Sospecho que si Santiago Segura no fuera gordo (a veces menos, pero gordo), más bien feo y medio calvo no sería tan sencillo confundirle con el personaje. Si Santiago Segura fuera un galán de 1'85, 78 kg de peso, rostro apolíneo y cabeza perfectamente cubierta de pelo que a veces se disfraza de Torrente costaría menos que alguna gente supiera distinguir entre ficción y realidad. Igual también ayudaría que en lugar de su acento de Carabanchel hablara como un académico y en las entrevistas se tomara mucho más en serio. Y es que creo sinceramente que muchas de las críticas morales que se le hacen a Torrente se filtran por un deseo más o menos soterrado de esconder que el propio Segura les produce repulsión. Resulta irónico que una gran parte de sus críticos hayan caído en las garras de los prejuicios que denúncia la película.

Dicho esto, la primera de Torrente tiene el gran mérito de resultar morbosa en el sentido más exacto de la definición: es repulsivamente atractiva. Y divertida. Sobretodo divertida. Porque todo aquel que se sienta amenazado por Torrente y el universo que lo rodea o bien se ha visto en el espejo y no es capaz de reírse de si mismo o no es capaz de reírse en absoluto. También puede ser que la persona en cuestión tenga gustos refinados y haya olvidado que la risa es algo primario, que a menudo surge de la incomodidad y nos sirve para canalizar instintos primários que reprimimos por el bien de la sociedad. Que se niegue a si mismo que cuando vemos a alguien caer al suelo lo primero que hacemos es reír y lo segundo pensar que está mal. Pero un ser tan poco emocional y tan intelectualizado no debería perder su tiempo viendo Torrente y mucho menos despellejándolo en una crítica cinematográfica.

Oye, no me había dado cuenta de lo mucho que echaba de menos el subgénero de persecuciones en bicicleta hasta que he visto esta "Sin frenos". Luego todo ha cobrado sentido: que me tragara "Los bicivoladores" unas 20 veces durante mi infancia y que de más mayorcito me quedara pegado al televisor cada vez que echaban un capítulo de "Pacific Blue".

Supongo que mañana ya no me acordaré del argumento de "Sin frenos" pero de las escenas de persecución por Nueva York con 30 casi-atropellos por minuto no creo que me olvide fácilmente. Si te gusta la adrenalina vas a disfrutar como un enano porque la película es trepidante sin descanso y te obliga a contener la respiración cada dos por tres.

Joseph Gordon-Levitt está creíble como ciclista maníaco inasequible al desaliento e impasible al miedo (si nos tenemos que creer la escena escondida en los créditos, en el fondo lo es). La chica es muy mona. El malo sobreactúa como un descosido. Y David Koepp respeta menos las leyes de la física que John Woo. Pero que bien me lo he pasado!

Nota: Todavía no he leído ninguna otra crítica de esta película pero me juego algo a que al menos uno de los usuarios de Filmaffinity no ha podido resistirse a hacer el chiste de "Mamá, mamá! Sin dientes!"

Esta es la vieja historia del mafioso que tras ganarse una reputación a base de sangre y llegar a la cúspide decide que ya ha tenido bastante. Pero en este oficio no existe la jubilación, ni el retiro dorado. Los antiguos colaboradores se convierten ahora en enemigos, las lealtades en sospechas y la família y amigos en un punto débil.

Hasta aquí nada nuevo. Pero lo que hace que 'El Inmortal' (prefiero quedarme con el título original) destaque es la crudeza de sus imagenes y la extrema maldad de sus personajes. Como os podéis imaginar no tengo un currículum criminal como para opinar de su realismo pero la verdad es que transpira honestidad en su retrato de la mafia marsellesa.

Uno se imagina a los que viven de esto como personas crueles por naturaleza, sin escrúpulos ni remordimientos. Pero os juro que jamás había visto personaje tan repugnante y abyecto moralmente como el antagonista de esta película. Claro que el protagonista tampoco es ningún angelito y su ligero código moral de vieja escuela no deja de ser una gran hipocresía, pero en comparación a los monstruos que le rodean el espectador no dudará en ponerse de su lado.

Es en este magma de traición, venganza, corrupción y deber que aparecen los tonos grises de cada personaje. Y eso siempre se agradece. Si además le sumamos una fotografia espléndida, buenas actuaciones (el niño es un verdadero crack) y escenas de acción magníficamente rodadas nos sale una espécie de El Padrino que se toma menos en serio. Y debería, porque no está a la misma altura que la trilogía de Francis Ford Coppola en densidad y talento. Pero tampoco se queda tan lejos.

La película es mala con avaricia. Tenemos a un detective tontorrón al que le asustan los sacos que se mueven y que no se entera de nada. El espectador sí se entera de todo, pero el director se empeña en insultar su inteligencia. Luego hay una comunidad de arpías hostiles a todo lo que huela a testosterona y a las que el protagonista sorprendentmente tarda más de una hora en abofetear justo antes de disfrazarse de oso e ir al matadero. Imposible empatizar con ningún personaje de la película. En definitiva, un despropósito.

Lo realmente impactante de esta película es que sea tan inofensiva. Por si no estuviera suficientemente mal escrita y mal dirigida, resulta floja hasta para provocar. Me pareció estar viendo una de esas pelis porno francesas tan aburridas que Canal+ no se cansa de emitir y que siempre he sospechado que la única explicación es que deben salir baratas. En taquilla todavía ponen algunas más duras y arriesgadas pero las que van al Plus son la morralla.

Si de verdad pretende ser un alegato feminista radical el fracaso es absoluto. Porque digo yo que como hombre me debería haber sentido amenazado ante él, o como mínimo impelido. No sé, dejémoslo en aludido. Pues nada, oiga. Yo solo he visto asesinas sin emociones que matan y follan a discreción. Menuda novedad! Solo que la acción no tiene ni pizca de espectacularidad ni resulta especialmente chocante y el sexo es monótono y convencional hasta el bostezo.

Cuando uno no simpatiza en absoluto con los personajes, ni los entiende ni los quiere entender, y por consiguiente le importa un pito lo que les suceda, cuando la violencia está tan mal rodada que no impacta, cuando el argumento es tan absurdo e imprevisible que uno desconecta... Qué te queda? Pues en mi caso la sensación de haber visto por primera vez una porno del tirón, hasta el final y sin usar el mando para pasarla rápido. Y esto me recuerda porqué no lo había hecho antes y porqué no lo voy a volver a hacer.

En lo único que no coincido con muchas de las críticas que he leído es en la valoración que se le da a la interpretación de Karen Bach. Si hay alguien que se toma en serio su papel y lo hace casi creíble es ella. De hecho, más tarde se demostraría hasta que punto y con consecuencias trágicas.