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España España · Madrid
Críticas de Luth
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Críticas 125
Críticas ordenadas por utilidad
5
29 de mayo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El misterio de las doce sillas (The twelve chairs", 1970) es la segunda película de Mel Brooks tras Los Productores (The producers, 1967). Esta vez, la película no tuvo el éxito en taquilla de su debut cinematográfico.

Basada en la novela Las doce sillas de Iliá Ilf y Yevgueni Petrov, se trata de una comedia al estilo clásico, de enredo, donde unos personajes pícaros y codiciosos se enteran por la confesión en su lecho de muerte de la suegra de Vorobianinov de que ésta ha escondido unas valiosas joyas en un juego de doce sillas. Tenemos, por tanto, el objetivo que aunará los esfuerzos y la búsqueda de estos personajes.

La historia se desarrolla en la época de la Rusia post-revolución aunque Mel Brooks no pusiera ni un solo letrero en los edificios y oficinas en caracteres cirílicos sino en perfecto inglés. No es cuestión de que los espectadores se despisten leyendo subtítulos traduciendo el ruso. Hay que decir que Brooks provenía de familia de origen judío y en concreto, la de su madre, procedente de Ucrania.

En realidad, la película fue rodada en Serbia (entonces aún era la antigua Yugoslavia) pues en 1970 existía todavía la Unión Soviética y la película utiliza frecuentes gags bromeando sobre los estereotipos y clichés más típicos del régimen. Cuando madame Petujova, la viuda antes mencionada, confiesa lo de los diamantes al aristócrata empobrecido Ippolit M. Vorobyaninov (Ron Moody) termina estampada literalmente con un matasellos en la cara, en alusión burlona al abuso de burocracia típico de la U.R.S.S.

Otro de los miembros de esta búsqueda de las sillas es el padre Fyodor (Dom DeLuise) que se entera del secreto por confesión pero, esta vez, directamente, en el confesionario. Nacido en Brooklyn, igual que el propio Mel Brooks, tuvo una carrera cinematográfica larga pero con muy moderado éxito. Tampoco aquí destaca por una brillante actuación. Más bien hay un cierto histrionismo, seguramente innecesario.

Destaca también el papel de Ostap Bender (Frank Langella), otro pícaro de manual, tan ambicioso o más que el resto. Para Langella era su segundo trabajo en el Cine aunque luego tuvo una dilatada trayectoria donde destacan Drácula (versión de 1979), Lolita (1997), La novena puerta, etc.

No se trata de una cinta destacable en la trayectoria de Brooks. En ningún caso equiparable a sus éxitos más recordados, El jovencito Frankenstein, la ya mencionada Los productores o La loca historia del mundo, entre otras. Por cierto, Brooks hace un cameo a lo largo de la película.

Creo que el tiempo ha sido cruel con El misterio de las doce sillas. Vista hoy, queda bastante deslucida, algo falta de ritmo y los gags demasiado previsibles quizá. En su momento, resultó bastante más amena.
Aún así, la película puede entretener a quien desee ver una comedia de los '70 sin demasiadas pretensiones.
Luth
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9
29 de mayo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2008 Vince Gilligan da a luz una de las series más emblemáticas y reconocidas del espectro televisivo, Breaking Bad, protagonizada por Bryan Cranston, Aaron Paul, Anna Gunn, Dean Norris y Betsy Brandt, entre otros.

No es una serie cualquiera. Está hecha de otra pasta. Como de costumbre, cuando algo nos resulta brillante es porque aporta cosas positivas, novedosas o porque simplemente tiene inspiración y talento. Breaking Bad tiene todo eso.
Lo primero que llama la atención es lo bien trabajada que está la historia narrada. El profesor de instituto de secundaria estadounidense Walter White (Walt, para los amigos) es un hombre con una trágica situación personal, enfermo de cáncer, con un hijo adolescente con discapacidad, una esposa adorable embarazada pero sin haberlo buscado y problemas de reconocimiento profesional (sus compañeros de promoción tienen mucho más prestigio social y laboral, no olvidemos que en EE.UU. estos valores son fundamentales en el éxito personal).
La fatídica enfermedad condiciona todo el argumento pues Walt, hombre de profunda responsabilidad personal y familiar, no ve otra salida que meterse de lleno en el oscuro mundo del tráfico de drogas, mundo que no conoce en absoluto y que entrañará aún mayores problemas que los que ya tiene pues se ve necesitado de grandes cantidades de dinero, una vez que vislumbra a su familia desprotegida tras su previsible fallecimiento.

