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Críticas de Cinemagavia
Críticas 4.010
Críticas ordenadas por utilidad
8
1 de abril de 2023
55 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Humor, mucho humor

John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein es el dúo que cogen el timón de la dirección en esta ocasión, adaptando a la gran pantalla junto a otros tres guionistas más, una historia de Chris Mckay. Voy a comenzar mencionando las bajas expectativas con las que iba a ver Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, sinceramente creí que iba a encontrar algo totalmente diferente a lo que terminé viendo, yo, persona con poca relación al juego. He de decir que me alegra haber encontrado una película de lo más entretenida y con un ritmo que otras desearían tener. Y es que Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones cuenta con una duración de más de dos horas y pasa cuál rayo.

La base de este resultado es el gran guion que trae bajo el brazo Dungeons & Dragons. La película nos introduce en el conflicto de una manera completamente sencilla y sin intención alguna de ser pretenciosa, dejan claro desde su inicio el tono y el código en el que nos vamos a ver inmersos. No vamos a encontrar una película que mueva los cimientos del género, ya que se trata el viaje del héroe y demás clichés de este tipo de género.

Eso sí, Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones viene cargada de ingenio y humor, humor por doquier. Tiene la suerte de suministrar sus dosis de forma eficaz, que si bien a momentos puede descolocar un poco, en su gran mayoría consigue sacar una carcajada al espectador. Además, no se basa en acaparar un tipo de gracia infantil, sino que hay un esfuerzo por cubrir desde los más pequeños a los veteranos seguidores.

Como ya he dicho, la trama se ve desarrollada con una eficacia de ritmo totalmente brillante y esto debido a la gran cantidad de secuencias de acción, secuencias que se nota lo bien coreografías y trabajadas que están. A esto agradecer el ingenioso juego de diálogos entre los personajes.

*Por fin unos personajes carismáticos

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones tiene consigo una baraja de personajes de gran calidad. Todos y digo todos, se sienten realmente verosímiles con sus motivaciones y razones por las cuales aventurarse en el camino del protagonista. Si bien quien menos podría destacar de esta película sería la joven actriz Sophia Lillis, a la cual si siento un tanto sobreactuada en ciertos momentos, pero que aún así consigue aportar un buen matiz interpretativo respecto a la bondad de su personaje.

Lo mismo puedo decir de Justice Smith, el cual si bien logra desarrollar un buen papel y darnos momentos bastantes graciosos con un casco, no llega a la altura del gran trabajo de Chris Pine y Michelle Rodriguez, los cuales consiguen que sus personajes no cojeen y caigan en la caricatura en ningún momento pese al elevado tono humorístico de sus papeles. Y es que sus personajes están tan bien trabajados en cuanto a arco dramático y trasfondo, que consiguen empatizar con el espectador al instante.

Con respecto a los villanos, si he de decir que el personaje de Hugh Grant es el único que no consigue aportar mucho a la narrativa de la película, se siente un tanto desmesurada su intención y es difícil de creer que el personaje haya conseguido llegar tan lejos con lo torpe que es. Quien si logra intimidar y preocupar por la seguridad de todos los protagonistas es Daisy Head como Sofina, ojo con Sofina. Cada aparición de este personaje hace que el humor se vuelva en total tensión y la letalidad que han dado a sus poderes consiguen que esta villana sea recordada con una de las batallas más épicas.

*Efectos especiales de primera

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones cuenta con un diseño de producción y una realización de efectos especiales muy potentes, de lo mejor que se habrá visto en esta racha de efectos “churreros” y mal logrados. Y es que los diseños de las criaturas y dragones son espectaculares y las batallas están muy bien compuestas.

Cabe recalcar el gran trabajo de maquillaje y vestuario, la película consiguen equilibrar el uso de maquillajes y prótesis reales para minimizar al máximo un mal cgi. Algo que se agradece desde aquí, quien apoya esta causa con puño de hierro.

*Conclusión

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones consigue ofrecer un producto redondo en cuanto a humor y acción, ofreciendo la película que los fanáticos estaban esperando e incluso ser capaz de conquistar al público que no tiene relación con este mundo.

Escrito por Adrian Condoy
Cinemagavia
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9
16 de marzo de 2020
55 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El silencio de los corderos

Esta extraordinaria película comienza con un plano de la protagonista, desde atrás, mirando al horizonte desde su lujosa casa de muñecas. Ella está desenfocada y, poco después, entra en foco. La vemos entre tonos azules y rosas. El tratamiento del color es básico en Swallow. Ese momento, ese simple plano, resume gran parte de lo que habla la película.

