Está lo hilarante, lo cómico, lo divertido, lo gracioso, lo moderadamente simpático, lo aburrido, lo que no tiene ni puta gracia… y luego está esto.

No se trata de si te gusta Adam Sandler o no, simplemente “Mr. Deeds” tiene el humor más idiota, absurdo e incomprensible jamás creado.

Muchos “gags” te incitarán a tirarle el zapato al televisor (me cuesta imaginar que alguien pagara por verla en el cine).

Decididamente estúpida.

Y ese algo es Nathan Fillion.

Uno de esos actores con los que te gustaría salir de marcha y que provoca que te quedes pensando: “como molaría tener al Fillion de colega, si señor”.

Tiene carisma, tiene encanto y cae bien.

Ya me engancho en Serenity (en los extras no pude reírme mas) y ahora en “Castle” se nota que está en su salsa, el papel le viene como anillo al dedo.

Pese a que la serie no sea sino una copia de las más veteranas “Bones”, “El mentalista”, etc, etc… Gracias al buen hacer de Nathan Fillion y a la química con su co-protagonista Stana Katic consigue diferenciarse del resto, siendo notablemente más divertida e interesante (para mi gusto).

Muy buena.

Nota:7,5

Con un rápido vistazo a la sinopsis y haciendo memoria en el recuerdo de haber ojeado su insulso remake, no creí que "Sabrina" pudiera llegar a gustarme tanto como lo hizo...

Pero claro, viene firmada por Billy Willder y con 2 pesos pesados como Bogart y Holden tenía motivos más que suficientes como para querer verla y esperar un cierto grado de satisfacción... un grado que fue superado ampliamente, por cierto...

La película comienza y... hmmm, tampoco es nada del otro mundo, una puesta en escena correcta, la Hepburn era muy guapa pero ese cuerpo de niña no me impresiona... Bogart y Holden tampoco hacen ningún alarde y... ¿de verdad puede alguien suicidarse en un garaje?

Digamos que el principio me dejó algo frío... pero según avanzaba la película...

Las copas de champan, el padre de los hermanos y sus vicios, Holden el Playboy, Bogart el irónico ("nuestras oficinas están en el..."), el encanto de Audrey Hepburn, los fantásticos diálogos y ese plástico maravilloso ("Súbete David, ¿Señoritas pueden venir un momento? Súbanse por favor".) me hicieron reír hasta que no pude más...

Y así es Sabrina; ingeniosa, aguda, tremendamente divertida y tierna y entrañable por supuesto...

Quizás una de las mejores en su género, aunque sabiendo los modelos que plantó y en lo que han degenerado hoy en día cabe preguntarse si valió la pena... bueno, un pequeño precio a pagar por esta maravilla.

Nota: 8,3

En la Holanda victoriana del siglo XIX, Verhoeven nos sumerge en un mundo depravado y podrido, donde si la dignidad y la compasión escasean, la comida tampoco es que abunde, no… y claro, cuando se juntan el hambre y las ganas de comer… algunos al menos lo tienen claro.

Tenemos por un lado a una familia-carga bastante amoral y ruin, que no tiene reparos en forzar o “conducir” a sus hijas a la prostitución, o a los pequeños en sabe dios que, con tal de un par de monedas, filosofía ejemplificada por una madre un tanto egoísta y desnaturalizada.

Luego tenemos a la clase alta, que son todos unos aprovechados, pervertidos, golfos y cierra-bares, que no dudan en mirar por encima del hombro y dejar patente su superioridad monetaria, porque de lo que es clase y humanidad no andan muy sobrados (como no podía ser de otra forma).

Y si diferenciamos ya por sexos, pues los hombres somos unos cerdos y las mujeres casi que peor (las de la fábrica, las dos del bar, el burdel, etc) así que a excepción del candor y dignidad de Keetje, el altruismo de André o la humanidad del pintor poca “luz” o esperanza arrojan los personajes de Katty Tippel, virtud esta que aprecio y mucho en los personajes y la manera de contar las cosas de Verhoeven.

Si, el dinero vuelve idiotas a las personas, pero tanto el exceso como la carencia del mismo.

En esta cenicienta moderna, no me acaba de quedar claro si “el dinero está en la calle, y solo hay que rebajarse para cogerlo” como dice la canción o si la débil y esporádica dignidad de Keetje debe imponerse al “todo vale”… lo que supongo que es un acierto mas del gran director que es Paul Verhoeven.

P.D: Rutger Hauer, y sobre todo Monique Van de Ven no solo están genial sino que reafirman lo que vi en Delicias Turcas; grandes interpretaciones y naturalidad.

CINE con mayúsculas.

La dulce melodía de la caja de música resuena con fuerza, avanzando hacia sus notas finales, inexorablemente, cada nota es un clavo en el ataud, un paso hacia la venganza, hacia la redención final...

La banda sonora es MAGNÍFICA (como no podía ser de otra forma) y tanto Clint Eastwood como Lee van Cleef están inmensos en sus interpretaciones... aunque creo que en especial destaca Gian María Volonté, la actuación de este grandísimo actor italiano es sublime...y la dirección como siempre es... es Leone.

Muy buena historia, un paso más adelante en la trilogía del dolar, que a todos luces va creciendo en drama y mejorando sensiblemente con cada nueva entrega ( De "Por un puñado de dolares" a esta "La muerte tenía un precio" hasta "El bueno , el feo y el malo") hasta llegar al éxtasis final del western épico que es "Hasta que llegó su hora" , que, a pesar de no contar con ninguno de los protagonistas del trio del dolar es a mi juicio la mejor...

Un clásico del cine imperecedero , fruto de uno de los mejores directores de la historia.

Nota: 8,7