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Críticas ordenadas por utilidad
4 de julio de 2009
145 de 170 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Drag Me To Hell" es un soplo de aire fresco a un trillado ya género de terror actual, de la mano de uno de los astros del fantástico, Sam Raimi. Partiendo un guión escrito con su hermano en los tiempos de "Army Of Darkness", desde el primer fotograma uno parece darse cuenta de que Raimi ya estaba un poco asqueado de tanto Spiderman (y eso que su hasta ahora trilogía es un acierto no sólo como adaptación sino también como enfoque de la misma) y buscaba una vuelta a sus orígenes, a los tiempos en los que se lo pasaba en grande poniendo a su amigo Bruce Campbell en apuros luchando contra demonios de otra dimensión.
Aquí el planteamiento no es muy diferente al de su (fantástica, cachonda, genial, divertida, gamberra) trilogía "Evil Dead". Una empleada de banca, interpretada formidablemente por Alison Lohman, cae en la maldición de una extraña mujer a la que le deniega un aumento de su crédito. A partir de entonces, Raimi se pone manos a la obra y ofrece un auténtico festín de autoparodia, humor macabro y unos juegos de cámara que mucho recuerdan a su cámara kamikaze de sus primeros títulos. Mención especial merece Lorna Raver, que hace que su Mrs. Ganush ya sea todo un icono, realizando una interpretación excelente de una personaje que por méritos propios es el epicentro del film. Excepcional este personaje (puramente Raiminiano) que aterroriza y hace reir a partes iguales.
Raimi se auto homenajea constamentemente. Consigue, como ocurrió en su "The Evil Dead II" hacer una película de terror que muy inteligentemente combina terror (cachondo, eso sí) con un soplo de gamberrismo y sentido de la diversión que muy pocos saben plasmar. Y encima, nos deleita contando con muchos de sus colegas de fechorías, como Robert Tapert a la producción, Bob Murawsky al montaje y Peter Deming de director de fotografía (hubiese estado muy bien haber rescatado a Joe Loduca para la música, aunque Christopher Young hace un score fabuloso).
También cabe mencionar, que a los fans del director nos congratuló sobremanera ver que su coche "1973 Oldsmobile Delta 88", que muchos sabrán que aparece en todas sus películas (excepto en "The Quick and the Dead" por motivos obvios), hace en "Drag Me To Hell" una aparición más meritoria que en sus últimas películas, ya que es protagonista de una escena clave (escena que tiene un "gag" Raiminiano 100 por 100). Y otro par de curiosidades: nuestro querido Bruce "Ash" Campbell no pudo hacer una pequeña aparición en el film debido a que estaba liado con otro rodaje, y en los créditos finales podemos escuchar una pieza de Lalo Schifrin que fue deshechada para "The Exorcist".
En definitiva, Raimi ofrece una muestra de como hacer cine de género diferente, no dejando a un lado su peculiar forma de afrontar las películas de terror y mostrando que aún tiene el talento suficiente con el que encandiló a los fans del fantástico en los años 80.
Aquí el planteamiento no es muy diferente al de su (fantástica, cachonda, genial, divertida, gamberra) trilogía "Evil Dead". Una empleada de banca, interpretada formidablemente por Alison Lohman, cae en la maldición de una extraña mujer a la que le deniega un aumento de su crédito. A partir de entonces, Raimi se pone manos a la obra y ofrece un auténtico festín de autoparodia, humor macabro y unos juegos de cámara que mucho recuerdan a su cámara kamikaze de sus primeros títulos. Mención especial merece Lorna Raver, que hace que su Mrs. Ganush ya sea todo un icono, realizando una interpretación excelente de una personaje que por méritos propios es el epicentro del film. Excepcional este personaje (puramente Raiminiano) que aterroriza y hace reir a partes iguales.
Raimi se auto homenajea constamentemente. Consigue, como ocurrió en su "The Evil Dead II" hacer una película de terror que muy inteligentemente combina terror (cachondo, eso sí) con un soplo de gamberrismo y sentido de la diversión que muy pocos saben plasmar. Y encima, nos deleita contando con muchos de sus colegas de fechorías, como Robert Tapert a la producción, Bob Murawsky al montaje y Peter Deming de director de fotografía (hubiese estado muy bien haber rescatado a Joe Loduca para la música, aunque Christopher Young hace un score fabuloso).
También cabe mencionar, que a los fans del director nos congratuló sobremanera ver que su coche "1973 Oldsmobile Delta 88", que muchos sabrán que aparece en todas sus películas (excepto en "The Quick and the Dead" por motivos obvios), hace en "Drag Me To Hell" una aparición más meritoria que en sus últimas películas, ya que es protagonista de una escena clave (escena que tiene un "gag" Raiminiano 100 por 100). Y otro par de curiosidades: nuestro querido Bruce "Ash" Campbell no pudo hacer una pequeña aparición en el film debido a que estaba liado con otro rodaje, y en los créditos finales podemos escuchar una pieza de Lalo Schifrin que fue deshechada para "The Exorcist".