La química será uno de los elementos clave para la historia (incluso los títulos de crédito presentan los nombres de los protagonistas de la serie resaltando algunas letras de sus nombres en alusión a los elementos de la Tabla Periódica, N de nitrógeno, H de hidrógeno, etc).
El profesor de química se unirá a un antiguo alumno, Jesse Pinkmann (Aaron Paul) que se dedica a este turbio mundillo del menudeo (es también consumidor habitual) para "cocinar" gracias a sus conocimientos técnicos las metanfetaminas ("cristal" en argot) que luego intentarán vender para sacar dinero.
Por supuesto, esta práctica ilegal les sumergirá en una turbulenta y peligrosa aventura en el mundo de la delincuencia donde se toparán con personajes "profesionales" violentos y crueles que pondrán sus vidas al limite.

Los conocimientos científicos de White servirán también para numerosas tretas de supervivencia ante las situaciones límite que sufrirán, desde idear algún compuesto explosivo si se ven expuestos a ser asesinados hasta intentar envenenar al psicópata gánster latino Tuco con unas semillas tóxicas tratadas químicamente para que se asemejen a la propia droga que consume dicho personaje.

Por si fuera poco, Walt tiene en su propia familia la ayuda y la vulnerabilidad de tener un cuñado, Hank Schrader (Dean Norris) que es policía y casualmente está especializado en el mundo de las drogas. Otro gran acierto de la versión española es que en el doblaje, Norris tiene la misma voz que Homer Simpson con quien comparte, no solo físico, sino también algunos rasgos de carácter (por momentos, parece bobo e inmaduro aunque es indudable su perspicacia e instinto policial).

Lo más hermoso de esta enérgica y envolvente historia es que huye constantemente de cualquier semejanza con el cine convencional. Aquí las cosas no salen como deben salir, en ningún sentido. No hay romanticismo, ni ganan los buenos y pierden los malos. No hay policías heroicos ni Walter lo es. Por el contrario, Walt es contradictorio, complejo, inseguro y seguro por momentos y las cosas salen bien o mal como en la vida misma: sin nuestro control, sin que suceda lo que esperábamos. La ficción supera a la realidad.

A mí me recuerda lejanamente Quiero la cabeza de Alfredo García (Sam Peckinpah), impresionante película de perdedores y su sufrida lucha por sobrevivir en un hábitat de delincuentes. Aquí también la historia surge sola, como si no la hubieran guionizado, como si fuera la propia vida real.

También hay pinceladas de humor negro y toques de guion que me recuerdan a los Coen. Irresistible, como no podía ser de otro modo.


En resumen, estamos ante una de las mejores series de todos los tiempos. Llega al corazón, engancha y además es pedagógica.

Absolutamente recomendable.
Luth
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7
22 de mayo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se revisita por enésima vez un cuento clásico, conocido de todos y arraigado en el subconsciente individual y colectivo, uno exige novedades. No se trata de dar siempre lo mismo pero sí es legítimo conservar la idea y el mensaje originales. No tengo nada que objetar a la intención, por tanto, de Garrone.
¿Y qué tenemos, entonces, de novedoso?
Pues no es tan sencillo señalarlo. La historia de la marioneta de madera que tiene vida propia ya desde antes de su gestación, no en vientre materno, sino en un tronco de árbol con un corazón latente, es respetada desde el minuto cero de este "Pinocchio" (Mateo Garrone, 2019) a partir de la archiconocida novela de Collodi.

Pero es evidente, que algo nos entra por los ojos. Hay claramente impacto visual, calculado y deliberado, para el espectador. Lo desconcertante es que el espectáculo visual nos resulta feo y estético al mismo tiempo. Una puesta en escena bella, con sus bosques brumosos, unos pueblos italianos tan similares a los nuestros en épocas no tan pretéritas, planos muy trabajados de personajes y paisajes, se mezcla con impactantes caracterizaciones de numerosos personajes, monos, gatos, zorros, atunes, etc con aspecto antropomórfico y conducta humana, sin más. Algo hay de horrible y perturbador en ver esa mujer-caracol, ese grillo-conciencia, ese mono-juez, ese perro-cochero e, inexplicablemente, algo también de belleza incomprensible. Dan miedo y deslumbran. Tiene su mérito el efecto conseguido.

La historia la sabemos y no se nos cuenta la lección pedagógica (si eres niño, hay que portarse bien, ir al cole, huir de las malas compañías, etc, etc) tal como esperábamos: "traducida" a los modos y maneras de hoy en día. Y quizá esto es lo novedoso del film: que esperábamos otra cosa y Garrone tiene la audacia de respetar el original donde el maestro pega a los niños en la escuela o los tortura arrodillándolos sobre garbanzos por no saberse la lección. Donde un pastor no tiene reparos en que un menor de edad trabaje a sueldo para ganarse el pan (más bien la leche que necesita su padre, Geppetto, interpretado por Roberto Benigni), que se obligue a un tierno burrito a pasar por un aro en llamas en el circo...

