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España España · Vizcaya
Críticas de Cazale
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Críticas 30
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
16 de noviembre de 2019
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En un lugar de Iowa, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un cuellirrojo de los de campo de mazorcas, granero antiguo, camioneta oxidada y bandera roída. Es, pues, de saber que este sobredicho cuellirrojo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año), se daba a escuchar cintas de rap gangster, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la vida rural y aun el respeto a sus esforzados padres y novia; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió mucha harina haciéndola pasar por cocaína para comprar cintas de rap gangster en que escuchar, y así, gastó gran parte de su tiempo frente al espejo, imitando el habla y la mímica de los lejanos guetos negros.

Con estas razones perdía el pobre joven el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no lo sacara ni las entendiera el mesmo Malcolm X, si resucitara para solo ello. Se enfrascó tanto en su escucha, que se le pasaban las noches escuchando de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho escuchar, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que escuchaba en las cintas, así de champán como de orgías, tiroteos, proxenetismo, narcotráfico, banquetes, conciertos, billetes y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas intenciones que escuchaba, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. Decía él que Fat Joe había sido muy buen rapero, pero que no tenía que ver con Slick Rick, que solo de un cuello había colgado seis doradas y descomunales cadenas. Mejor estaba con Snoop Dogg, porque en Doggystyle había amasado dólares y perras, valiéndose de la industria musical.

En efeto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más estraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse MC narcotraficante y irse a Chicago con su camioneta a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los G rappers se ejercitaban, realizando todo género de agravio y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eternas zorras, dinero y fama. Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su rima, por lo menos del imperio de Def Jam; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del estraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efeto lo que deseaba. Y lo primero que hizo fue limpiar una pistola que había sido de su primo tercero, que, tomada de orín y llena de moho, luengos años había que estaba puesta y olvidada en un rincón.

Fue luego a ver a sus amigos, y aunque sus pieles eran más blancas que la leche, le pareció que ni el carbón con ellas se igualaba. Quiso ponerse nombre a sí mismo, y en este pensamiento duró ocho días, y al cabo se vino a llamar "Flip Dogg". Pero acordándose que el valeroso 2Pac en sus inicios se bautizó como "MC New York" y en sus años postreros alzaba la mano en forma de uve doble para representar a la costa Oeste, así quiso, como buen rapero, añadir al suyo el nombre de su tierra y llamarse "Flip Dogg de Iowa".

Hechas, pues, estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, según eran las canciones que pensaba grabar, Cadillac Impalas que rebotar, Hennessy que beber, droga que vender y felaciones que recibir. Y así, una mañana, se armó de la pistola, subió con sus blancatas sobre la camioneta, tomó su gorra y camisa XXL y por la puerta falsa de un corral salió a la carretera, con grandísimo contento y alborozo de ver con cuanta facilidad había dado principio a su buen deseo.
Cazale
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3
15 de agosto de 2019
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia sobre los delincuentes más tontos que se han visto en pantalla. Los policías tampoco van cortos de idiocia. Luz del día, testigos, cámaras o antecedentes no cuentan demasiado ni para unos, ni para otros. Todo sea para poder seguir sacando robos de coches y hostias del brazo de la ley durante hora y media.

La película es un amasijo de hechos que se suceden a trompicones, narrados muy de vez en cuando por la voz en off del protagonista filosofando con profundidad de Coelho. La transición entre escenas es de Power Point. Las situaciones, sobre todo las que se dan cuando los jóvenes están jangueando en el barrio, rezuman una incómoda falta de naturalidad.

Spike Lee decía que al novato Mekhi Phifer en 'Clockers' la cámara le ama. Pues al novato Sharron Corley en 'New Jersey Drive' le odia. La única manera de ver a alguien con menos sangre que este tipo es ponerse una entrevista a Andrés Iniesta. Los dos personajes que más emociones provocan al espectador son el repugnante policía y el aborrecible cabecilla ladrón.

Podría pensarse que tanto aspecto negativo será tapado por unos buenos trompos y persecuciones, total, es una película de coches. Pero qué va. Los coches lucen poco y las persecuciones son de chiste, me imagino que debido a un presupuesto corto.

La rapera banda sonora tiene unos cuantos nombres ilustres, entre ellos Redman, que juega en casa, y Heavy D, que además hace un fugaz papel.

Conclusión: floja película urbana que no ha complacido ni al amante del Hip Hop que escribe esta crítica.
Cazale
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5
12 de agosto de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra, en líneas generales, es positiva para la ciudadanía. Las espectadoras y los espectadores pueden visionarla sin temor, al tratarse de una historia que combate el blancocentrismo. No obstante, sería conveniente corregir algunos aspectos que se exponen a continuación.