Poco después veremos una escena en la que tres corderos se agolpan asustados en el rincón de una granja. Las manos del granjero agarran al cordero más débil, al que queda rezagado. Después veremos como lo desollan y descuartizan, como son cocinados unos bistecs y como son servidos para la cena. En la mesa, gente rica saborea la carne.

Entre esos individuos está Hunter (cazadora en inglés), nuestra protagonista. En ese momento, ella aún es un cordero, pero pronto encontrará una forma propia de expresar sus necesidades básicas como ser humano. Se convertirá en una cazadora de emociones y sentimientos reprimidos.

*La esposa (im)perfecta

Hunter es la esposa perfecta. Preciosa, elegante, ama de casa, prudente, complaciente… Una chica florero ideal para su marido, director general de una importante empresa. Pero ella no es feliz en casa. Está sola, jugando con el móvil, limpiando y cocinando, buscando ser la chica que su marido espera que sea. Pero siente que nunca es suficiente. En su vida nunca ha sido suficiente para nadie, ni para su madre, ni para sus hermanas, ni para su marido, ni para los amigos y la familia de su marido.

Swallow significa golondrina en inglés, pero también es el verbo tragar. Es por eso que empieza su afición por tragarse cosas. Un acto compulsivo que le otorga poder sobre sí misma, sobre su cuerpo y sobre sus deseos íntimos. Su primer arrebato será masticar un cubito de hielo en un restaurante de lujo ante la atónita mirada de toda su familia política. No es algo anecdótico, se produce justo después de saber que se encuentra embarazada y de ser ninguneada por su suegro.

*La culpabilización de la víctima

El sentir la sensación fría del hielo en su boca le hace querer más. Se vuelve una extraña adicción. Lo siguiente será una canica. Es su secreto. Se siente orgullosa de sí misma. Sin embargo, poco a poco, su trastorno polifágico le hará tragarse todo tipo de objetos, algunos peligrosos para su propia salud y la del bebé que espera, como pueden ser una chincheta o una pila. Para ella, cada objeto es un nuevo trofeo que conservará con esmero en el tocador de su dormitorio.

Cuando su marido se enteré de lo que hace, no lo entenderá. Nadie lo hará. La chica arrastra sus propios problemas psicológicos de un pasado trágico del que no se ha sabido desprender. Swallow nos habla de un tema tan importante como la culpabilización de la víctima como castigo social. Cuanto más le exigen que pare, más seguirá con su afición a tragarse cosas. Lo único que busca es comprensión, cariño, un abrazo sincero.

*Los estados de ánimo a través de los colores

Swallow es el maravilloso retrato psicológico de una mujer herida. Carlo Mirabella-Davis realiza una ópera prima soberbia, impactante y polémica. Es un drama absorbente y conmovedor que por momentos se tiñe de thriller y te mantiene en tensión por el sufrimiento físico y emocional que sufre la chica. Además, está rodada con una exquisitez sublime.

La fotografía de Katelin Arizmendi es de una belleza arrebatadora. Emplea colores primarios para definir los estados de ánimo. Tanto la luz como los encuadres son armónicos y elegantes. La banda sonora de Nathan Halpern le otorga el misterio hitchcockiano que requieren algunas secuencias, mientras que otras se aderezan con canciones pop de The The, Molly Drake o Alana Yorke, bien escogidas.

El director ha comentado en diversas ocasiones que para escribir su guion se inspiró en la vida de su abuela. Una mujer que en los años 50 se obsesionó con tragarse pastillas de jabón y que terminó siendo ingresada en un psiquiátrico, donde le practicaron terapia de electrochoque y una lobotomía. Ese homenaje le da cierto toque retro a la propuesta, pese a lo moderno de su tratamiento escénico.

*Un clímax tan arriesgado como emotivo

Mención aparte merece la protagonista, Haley Bennett. Aunque la actriz ya había aparecido en algunas películas importantes como La excepción de la regla (Warren Beatty, 2016) o La chica del tren (Tate Taylor, 2016), es en Swallow donde se doctora cum laude, con una interpretación maravillosa y llena de matices. Perfecta.

La película afronta una parte final arriesgada y controvertida, pero Mirabella-Davis sale majestuosamente del entuerto. El clímax es una secuencia complicadísima donde se podría haber caído en el telefilm barato o el melodrama más tontuno, pero no. El director nos regala una secuencia emotiva y tensa con la colaboración de Bennett y el actor Denis O’Hare, que es para quitarse el sombrero. Luego ya solo le queda ese sencillo plano final de reivindicación feminista que cierra el ciclo vital de Hunter.