Todo esto es irritante y abrasivo para nuestra moral de hoy pero eran los principios de otras épocas en lo que a educación se refiere. Por tanto, tenemos que aceptar que estamos viendo un cuento antiguo y son las ideas universales que esconde lo que debe interesarnos.

La narración, a mi modo de entender, es correcta. Es evidente en todo momento que se trata de un cuento pero, esta vez, es más para adultos que para niños y es que las "secuelas" del clásico de Disney nos martillean en cuanto vemos a la marioneta de rojo con su característico sombrero cónico y nos obliga a revolvernos porque, esta vez, es una película de niños que no deben ver los niños. Si lo aceptas, quizá te guste la película. Si no, seguro que la aborrecerás.

Benigni está "como siempre". Geppetto es necesariamente un personaje secundario en la trama pero también imprescindible. Lo de tener un hada está bien pero ¡qué menos que tener un papá que te abrace! La verdad es que podía haber sido cualquier otro actor. No se notaría. O quizá sí.

En resumen, la película tiene su interés. La coproducción franco-italiana ha buscado lo artístico. Quizá podría haber sido mucho mejor pero es aceptable.
Luth
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5
26 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Free Guy es una película estadounidense de Shawn Levy de 2021.

Se trata de una película muy ligera en argumento, puesta en escena y desarrollo a la que lo único que redime, precisamente, es la poca ambición con la que nos es presentada. En realidad, no tiene más pretensiones que hacernos pasar un rato entretenido, solos o en familia con una historia de acción y aventuras clásica, cuya única posible originalidad es que mezcla la realidad con el mundo de los videojuegos, en concreto de dos títulos muy populares hoy en día: Fortnite y GTA.

De hecho, el guion, simplón y cuya estructura narrativa ha sido mil veces clonada, parece basarse únicamente en un momento de inspiración del propio guionista mientras jugaba a los videojuegos antes aludidos y pergeña un argumento en que uno de los personajes "de atrezzo" del videojuego en cuestión toma autoconsciencia y se rebela contra el "Sistema" en colaboración con personas del mundo real que tienen su particular "vendetta" con el empresario, dueño y señor (autoritario, cruel y mezquino) del juego en que están inmersos, llamado Free City.

Este personaje, verso libre dentro del videojuego, llamado Guy (Ryan Reynolds) al que terminan apodando "el hombre de azul" (viste así) es el motor central de la historia. Sus aliados en el mundo real son Millie (Jodie Commer) y Keys (John Keery) a los que el ególatra y avaricioso Antwan (Taika Waititi) ha robado ideas y código del videojuego que le ha hecho multimillonario y famoso, de ahí la venganza de los dos primeros contra él.

A partir de aquí se genera una historia cuyo mayor aliciente para el espectador es el grandioso espectáculo CGI lleno de tiros, explosiones y aventuras que irremediablemente provoca estar inmersos dentro de un videojuego. No es descabellado decir que la película se convierte, deliberadamente o no, en un homenaje al mundo de los videojuegos.

Si no se tienen muchas expectativas con la película o solo queremos pasar un rato divertido regalándonos las pupilas con el espectáculo colorista y luminoso de Free Guy, puede ser una buena opción para pasar la tarde de cualquier fin de semana. Si se tiene más exigencia o nos gusta la ciencia ficción más "seria", no es una buena elección.
Luth
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4
24 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estos Invasores de otro mundo, They came from Beyond space (no confundir con It Came From Outer Space, título bastante parecido, también ciencia ficción de época pero, en este caso, todo un clásico del género, estadounidense, filmada por Jack Arnold en 1953).
Esta cinta británica de 1967, de Freddie Francis, director auténtico especialista en el género de terror, bastante ciencia ficción (tirando a terror también con frecuencia) y alguna obra suelta que otra. Lo curioso es que su trabajo más famoso con diferencia es la serie de tv El Santo, la de Roger Moore. Francis resultará interesante para quien le gusten la cifi clásica y las series be.

En esta ocasión, se vuelve al argumento habitual de invasión malévola alienígena, pintoresca y localizada en algún lugar rural y un núcleo de población pequeño. Con efectos bastante rudimentarios y un argumento predecible y poco vistoso, la película costará ser vista si no se es un fan, paciente y entregado de antemano, al género.

Película floja en argumento. No así en ritmo narrativo o en sus actuaciones donde el resultado es más que aceptable. En cualquier caso, estos aliens podían haberse quedado tranquilamente en la Luna y no hubiera sido necesario hacer esta película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luth
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