky, que ve oportuno meter gigantes de piedra, elementos fantásticos y a un Noé que se le ve muy confiado y decidido en su cometido. Una película muy descafeinada, que raya por momentos la sensiblería de Disney y donde la carencia de algunas actuaciones (Emma Watson) son compensadas con CGI a mansalva. Yo no me esperaba esto, una decepción enorme para una cinta que raya lo absurdo (¿Anthony Hopkins que es un erudito o el puto Gandalf?). En fin 140 minutos tirados a la basura.

Esta película es un bodrio. Desde el principio te temes lo peor sufriendo, más que viendo, la insoportable actuación de los Smith. No se sabe quien de los dos la caga más, porque la verdad ambos se esfuerzan en actuar peor y peor a medida que el desaprovechado metraje transcurre lenta y dolorosamente. Acabas con un dolor de cabeza insoportable y con unas ganas de mandar a los Smith a otro planeta que no veas. La historia es más sosa que la sopa sin sal y la expresividad de Will Smith brilla por su ausencia. Los efectos especiales se salvan pero eso no la hace mejor. En resumen, el príncipe de bel-air con depre y su hijo cagón recorren la Tierra con más pena que gloria, siendo el final lo más insulso que el cine nos haya brindado en muchas décadas. Ah y Shyamalan ya puede hacer las maletas y volverse por donde haya venido, dejar el cine y dedicarse al espiritismo, encajaría más.

Lentísima película de Spielberg que abusa de la extenuante narración combinada con planos interminables que no hacen nada más que aburrirte. Es desde luego un gran remedio para el insomnio porque es imposible, por mucho que te guste Spielberg, que te llame la atención este bodrio. Daniel Day-Lewis es el único salvable del film (que no la voz del que lo dobló) que hace de su simple presencia un valor añadido a la cinta. Por el resto, no me parece que explique tan bien como debiera el momento histórico en el que trancurre, ya que es tan intermitente, te aporta tan poca novedad y te da tanto relleno que acabas por perderte en el mar de historietas que el propio Lincoln cuenta al espectador como si ese fuera el propósito de ir a verla. Yo diría que el intento patriótico de Spielberg ha hecho que ni el mayor de los americanos trague esto. Increíble como tanta sensibleria e intimismo desmesurado trasforma la vida de un histórico presidente en un chochete cuentacuentos.