Conclusión

Swallow es un drama psicológico con elementos de thriller que plantea una reflexión interesante sobre las expectativas de género. Escrita y dirigida por Carlo Mirabella-Davis, es una ópera prima sorprendente, audaz, impactante y conmovedora. Tampoco elude la controversia.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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9
24 de agosto de 2023
54 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Mujeres que hablan

No diría que Las chicas están bien desmonte los cuentos de princesas, aunque la niña Julia determine que a la princesa del guisante hay que deconstruirla, pero sí hay rebeldía al mostrar la intimidad de cinco actrices. Una intimidad que no compite, sino que permite la escucha gracias al sosiego del espacio escogido para los ensayos. Cine dentro del cine rodado en un entorno alejado de los focos y el asfalto (se agradece tanto) para ahondar en los temas que importan. Mujeres que hablan sin que nadie las interrumpa (eso también se agradece). Fuerza y fragilidad en un espacio agreste que no es solo un marco, sino protagonista también de un cuento casi real. Un entorno rural que ofrece los árboles y la sombra, las flores, el silencio, el agua clara del río en el que las cuatro hermanas recitan las cartas del hermano ausente.

Pero esto ocurre casi al final, volvamos atrás que me estoy adelantando. Una directora, Itsaso Arana (La virgen de agosto), ha escrito papeles para cuatro actrices en lo que será (es) su ópera prima. Actrices y amigas de diferentes edades por las que se deja arropar y a través de las cuales su delicado texto fluye con ritmo, aunque haya parlamentos que parezcan del barroco, porque ¿Quién habla así? Pues las princesas de los cuentos y con ello juega Itsaso Arana, con ese lenguaje que transita entre lo intenso y lo espontáneo, lo imaginario y lo real. Para ello se sirve de un vestuario que nos traslada al teatro, enaguas y corsés que convierten el espacio de ensayo en un lugar apartado de la realidad, pero pegado a lo cotidiano.

*La delicada línea entre la interpretación y la realidad

El ensayo deja de ser un trabajo para ser un juego en el que todas participan con su propia voz. Fuera del ensayo, las experiencias vitales se comparten, algo que, según la directora, “nos hace mejores”. “Es el premio de compartir la vulnerabilidad y las fragilidades”. La historia de la princesa y sus hermanas se cuela en el día a día de cinco actrices que ensayan sobre una cama con dosel vestidas de mujercitas del siglo XIX. Itsaso escribe con estilográfica sobre cinco chicas que hablan durante siete días de verano en una casa rural. 5 chicas, 7 días y 1 casa. Conversan sobre interpretación, sobre el amor y la muerte mientras ensayan, comen y se viven.

Las chicas están bien es asomarse a la vida, espiarla con una sonrisa y una lágrima de emoción por la mirilla que nos regala el cine. Acompañar al príncipe despistado que no cambia la vida de Helena, pues ésta sigue con sus planes. Y acompañar la maternidad de Bárbara, la conversación de Itziar con su madre difunta y la declaración de amor de Irene. El cine clavado a la vida, la vida dentro del cine.

*Conclusión

Las chicas están bien es una exploración y un homenaje, a las mujeres y al cine y, por qué no decirlo, es una celebración de la vida aceptando el paso del tiempo. Es inspiradora y divertida, porque está habitada por cinco actrices que aportan naturalidad y talento. No es, para nada, una obra menor, más bien se me antoja un debut gigante para Itsaso Arana y una experiencia actoral también enorme para las cuatro actrices que abordan este trabajo con gran madurez.

Escrito por Susana R. Sousa
Cinemagavia
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10
29 de octubre de 2023
53 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una historia de personajes

Hacía tiempo que no terminaba una película con una sensación tan agradable y con un disfrute como el que he tenido viendo Vidas pasadas. La película, a priori sencilla, encapsula a la perfección las incertidumbres de la vida, las decisiones que tomamos y como estas definen nuestro futuro. Celine Song ha escrito un guion que se basa, principalmente, en las emociones de los tres protagonistas. Es una película de personajes, donde su entorno y todo lo que les rodea queda en segundo plano, adentrándonos así en la intimidad de cada personaje.

