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España España · Madrid, Jaca
Críticas de jaly
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Críticas 779
Críticas ordenadas por utilidad
6
10 de setiembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Demasiadas manos han pasado por el guión de Knight and Day y demasiada gente ha opinado sobre lo que esta película debería ser. Al final, no es que el larguísimo proceso de pre producción haya resultado un fracaso, pero desde luego se ha quedado algo lejos de todo lo que se podría haber conseguido.

Knight and Day es, por así decirlo, lo que un fracaso de proporciones monumentales como fue The Tourist, podría haber sido; es decir, una trepidante cinta de acción e intriga pero realizada y ejecutada desde una óptica cómica sobre el género de espías y dobles identidades, localizando todo ello en espectaculares y exóticos paisajes y depositando el peso de la trama en dos estrellas de renombre y profesionalidad confirmada.

Es importante por ello tener en cuenta que Kinght and Day no debe tomarse en serio. Da igual que sus protagonistas parezcan tener la resistencia física de un semi dios. Da igual que en cuestión de minutos aparezcan sin problemas al otro lado del mundo. Da igual que puedas entrar en un edificio de alta seguridad como si entrases por tu portal. Da igual que los Sanfermines sean en una especie de mezcla entre Sevilla y Cádiz. Da igual porque lo que aquí importa es divertir a la audiencia con escenas de acción que sean adrenalínicas, espectaculares y novedosas. Y eso lo consigue, de sobras.

Su otro propósito, la unión de dos estrellas que compartan escenas donde demostrar su status y diálogos donde demostrar su química, cojea algo más. No es que Tom Cruise y Cameron Díaz hagan un mal trabajo, pero el guión, en cuanto a la historia detrás de esas escenas de acción, es tan escueto, que no hay demasiado que hacer. Pese a todo, demuestran tener más química juntos que con otras parejas de su filmografía (como ya ocurrió en Vanilla Sky, donde Díaz se merendaba a Penélope Cruz), pero el trabajo que hacen en Kinght and Day está ejecutado con piloto automático, sin pasión (es difícil tenerla por semejante proyecto) y sin un ápice de sorpresa.

Kinght and Day es pues un entretenimiento demasiado añejo aunque ciertamente espectacular, divertido y con dos actores que son capaces de contar mejores historias, pero al menos ofrece la oportunidad típica del cine comercial de viajar a esos lugares exóticos y de sorprenderse con los grandes avances en el campo de los efectos especiales. Para una gran película de aventuras y acción, o una comedia con clase de dos grandes estrellas, mejor revisar otras cintas o esperar a que lleguen mejores.
jaly
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10
5 de setiembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pluma sobrevuela los tejados y los árboles de un pueblo, que sabemos, es americano, sorteando los edificios y las plantas por las corrientes de viento, hasta llegar a los pies de un banco, donde hay sentado un hombre. ¿Ha sido sólo la brisa, o era el destino, el que ha llevado la pluma hasta exactamente ese preciso lugar, donde esa persona nos va a contar una historia, una gran historia, sobre su vida y un país? Tal vez hayan sido ambas cosas, pero la pluma se ha posado allí, dejándonos ver que en ese banco, ese hombre, lleva un traje muy bien planchado, zapatillas para correr completamente raídas, y unos calcetines de colores. El hombre se llama Forrest Gump, y nos contará esa historia, una historia sobre la Historia. Una historia sobre su vida, y una historia sobre su amor.

Forrest Gump es, digámoslo ya, una de las mayores obras maestras del cine comercial americano de nuestros tiempos, una película tan ingeniosa, emocionante, elegante en sus metáforas, inteligente y apasionante como el mejor cine americano de todos los tiempos. No sólo su historia es magnífica, con una capacidad imaginativa infinita y una construcción dramática fascinante, casi picaresta; es que además su reparto al completo está en estado de gracia, su director fascina con su mejor película, su música encaja como un guante definiendo las distintas etapas de la historia de Forrest y de la historia de Norteamérica...

