Por el hecho de tratar de la violencia machista no se convierte en una buena película. Que sí, que esa violencia es una cabronada, pero de lo que se trata es de, con cualquier tema, hacer arte y provocar emociones.
Desde un punto de vista estrictamente cinematográfico no aporta nada especial. Aunque los cuatro actores y actrices cumplen, el guión es muy plano y, como de costumbre en los mediocres guiones, solo se anima un poco al final.
La trama es exigua y se podría haber desarrollado en menos tiempo, porque hay escenas que se ven como simple relleno.

En danés: es muy extraña. Todo lo que dice aquí AntonioR sobre cómo ve el danés a los checos es cierto, pero eso no descalifica la película, que está bien rodada y logra mantener un ambiente extraño durante todo el tiempo, hasta el final, del que, dicho sea todo, no me he coscado.
Mads Miikkelsen tiene la cara idónea para interpretar a un hombre que no sabe expresar sus sentimientos. En cambio Stine Stengade no acierta en su papel, quizá porque no está bien dibujado en el guión.
Ahora, de profundad, emociones contenidas, desgarro… poco. O habría que juzgar por emoción contenida que ante la menor duda…cama. Con la mujer y con la que pasaba por ahí.
Pienso que la media de 6,2 es acertada.

Lo que durante casi toda la primera mitad parece una historia intrascendente de dos amigos que van a trabajar en vacaciones a la casa de la playa de la madre de uno de ellos, se complica algo con la presencia de Nadya, que también está en esa casa y de su presunto noviete, un socorrista de la playa. Uno de los dos amigos es escritor, pero la novela que ha escrito no parece satisfacerle, y espera el juicio del editor
Hasta aquí todo normal. Pero cuando llega el editor el guión da unos giros prodigiosos, sobre todo cuando Nadya recita una poesía de Heinrich Heine. Después todo se precipita y la película que parecía trivial alcanza momentos de una intensidad callada.
Y de fondo ese cielo rojo de un incendio forestal, donde la muerte de un cachorro de jabalí, quemado, presagia males peores.
Hay una cierta desproporción entre el planteamiento y el desenlace, pero este es tan acertado que no tomo en cuenta esa desigualdad en el tono.

Quien desee saber todo de esta película que visite el spoiler de algunas de las críticas. Yo me limito discrepar de que la película de Zonca sea una crítica general al matrimonio por la sencilla razón que cualquier generalización es un error de partida.
Aquí hay tres familias: la del detective, al que su mujer dejó y tiene un hijo camello. Por cierto el papel de Cassel es con mucho lo mejor de la película. No he visto detective más desastroso, primario y bestial.
La segunda familia es la del hijo desaparecido, por lo visto homosexual, padre ausente, hija discapacitada y madre enfermiza y angustiada por la tragedia familiar, que no cuento.
La tercera es la del profesor aspirante a escritor y que, dicho sea de paso, está un poco loco.
El mérito principal del guión es hilvanar bien estas tres historias y tenernos en vilo hasta el mismísimo final.
Con todo, no me parece una película de más de 6 y la media de 6,2 casi lo clava.

La nota media que sale aquí es justa, en mi opinión, porque la película tiene buenos mimbres, e interpretaciones magníficas de Krieps y Mortensen, pero un guión que, a base de jugar con los tiempos, hace que la narración sea discontinua y que no enganche. Es un error que toda la carga emotiva la deje para el último cuarto de hora, siendo una película larga.
Media película me la pasé pensando dónde estaba el niño, hasta que caí en la cuenta de ese juego con el tiempo. Cuando un guión distrae de ese modo a un espectador no demasiado torpe es que algo falla.
Buena la ambientación, sobria en los diálogos, los bellos paisajes acostumbrados del western, pero cuando no hay una línea creciente y comprensible de intriga, todo eso se desdibuja.
Me ha merecido verla, porque en ningún momento me ha entusiasmado.