La vida de Nora está fuertemente influenciada por la de la directora, cuando sus padres, ambos artistas, decidieron dejar atrás Corea y mudarse a Canadá a la edad de 10 años. La pérdida de identidad y los conflictos que eso conlleva a lo largo de la vida de la protagonista, muestran la realidad de muchos inmigrantes en Estados Unidos. Hablar un idioma nativo que se siente lejano, abandonar una cultura conservadora para adoptar una visión de la vida mucho más abierta e individualista.

Nora es una escritora con unos ideales y un objetivo muy claro en la vida. Dejando atrás su pasado en Corea, Nora vive su vida tranquila hasta que reaparece su primer amor de la infancia, despertando esos sentimientos olvidados. Greta Lee comenta la importancia que ha tenido este papel para ella, donde su idioma nativo ha sido siempre una parte tan íntima de su vida que trasladarlo a la pantalla ha significado un reto personal.

Hae-sung es un personaje con una gran sensibilidad, un personaje masculino poco habitual en historias románticas que involucran triángulos amorosos. Celine Song ha escrito unos personajes maduros y honestos, capaces de lidiar con sus emociones de la manera más humana posible. La sinceridad de los diálogos, las emociones realistas de los protagonistas y la interpretación de los actores convierten a Vidas pasadas en una de las películas más honestas de 2023, con el debut de una directora que espero permanezca en el foco de atención durante mucho tiempo y siga regalándonos joyas como esta.

*Visualmente exquisita

A24 ha pasado de ser una distribuidora de películas independientes, a ser una productora de contenido original con una visión y un estilo muy definido. No solo eso, A24, al contrario que muchas otras productoras de renombre, es conocida por darle la oportunidad a nuevos talentos y apostar por guiones originales. Desde Moonlight, pasando por Todo a la vez en todas partes hasta la reciente Vidas pasadas, A24 ha conseguido posicionarse dentro de las productoras más importantes y exitosas del momento.

Como casi todas las películas de A24, Vidas pasadas tiene un estilo indie muy personal. Vidas pasadas ha sido grabada con cámara de 35mm, dándole ese toque romántico a las imágenes que va perfectamente con la historia. El uso de este tipo de cámara ha permitido darle un tono nostálgico a la película, algo que va directamente relacionado con el tema de la historia. Ese toque analógico más el uso de la luz que tiene la película, se traduce en una serenidad y en una sensación muy agradable, haciendo de la cinta un largometraje visualmente precioso.

Por otro lado, Celine Song hace uso no solo de una cámara de 35mm para definir el tono, sino que además trabaja con maestría los primeros planos. Esta decisión permite que estemos en constante conexión con los personajes, siendo testigos de lo que expresan y, por supuesto, de sus sentimientos.

La película tiene diálogos sencillos, aunque contundentes, pero lo que realmente trabaja la directora son los silencios, aquellas escenas sin apenas dos palabras dónde los personajes solo tienen que mirarse para transmitir esa tensión y esa química que los une. Vidas pasadas tiene una dirección de fotografía preciosa, que nos regala planos de una delicadeza excepcional. La película cuenta con escenas elaboradas al milímetro, donde el ángulo, la prolongación del plano y lo que se decide mostrar ha estado meticulosamente pensado.

*El debut de Celine Song

Vidas pasadas nace de una conversación casual en un bar donde Celine Song se encuentra tomando algo junto a su marido y su amor de la infancia. Esa cotidianidad y ese momento entre ordinario y excepcional, termina siendo el catalizador de una película sobre todo aquello que podría haber sido, pero nunca fue. Nora nos habla del In-yun, palabra coreana que se refiere al destino que une a las personas.

La película explora este concepto de una manera totalmente realista, sin idealizarlo ni romantizarlo demasiado. Al fin y al cabo, la historia nos habla de una conexión y un amor entre dos personas que va más allá de la atracción, es un sentimiento profundo difícil de explicar, y aunque la vida los mantenga separados, sigue estando allí.

Vidas pasadas es una historia de amor, es una historia de nostalgia por el pasado, es una historia de separación, es una historia de nuevos comienzos y a la vez, de finales dolorosos. Hae-sung es un personaje que representa todo aquello que Nora dejó atrás en Corea, es el fantasma de un pasado que ya no forma parte de su vida, una cultura que le queda lejana y un amor que nunca ocurrió. La vida da segundas oportunidades, pero hay que saber identificar cuándo estas son realmente lo que queremos, aunque nos duela.