En definitiva, Raimi ofrece una muestra de como hacer cine de género diferente, no dejando a un lado su peculiar forma de afrontar las películas de terror y mostrando que aún tiene el talento suficiente con el que encandiló a los fans del fantástico en los años 80.
7 de julio de 2009
56 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco le falta a "John Carpenter´s Vampires" para ser una obra maestra.
Vapuleada (injustamente) por la crítica en su día, John Carpenter revisiona el subgénero vampiro adaptándolo magistralmente a su campo, y a su mundo de atmósferas, de anti héroes, gamberro y sobretodo muy personal. Porque si hay algo de lo que puede presumir el maestro entre maestros Carpenter (probablemente uno de los últimos grandes directores clásicos vivos junto a Clint Eastwood) es de ser fiel así mismo en cada uno sus películas, incluídos los encargos de grandes productoras.
La puesta en escena es muy clásica, sin efectismos, con gore barato pero admirable. Como las grandes joyas de la serie b.
La película comienza con unos planos hipnóticos de un desierto texano mexicano, donde ya empieza a atronar la fantástica banda sonora guitarrera del maestro. Luego, comienza el prólogo, una auténtica joya de la realización, que es toda una declaración de intenciones: Carpenter le dice al espectador lo que verá a continuación, una invitación a agarrarse los machos: porque lo que seguirá a continuación es un Western con vampiros, con continuos guiños al género con los jugosos planos, las frases lapidarias... todo ello envuelto con el clima de serie b grandiosa como sólo Carpenter sabe hacer. Esta introducción, con una pandilla de caza vampiros que luego correrá peor suerte, también sirve de presentación del protagonista, el anti héroe carpenteriano que no podía faltar: Jack Crow, con un James Woods que nunca ha estado mejor, aguantando perfectamente bien el peso de la película. Jack Crow es un cazador de vampiros socarrón, faltón, macarra, pasota, un auténtico crack. Él es la película.
"John Carpenter`s Vampires" no es un plato para todos los gustos: la crítica, envuelta en un envoltorio de muy mala baba pero a la par elegante, no es sólo hacia la Iglesia: también va destinada al ser humano y los límites a los que puede llegar la maldad y egoísmo del ser. Todo ello en un mundo de vampiros. Todo ello muy Carpenter, todo ello muy MAGISTRAL.
Vapuleada (injustamente) por la crítica en su día, John Carpenter revisiona el subgénero vampiro adaptándolo magistralmente a su campo, y a su mundo de atmósferas, de anti héroes, gamberro y sobretodo muy personal. Porque si hay algo de lo que puede presumir el maestro entre maestros Carpenter (probablemente uno de los últimos grandes directores clásicos vivos junto a Clint Eastwood) es de ser fiel así mismo en cada uno sus películas, incluídos los encargos de grandes productoras.
La puesta en escena es muy clásica, sin efectismos, con gore barato pero admirable. Como las grandes joyas de la serie b.
La película comienza con unos planos hipnóticos de un desierto texano mexicano, donde ya empieza a atronar la fantástica banda sonora guitarrera del maestro. Luego, comienza el prólogo, una auténtica joya de la realización, que es toda una declaración de intenciones: Carpenter le dice al espectador lo que verá a continuación, una invitación a agarrarse los machos: porque lo que seguirá a continuación es un Western con vampiros, con continuos guiños al género con los jugosos planos, las frases lapidarias... todo ello envuelto con el clima de serie b grandiosa como sólo Carpenter sabe hacer. Esta introducción, con una pandilla de caza vampiros que luego correrá peor suerte, también sirve de presentación del protagonista, el anti héroe carpenteriano que no podía faltar: Jack Crow, con un James Woods que nunca ha estado mejor, aguantando perfectamente bien el peso de la película. Jack Crow es un cazador de vampiros socarrón, faltón, macarra, pasota, un auténtico crack. Él es la película.
"John Carpenter`s Vampires" no es un plato para todos los gustos: la crítica, envuelta en un envoltorio de muy mala baba pero a la par elegante, no es sólo hacia la Iglesia: también va destinada al ser humano y los límites a los que puede llegar la maldad y egoísmo del ser. Todo ello en un mundo de vampiros. Todo ello muy Carpenter, todo ello muy MAGISTRAL.
17 de setiembre de 2009
44 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente combo por parte del incombustible Sergio Martino de cintas americanas como "Escape From New York", "Mad Max" que junto a los curiosos toques de ciencia ficción construyen unos de los hitos del cine post-apocalíptico no sólo de la cinematografía italiana, ya que la obra puede codearse sin ningún pudor con muchos films de temática similar del cine americano.
