Vómito sobre la alfombra roja de Cannes. De esta manera podríamos tratar de resumir la tremenda dureza de las imágenes de la película, pero seguramente nos quedaríamos cortos, es más, probablemente todo lo que podamos decir con respecto a esto sería insuficiente, pues la crudeza del film llega a extremos en los que se hace dificil de soportarla -y que conste que no es pura retórica literaria-. Así pues, no es una pélicula apta para aquellos a quienes no les guste ver sufrimientos en el cine, si pensais que exagero; verla.

Divertidísima y osada satira sobre el nazismo -pues cabe recordar que la segunda gran guerra estaba en su punto más álgido- en la cual se los ridiculiza con una sútil ironía,nada más hay que ver el comienzo del film para darse cuenta de ello. Una delicia de película se mire por donde se mire.

Sensacional sátira sobre la guerra fría y los altos mandos militares en general, con un argumento tan surrealista y mimado con todo lujo de detalles que hace que no puedas dejar de reirte ni un instante. Todo esto para terminar con un final de una gran belleza estética.

Asistimos al espectáculo de una gran y bella metáfora existencialista sobre uno de los temas favoritos de Bergman: la muerte. Esa eterna duda metafísica sobre lo que hay detras de la muerte y que todos nos hemos preguntado en algún momento, sirve de base para una de las grandes obras de la historia del cine.
Bergman maneja el tempo de forma hipnótica, sumergiéndote de lleno en la mente de todos sus personajes, personajes que están interpretados magistralmente, sobre todo, el atormentado Max Von Sidow.
Film ideal para quienes han disfrutado de las lécturas de Sartre, Hesse, Camus, o incluso de las de Unamuno.