La película cuenta con una escena inicial y una escena final que nos recuerda lo que es hacer cine. De lo simple, se puede crear algo muy grande y eso es exactamente lo que ocurre con Vidas pasadas. En un momento donde las películas están pensadas para vender, llega el debut de una directora que prioriza la historia y pone en valor a los personajes, permitiendo que a través de ellos sintamos y nos adentremos en sus vidas.

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Escrito por Gemma Rubio Massó
Cinemagavia
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5
28 de setiembre de 2023
49 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Distopías y otros universos aterradores

Nowhere imagina un mundo que ya ha colapsado a lo bestia. Un mundo en llamas, enfrentado y con la violencia como mejor arma para reprimir a los ciudadanos. Un mundo que se ha quedado sin materias primas para alimentar y dar una vida digna a sus ciudadanos. En definitiva, un mundo, que ante problemas muy graves ha puesto su diana en aquellos que buscan un lugar mejor. O simplemente un lugar en el que poder vivir. Sin duda, un escenario llevado al extremo que puede recordarnos a algunos regímenes más o menos cercanos. A algunos gobiernos de extrema derecha que cierran puertos, mientras sus dirigentes se reparten dividendos.

En este clima de tensión extrema viven Mia (Anna Castillo) y Nico (Tamar Novas), una joven pareja que intenta huir de la pesadilla en la que se ha convertido su país. Ella está embarazada, muy embarazada, y no ve las cosas con gran optimismo. Lo que es comprensible en su situación. Él quiere dar una imagen de tranquilidad, pero pronto es separado de forma violenta de ella. De modo que en los primeros minutos de la película, nos quedamos con Mia sola, asustada y casi a punto de dar a luz. En un viaje aterrador que la llevará a la deriva tras una, como no, terrorífica tormenta. Quedando ella sola en mitad del agua salada y dentro de un contenedor.

*Sola ante el peligro

Porque si algo busca Nowhere es la extrema originalidad. Simplemente con un personaje, dos si se tiene en cuenta al bebé que dará a luz Mia, y un supuesto ingenio que te tenga pegada a la pantalla asombrada por los giros de guion. De hecho, la cinta se asemeja a la película A 47 metros un proyecto previo de uno de sus guionistas, Ernet Riera. En ella también se sitúan a dos protagonistas atrapadas en una jaula bajo el mar. En este caso con el peligro más palpable de unos fieros tiburones.

Hace ya unos años, el realizador español Rodrigo Cortés encerró a Ryan Reynolds en un ataúd, en la sí inteligente Buried. Solamente la estrella de Hollywood y un guion lo suficientemente brillante para destapar toda serie de emociones en el espectador. Sin embargo, aquí la agotadora lucha por la supervivencia de Mia se hace plana. Plana e incluso a momentos cargante.

*Repetitiva, hay que tener ganas de sufrir mucho todo el rato

Y es que Nowhere más allá de presentar un contexto de escasez y de autoritarismo se queda en la superficie. Lo que hace la aventura mucho más anodina. No hay más que agobio, miedo, más agobio, angustia, más agobio y todas las emociones sinónimas que a una se le ocurran. Claramente se nota pericia para crear en el espectador unas ganas terribles de que Mia consiga su objetivo o, también, de parar la película y así ahorrarse una dosis de sufrimiento.

Desde luego la interpretación de Anna Castillo es ostensiblemente notable. Ella es la película. Y ella sufre como nadie. Se deja el alma en cada secuencia y demuestra una vez más su grandeza como actriz. Pero es tanto por lo que pasa, sin apenas descanso o alguna otra trama que pueda destensar momentáneamente las cosas que se acaba haciendo bola. Ya que al final, durante gran parte del metraje, la historia va dando vueltas hasta que un pequeño rayo de luz se hace un sitio.

*Conclusión

Por ello, si te apetece sufrir y pasar un rato angustioso, Nowhere puede ser tu película. Una historia de supervivencia brutal protagonizada por una joven embarazada que intenta escapar de un país totalitario. Quedando a la deriva en el mar, dentro de un gran contenedor. Sin duda, el mayor acierto de la película es haber contado con Anna Castillo. Una actriz que vuelve a demostrar su magia a la hora de ponerse delante de las cámaras. Aunque tanto sufrimiento, al final, no parece merecer la pena. Porque la historia es plana. No tiene profundidad, en lo que a la crítica social se refiere. Está rodada desde una consciencia clara por buscar lo espectacular, pero acaba careciendo de más elementos. La apuesta era muy arriesgada, con solamente una actriz y un espacio asfixiante. Y la apuesta no consigue premio.

Escrito por Laura Tabuyo Acosta
Cinemagavia
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