Forrest Gump es capaz de arrancar lágrimas al más escéptico y de maravillar a cualquiera con una crónica social, política y histórica mejor que muchos libros de texto. Porque el film no es esa campaña publicitaria que muchos quisieron ver sobre el American Way of Life. Forrest Gump siendo como su personaje, luminosa y optimista, es tan buena que sabe mirar también al rincón más negro y difícil del sueño americano. Por eso Forrest es un triunfador, sin que ese pareciera su destino en absoluto, y un producto típico de los ideales americanos. Pero por el camino vemos a madres solas que educan a hijos sin padres, que prestan su cuerpo por sacarlos adelante, que no llegan a salir de su pequeño rincón del mundo, y que acaban sacrificando incluso su salud; vemos también a patriotas descreídos y lacrados de por vida por los horrores de una guerra, hombres íntegros convertidos en alcohólicos y errantes de un mundo que ya no les necesita; vemos los estragos del analfabetismo y la brutalidad rural en una niña marcada por los excesos de una cultura generalista, alienante y competitiva, que no escatima en caminos de drogas, soledad, maltrato y plagas que asolan la salud de muchos anónimos sin saber siquiera su nombre.

(Sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jaly
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6
22 de julio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo malo de Sexo en Nueva York 2 es que les da a los muchos detractores de la serie y las películas los fundamentos que hasta ahora realmente no tenían para atacarla; es decir, que Sexo en Nueva York 2 acumula todos los defectos de los que siempre se ha achacado a esta saga: la escasez argumental, el exceso de superficialidad, los valores dudosos y el mero escaparate de muchas marcas asociadas con determinado nivel de vida, no precisamente el más corriente.

Michael Patrick King quiso confesamente hacer con esta secuela un carnaval, una fiesta que mirase para otro lado en el mundo en crisis de los últimos años pero, desgraciadamente, el tiro le salió por la culata. Sexo en Nueva York ha tenido, desde la serie hasta la primera película, una ironía y una inteligencia más allá del ensalzamiento de determinadas marcas de moda. En lo anterior a esta película hay un elemento que hace (hizo) que la historia de Carrie Bradshaw llegara a tantos espectadores: la realidad y la humanidad de sus protagonistas, conflictos con los que cualquiera puede sentirse identificado, viva o no en Nueva York, lleve o no Manolo Blahniks.

Esta segunda parte se aleja de la mayor virtud de Sexo en Nueva York para convertirse en una aventura, por momentos de ciencia ficción, de las chicas en Abu Dhabi. El problema entonces es que no sólo se han dejado la ironía por el camino, también el quinto personaje protagonista (Nueva York), y algo de buen gusto. Porque Sexo en Nueva York 2 por momentos roza la xenofobia, se alimenta del tópico y olvida que en sus ya muchos años de historia, ha sido capaz de emocionar a mucha gente, sin ir más lejos con la anterior película, una perfectamente articulada comedia romántica que tenía escenas y diálogos excepcionales, un guión, en definitiva, capaz de emocionar y contar una historia con sentido, empaque y clase.

Por el contrario, Sexo en Nueva York 2 se articula alrededor de un conflicto, el de la protagonista, inexistente, o cuanto menos totalmente infantil (la antítesis de la primera parte), por lo que la efectividad de sus componentes dramáticos y/o reales es nula. Es cierto que los cuatro personajes principales siguen estando perfectamente creados (y las historias de Charlotte y Miranda funcionan, precisamente, porque son las más ajustadas a la realidad), que la película es un entretenimiento sin más interés que el de entretener y hacer reír un rato, y epatar con su espectacular diseño de producción (algo que consigue con creces), pero es una pena que unos personajes que han dado tanto jugo se conviertan en meras comparsas de un entretenimiento sin muchas luces. Esperemos que la cosa no acabe aquí, y que los creadores de Sexo en Nueva York vuelvan a contarnos la historia de estas cuatro mujeres de la mejor manera que saben hacerlo: con la realidad como seña de identidad.
jaly
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6
21 de julio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de La Carretera, tanto el libro como la película, es difícil que cualquier otra historia que trate de contar el afán de supervivencia humano de un futuro distópico, no se vea ensombrecida por el recurrente recuerdo de aquellas obras maestras.

