Se nota que al tal Toshiharu este le mola el cine italiano de terror. Por los primeros planos de caras y ojos, por la musiquilla que parece sacada de un giallo, y por el simpático descaro con que toma "prestadas" ideas y escenas de otras películas más famosas del género, algunas italianas precisamente ("El destripador de Nueva York", "Rojo oscuro") y otras yanquis ("Estoy vivo", "Viernes 13", "¿Dónde te escondes hermano?", "Alien"). Empieza la cosa como una cacería de periodistas tan idiotas como para recibir una cinta de vídeo con asesinato cafre incluido e ir inmediatamente a conocer al remitente, aunque luego va virando hacia un tono de ciencia-ficción sobrenatural algo cogido por los pelos. En todo caso, es entretenida, tiene buenas escenas gore, no le falta algún que otro momento de suspense, y aunque pierde un poco los papeles en el último tramo, un poco de desparrame tampoco viene mal dentro de este género. Recomendable.

Mención aparte para las retorcidas trampas que les va poniendo a los protagonistas el misterioso asesino. Juraría que los responsables de "Saw" y algunas de sus secuelas han visto esta película. Así que copias a uno y otros te copian a ti...lo que les pasaba también a los italianos...

Como me habían hablado con mucho entusiasmo de esta película, me puse a verla con bastante curiosidad. Me dormí a la media hora. Suponiendo que el fallo sería mío, me dispuse a darle otro repaso con una cafetera bien llena a mano para que no me pasara lo mismo. Y aunque evité dormirme, me costó trabajo. Si tuviese que definirla en una sola palabra sería "aburrida". Durante la mayor parte del metraje no pasa nada. No me refiero a que no pase nada interesante, sino a que no pasa literalmente nada. Tipos que van de acá para allá, hablan de chorradas y beben sake, o lo que sea que beban. Es decir, nada. Luego, las escenas en que ocurre algo son en su mayoría tan inverosímiles que da la risa, pero de la incredulidad más que nada. Y sí, hay escenas de violencia sádica aquí y allá, pero entre lo aburrido que te pillan, lo cutre de los efectos especiales, lo deplorable de las interpretaciones y que los personajes son más planos que el encefalograma de Abascal, lo único que te produce son bostezos.

Si la hace uno de Valdevimbre y la titula "Manolo el Asesino" se la tiran a la cabeza.

Vi esta película en el cine en su día, venciendo la pereza que me daba ver otra película sobre la Alemania nazi, la SGM y demás, animado por recomendaciones de amigos, críticas positivas, premios y/o nominaciones, etc. Tras luchar incesantemente contra el sopor durante dos horas y no sé cuánto, salí del cine un poco perplejo, preguntándome el por qué de tanto entusiasmo.

Había oído los días anteriores decir que era una película distinta sobre el nazismo, con otro punto de vista, etc.

Y sí, algo de eso hay. De hecho Hitler está retratado como un abuelín un poco senil y un poco excesivo en sus ideas pero honesto, patriota, amigo de sus amigos, casi entrañable. Y su camarilla aparece como un grupo de tontines sin demasiada mala intención que teme enfadar al abuelo Adolf, que está muy disgustado el pobre. Incluso el asesinato de los niños del búnker se muestra de forma edulcorada, visualmente aséptica, y se presenta como un sacrificio para evitar que caigan en manos de esos rusos que a saber qué salvajadas les harán. Los realmente malos en el nazismo al parecer debían ser los sargentos chusqueros y los soldados de reemplazo.

Y por si comprobar que el pobre Adolf estaba triste durante sus últimos días no te parece lo bastante apasionante, te puedes solazar con fabulosas vistas del interior de un búnker, con la florida prosa de los partes de guerra que informan de que los alemanes van perdiendo la guerra o con las sesudas reflexiones de la bienintencionada e ingenua secretaria del "Fiurah!" (o como se pronuncie).

O echarte una siesta durante la película. Total, para lo que te pierdes...