El título y nombre del protagonista alude a mecánicas dictatoriales ('Boss') y racistas ('Nigger'). Debe sustituirse por un término respetuoso e inclusivo: 'Afroamericano Empoderado'.

El western es un género cinematográfico fascista, en el que destacan figuras nazis y franquistas como John Ford. Por lo tanto, la historia debe trasladarse a un espacio seguro: una comunidad asamblearia y ecológica de algún país nórdico de Europa.

Durante toda la película se montan caballos. Esto supone una vil actitud especista que debe arreglarse introduciendo un medio de transporte no explotador: la bicicleta.

El personaje principal es de género masculino. Un claro rasgo patriarcal, que debe subsanarse mediante una ley de cuotas que haga que la protagonista sea mujer: Pam Grier. Como compañera puede contratarse a Oprah Winfrey, para que los cuerpos reales tengan representación.

La presencia de afroamericanos y mexicanos no resulta suficiente, puesto que no aparece gente de los pueblos originarios americanos. Tampoco asiáticos, árabes, gitanos o australoides. Alarmante racismo que debe remendarse con la inclusión de actores y actrices de todos los colores y culturas existentes.

Todas las relaciones que salen en pantalla son heterosexuales. Un sonrojante atentado contra la diversidad sexual, que deberá ser resuelto a través de la incorporación de personas LGTBI+. En esta misma línea, es necesario señalar que todos los personajes son hombres o mujeres. Transgéneros y personas no binarias deberán tener el mismo peso en la trama que los dos géneros tradicionales y opresores.


Tras estas correcciones, el filme mejoraría notablemente, y la ciudadanía lo podría visionar con un mayor respeto a los valores del siglo XXI y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Cazale
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6
11 de agosto de 2019
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 'cinéma de banlieue’ es a Francia lo que el cine quinqui a España y las hood movies a USA. En el extrarradio de gran ciudad gala, los altos bloques observan el eterno choque entre brazalete policial y cocodrilo Lacoste pectoral.

Con estilo documental y trama desparramada, ‘Ma 6-T va crack-er’ (mi cité va a estallar) muestra eficazmente la vida criminal de barrio. La violencia se palpa, no es impostada. Los chavales se pegan, disparan, roban, buscan sexo y vagan por la calle sin la más mínima proyección de futuro. Todo está envuelto en rap, con una banda sonora en la que resaltan los populares IAM y el invitado de lujo KRS One.

A la película le sobra el claro mensaje político y las estrafalarias imágenes del principio y el final. Por lo demás, es una buena manera de sumergirse en la atmósfera banlieue.
Cazale
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7
24 de agosto de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico básico para los amantes del Hip Hop, vulgaridad sin interés para la masa de críticos y público regular. Una "película hood" de extraña personalidad y gran espectacularidad visual (inolvidable introducción). Menos accesible y a priori apreciable que compañeras de (sub) género como 'Clockers', 'Menace II Society' o 'Paid In Full'.

Su director, Hype Williams, es una leyenda en lo que a videoclips de rap se refiere. El neoyorquino traslada su habilidad en dicho ámbito para crear un film con apariencia de ostentoso vídeo musical que resulta ser una horterada para esa masa de críticos y público regular, pero una celestial visión a ojos de aficionados al arte salido de los guetos negroestadounidenses durante las últimas décadas.

Sus protagonistas, Nas y DMX, son dos de los raperos más relevantes de todos los tiempos. El primero está soso y el personaje del segundo recuerda notablemente a él mismo en la vida real. Hacen de sus respectivas novias T-Boz y la explosiva Taral Hicks (la chavala de 'Una historia del Bronx'). Por ahí anda también Hassan Johnson, el enorme Wee-Bey de 'The Wire'. Y en ésta, la mejor serie de TV nunca creada, sale asimismo Method Man (emcee tan mítico como Nas y DMX), que en 'Belly' clava su secundario. Mención especial para Eric Keith McNeil interpretando a un escalofriante y carismático cachorro gangster.

La historia se sostiene sobre aspectos ya tratados infinidad de veces: práctica de delincuencia variada como consecuencia de vivir en la parte oscura del sistema, familia, amistad, traición, conciencia de raza*, despertar espiritual, etcétera. Esto no le quita de absorber y entretener sobradamente. Desconcertantes escenas humorísticas, simpáticos guiños ('Gummo', 'Scarface') y una banda sonora que sienta como un guante son la guinda de esta brillante (en todos los sentidos) hood movie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cazale
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