El libro de Eli, una película interesante y entretenida, todo hay que decirlo, se ve perjudicada por aquello. No hay que confundirse: no es que esté todo dicho en este subgénero de la ciencia ficción, pero tratar de enfocar semejantes temas con unas pretensiones mínimamente serias (y no como en esa maravilla que es Zombieland), exige mucho, mucho, talento, trabajo y dedicación.

El problema es que hay cosas muy buenas, excelentes, en El libro de Eli, pero todas ellas están por encima de lo que debería prevalecer sobre todas las cosas: su historia y su guión. Es cierto que la fotografía de Don Burgess es maravillosa (acumula otros grandes trabajos en Forrest Gump o Náufrago) y que crea unas imágenes y ambientes de belleza devastadora. Es cierto que Atticus Ross (La Red Social) es un genio, y que sabe encajar su partitura perfectamente a una historia como esta. También los directores saben planificar la acción con un sentido del ritmo y el espectáculo irreprochable, y que actores como Denzel Washington, Gary Oldman, Mila Kunis, Tom Waits, Malcolm McDowell o Michael Gambon, saben estar, pueden estar, realmente soberbios.

Pero para que una historia sobre la humanidad destruida resulte creíble se necesita mucho trabajo; más si la película tiene como mcguffin la salvación de la última biblia en la tierra como representación de la esperanza, como máxima expresión de lo que la humanidad ha perdido y de lo que podría recuperar: la fe.

El libro de Eli no dispone, por desgracia, de tanta inteligencia como para trascender con una historia tan grande, y por eso, al final, uno tiene la sensación de haber visto otra película de acción tipo Mad Max, entretenida, desde luego, pero sólo eso.
jaly
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8
17 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de una película tan caótica narrativamente hablando y tan excepcionalmente grande visualmente como fue La Orden del Fénix, era necesario regresar a las bases de lo que convierte a Harry Potter en una de las mejores sagas de aventuras fantásticas del celuloide: la historia y los personajes.

Para ello se recurrió a Steve Kolves, guionista de las cuatro primeras entregas de la saga, y desaparecido de la quinta (la más floja de todas). Kolves es un guionista fantástico, eso está claro. Es capaz de incluir espontaneidad en un mundo tan herméticamente cerrado como es el de Harry Potter, y también es único conjugando los elementos mágicos y trascendentes del argumento con los más cercanos al mundo real.

Por eso, la apuesta en esta película es completamente opuesta a la anterior. Apenas hay grandes batallas, o espectaculares efectos visuales. Aquí lo que importa es de nuevo aportar el toque de intriga marca de la casa y volver a los detalles de cada personaje para conocerlos mejor. Eso hace que el ritmo se desequilibre bastante en comparación con otras entregas, pero de todas formas la intriga está tan bien construida y va tan in-crescendo que la sensación final es la de haber asistido al tenso prólogo de la batalla definitiva.

Además, en El Misterio del Príncipe, Kolves y Yates se permiten explorar en los rincones de los anhelos adolescentes y los amores de juventud. No es que la exploración sea un tratado sensual como los de Bertolucci, pero permite conocer mejor a Harry, Ron, Hermione y todos los demás, consiguiendo momentos de profunda ternura y de emoción verdadera.

Pero El Misterio del Príncipe es esencialmente una película de intriga, de conspiraciones palaciegas y de creación de vínculos irrompibles. Las revelaciones del pasado de Voldemort, Severus y Dumbledore, dan verdadera entidad dramática a estos personajes gracias a la excelente labor de los actores que les dan vida, de cara a la batalla del futuro, una batalla preparada en este episodio que funciona más como nudo entre una película y otra, pero que en su tramo final se convierte en una fascinante película de terror (la secuencia del Horrocruxe es arrebatadora) y en un emotivo drama épico.
jaly
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