Martino siempre ha demostrado, y aquí no iba ser menos, de dotar a sus películas de la artesanía y descaro necesarias para afrontar los presupuestos y guiones irrisorios que muchas veces manejaba, logrando ante todo productos muy personales, tomando mucho cariño a sus innumerables fuentes americanas (aquí, a parte de las anteriores citadas, también se toman referencias de "Omega Man", "Planet Of The Apes" entre otras).
Tomando como eje principal parte de la trama de la mencionada película de Carpenter (aunque he leído por ahí que los creadores del film aseguran que el guión estaba escrito antes) Martino ofrece un espectáculo modesto pero de aspiraciones gigantescas, con anti-héroes de medio pelo (que no hacen más que engrandecer aún más las intenciones de la cinta) y un conjunto de personajes totalmente entrañables (mención especial merece el siempre genial George Eastman, que en su aparición roba totalmente el protagonismo al actor principal).
Esta película puede presumir, de tener toneladas de encanto. Martino, Castellari, D´Amato y otros maestros italianos conseguian hacer productos totalmente admirables, en base a una espectacularidad rancia y barata pero que llegan al espectador, cosa que hoy en día no se consigue con esos grandes presupuestos que se manejan hoy en día.
Con un ritmo endiablado, "2019: Dopo la caduta di New York" es una montaña de rusa que convierte a la película en un auténtico icono de la cinematografía b italiana de los 80, (peyorativamente asignada a ese subgénero llamado "Trash Cinema"), con unas grandes aspiraciones de realizar un sentido del entretenimiento único. Sirva pues, esta crítica para reivindicar ese tipo de cine tan denostado y tan salvajemente vapuleado.
Martino siempre ha demostrado, y aquí no iba ser menos, de dotar a sus películas de la artesanía y descaro necesarias para afrontar los presupuestos y guiones irrisorios que muchas veces manejaba, logrando ante todo productos muy personales, tomando mucho cariño a sus innumerables fuentes americanas (aquí, a parte de las anteriores citadas, también se toman referencias de "Omega Man", "Planet Of The Apes" entre otras).
Tomando como eje principal parte de la trama de la mencionada película de Carpenter (aunque he leído por ahí que los creadores del film aseguran que el guión estaba escrito antes) Martino ofrece un espectáculo modesto pero de aspiraciones gigantescas, con anti-héroes de medio pelo (que no hacen más que engrandecer aún más las intenciones de la cinta) y un conjunto de personajes totalmente entrañables (mención especial merece el siempre genial George Eastman, que en su aparición roba totalmente el protagonismo al actor principal).
Esta película puede presumir, de tener toneladas de encanto. Martino, Castellari, D´Amato y otros maestros italianos conseguian hacer productos totalmente admirables, en base a una espectacularidad rancia y barata pero que llegan al espectador, cosa que hoy en día no se consigue con esos grandes presupuestos que se manejan hoy en día.
Con un ritmo endiablado, "2019: Dopo la caduta di New York" es una montaña de rusa que convierte a la película en un auténtico icono de la cinematografía b italiana de los 80, (peyorativamente asignada a ese subgénero llamado "Trash Cinema"), con unas grandes aspiraciones de realizar un sentido del entretenimiento único. Sirva pues, esta crítica para reivindicar ese tipo de cine tan denostado y tan salvajemente vapuleado.
6 de octubre de 2018
81 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
El inclasificable Panos Cosmatos cierra su díptico “1983”, iniciado por aquella anarquía pirotécnica llamada Beyond The Black Rainbow (2010). Mandy, de similar idilio visual, relata una historia de venganza perpetrada por un guardia forestal (Nicolas Cage, elevando hasta el extremo el cariz desmesurado que ha alcanzado recientemente en la cultura popular), quien lleva una vida bucólica junto a su mujer hasta que esta cae en las garras de un culto hippie satánico. Cosmatos rueda un torreón cromático a modo de viaje de LSD donde la violencia, la psicodelia y un fino sarcasmo juegan a favor de un universo propio narrado hacia el reverso más radical de lo sensorial, creando una película única en su especie. Armoniosa en sus pretensiones, impactante en su resolutivo atrevimiento escénico, Mandy perfecciona las arriesgadas intenciones de su creador, donde un esquema argumental, tropo común del género, alcanza una imaginería aplastante y es expuesto en pantalla con unas maneras magistrales en el dominio de la narrativa abstracta.
