Hoy es un buen día como cualquier otro para realizar esta crítica de una película mil veces vista, y otras tantas disfrutada. El aliño de la misma es atractivo en mi opinión: una de aventuras con estética de cómic, con un buen reparto y el consabido tema de robos que casi siempre resulta en la gran pantalla. Además casi todo ocurre en mi amada Italia, con CIAs por doquier y escuadrones papales y ladrones que roban para saldar cuentas pendientes.
Es evidentemente más una comedia que de estructura de robo al uso -reunión de "elementos", planificación del mismo, realización y final con estruendo-. Filmada con corrección y urgencia -casi siempre a la carrera, como los protagonistas-, no decepcionará a los que busquen entretenimiento sin complicaciones.
Lo mejor: Los duetos musicales, el gran "Horatio Crane" y sus tarjetas. La monja on fire.
Lo peor: Las pobres manos anquilosadas del gran Coburn.

Qué telefim se han marcado el trío protagonista que en otros momentos de su carrera formaron parte de películas notables. Mucha desgana en una historia que se ve venir de lejos, poli con sus tics, esposa con dudas increscendo y protagonista profesor universitario con predilecciones púberes.
El juego del sí pero no planea durante todo el tiempo, se deja ver sin prestarle excesiva atención y no sorprende en ningún momento. El tema de la estigmatización social por presuntos crímenes cometidos está muy bien expuesto en otras películas -recuerdo en especial la danesa "La caza" con Mads Mikkelsen también de profesor-, aunque en esta Falsa evidencia no acabe de explotar.
Minnie Driver está irreconocible por la cirujía estética y un barrigón Brosnan clava el papel del aburrido detective con ganas de irse a casa a dormir. Pearce de retorcido y opaco profesor de filosofía está también correcto.
Si no hay otra opción, como amodorrante recurso al atardecer invernal con manta ad hoc, pase.

Desconocía todo sobre la película -pensaba que era un thriller- y me enganchó. Es penoso tener que destacar lo creíble de las actitudes y motivaciones de los personajes respecto a otras películas que se vanaglorian de contarnos "la vida misma" y luego resultan puro cliché cinematográfico.
Tampoco es una obra maestra pero algunas reflexiones sobre la pareja os servirán para charlar después de verla. El cine australiano cuando quiere es muy recomendable, como es el caso.
Lo mejor: LaPaglia, actor de pantalla grande. Rush, presunto gay.
Lo peor: Coincidencias un poco forzadas.

...la trilogía seriada se ha acabado. Una pena, porque en sus momentos menos brillantes es superior a la mayoría. Pero no deja de ser cierto que ya no hay mucho más dónde rascar en este océano Minnessótico de nieve, presunta garrulería y malos que se obstinan en llegar y hacerse con el cotarro.
Esta tercera y al parecer última entrega es tan divertida como las anteriores, pero carece del poder de la sorpresa: estás dispuesto a que ocurra cualquier cosa, por bizarra y sorprenderte que parezca.
Las chicas vuelven a tener el protagonismo - destacables tanto Winstead como Coon-, con permiso de un Ewan McGregor desdoblado en hermanos enfrentados. Y un malo a la altura de los mejores, el odioso Thewlis/Vargas que encarna un villano digno de ser recordado durante largo tiempo.
Es gozosa en muchos momentos, en otros -los menos, eso sí- hay alguna señal de agotamiento y se busca abrir caminos ajenos a los mandamientos de la serie -desliz a lo Twin Peaks incluido-.
En definitiva, gracias por esta serie de mini series. Sigo quedándome con Martin Freeman y su escena del intercambio de chaquetas para no ser asesinado, pero esta Fargo III merece ser vista sin duda.
Nota: 7,45.

La paradoja que se produce en esta estimable película en mi opinión es que, mostrándonos a un pobre humanoide en la rueda de la sociedad capitalista implacable en que vivimos, nos empuja a la compasión del tipo. Y si miramos a nuestro alrededor, o ,todavía mejor, a nuestro interior, veremos que en cierta forma todos tenemos algo del pobre diablo que vive su vida a través de las fotografías de la familia perfecta: sean Beckams, Alonsos, Penélopes Cruses, o Abraimoviches si eres futbolero.
Después de la perorata, decir que está bien rodada y contada, amén de bien interpretada por el protagonista absoluto de la trama: un excelso Williams, que cuando no le exigen -o se auto exige- cien tics por segundo es brillante.
Lo mejor: El protagonista, lo que cuentan.
Lo peor: Hay muchos "reveladores" en nuestro mundo actual. Te temes hacia donde va la historia.
Nota: 6,75.