Sus evidentes influencias, ensambladas con honestidad y apoyándose en una naturaleza audiovisual inédita, van desde lo puramente musical (ojo a los créditos iniciales y al tema escogido para darle sonoridad), pasando por la mirada irónica a las propias aristas del género vista en cintas como La Matanza de Texas 2 (1986) e incluso reforzándose en unas impresionantes alusiones contraculturales como las relativas a su clara conexión con Charles Manson y su Familia, subrayando la condición de experimental multiverso referencial. Oscura, retorcida, trágica y profundamente sentimental, Mandy es una reivindicación del aspecto subversivo del grindhouse a modo de discurso postmodernista, donde fondo y forma se unen para ejecutar un relato repleto de autoría. Además, Nicolas Cage, increíble, ha sabido captar tanto las excesivas vicisitudes de su personaje como el conmovedor y cromático fatalismo en el que este se ve sumido.
http://reverendowilson.com/
Sus evidentes influencias, ensambladas con honestidad y apoyándose en una naturaleza audiovisual inédita, van desde lo puramente musical (ojo a los créditos iniciales y al tema escogido para darle sonoridad), pasando por la mirada irónica a las propias aristas del género vista en cintas como La Matanza de Texas 2 (1986) e incluso reforzándose en unas impresionantes alusiones contraculturales como las relativas a su clara conexión con Charles Manson y su Familia, subrayando la condición de experimental multiverso referencial. Oscura, retorcida, trágica y profundamente sentimental, Mandy es una reivindicación del aspecto subversivo del grindhouse a modo de discurso postmodernista, donde fondo y forma se unen para ejecutar un relato repleto de autoría. Además, Nicolas Cage, increíble, ha sabido captar tanto las excesivas vicisitudes de su personaje como el conmovedor y cromático fatalismo en el que este se ve sumido.
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18 de junio de 2009
46 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
De primeras, decir que hacer un remake de "The Last House On The Left" de Craven que resulte digno no es nada fácil, debido al momento es que se hizo, las intenciones y la forma que se tenía de ver el cine de terror en aquella época. Y es que uno de los aciertos de la cinta de Craven es que el horror que nos muestra es muy honesto, como hacían muchos films de aquella época, logrando un auténtico festín del horror, aunque aquella también tuviese sus carencias.
Este remakes no es ni más ni menos que el trasladar esa trama al cine de terror actual, con todo (poco) lo bueno y todo lo malo.
Empecemos por lo bueno: la película está muy bien planteada: tenemos una estética sucia y andrajosa que pretende involucrar al espectador aún más en la acción, como lograba Craven con éxito. Algunos actores están realmente bien: Sara Paxton sale muy bien airosa de la complicada escena que le toca realizar (si habeis visto la original sabeis a cual me refiero). Tony Goldwin también está aceptable sobretodo en la parte final donde la película se apoya totalmente en él (ya sabeis...).
Los malos son demasiado "malos", es decir tienen todos los estereotipos para intentar caer mal. Sin embargo, otro de los aciertos de Craven fue que sus villanos son unos pueblerinos que son malos "porque sí" sin contemplaciones. Aquí hay incluso alguna subtrama que no sólo no aporta nada sino que hasta molesta.
El principal fallo de la película, es que cae en absolutamente todos los tópicos del cine de terror actual. Y aunque el esfuerzo en mostrar gore se agradece, no por enseñar más se aterra más. Ocurre como con "The Texas Chainsaw Massacre": en el original se enseñaba menos, pero aterraba mucho más, porque detrás de la cámara había talento (en ambos casos, y viendo los posteriores trabajos de sus directores, no sabemos si casual o no).
En definitiva, otro remake más que se queda en agua de borrajas, pero a este al menos se le ve cierto oficio.
Este remakes no es ni más ni menos que el trasladar esa trama al cine de terror actual, con todo (poco) lo bueno y todo lo malo.
Empecemos por lo bueno: la película está muy bien planteada: tenemos una estética sucia y andrajosa que pretende involucrar al espectador aún más en la acción, como lograba Craven con éxito. Algunos actores están realmente bien: Sara Paxton sale muy bien airosa de la complicada escena que le toca realizar (si habeis visto la original sabeis a cual me refiero). Tony Goldwin también está aceptable sobretodo en la parte final donde la película se apoya totalmente en él (ya sabeis...).
Los malos son demasiado "malos", es decir tienen todos los estereotipos para intentar caer mal. Sin embargo, otro de los aciertos de Craven fue que sus villanos son unos pueblerinos que son malos "porque sí" sin contemplaciones. Aquí hay incluso alguna subtrama que no sólo no aporta nada sino que hasta molesta.
El principal fallo de la película, es que cae en absolutamente todos los tópicos del cine de terror actual. Y aunque el esfuerzo en mostrar gore se agradece, no por enseñar más se aterra más. Ocurre como con "The Texas Chainsaw Massacre": en el original se enseñaba menos, pero aterraba mucho más, porque detrás de la cámara había talento (en ambos casos, y viendo los posteriores trabajos de sus directores, no sabemos si casual o no).
En definitiva, otro remake más que se queda en agua de borrajas, pero a este al menos se le ve cierto oficio.
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