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Críticas de piensaencines
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Críticas 202
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
19 de febrero de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de presentar una película como "La mejor película del año" (de las cuales hay como doscientas o trescientas por lo menos cada año), con toda la crítica nacional (que es muy puñetera) e internacional rendida a sus pies y deshecha en parabienes; el problema de presentarla como "obra maestra", y con cientos de nominaciones a modo de garantía, es que crea expectativas.

El problema de las expectativas es que es muy difícil colmarlas, y cuando no se satisfacen, dejan un poso de decepción que muchas veces no es justo con la realidad.

El problema es enfrentarse a la realidad fríamente y sin condicionamientos.

Mi experiencia con LA FORMA DEL AGUA es, quizás por esas expectativas, un tanto frustrante. La quiero, porque amo a Guillermo del Toro. Amo su forma de escribir, de dirigir, de apostar fuerte. De arriesgar. Amo su valentía, su personalísima personalidad, su talento, su alma de niño y su espíritu friki.

Sí, me gusta "La Forma Del Agua" y le tengo cariño, y me parece una buena película, una muy buena película, pero no la obra maestra y definitiva que me aseguran.

No una película magnífica y definitivamente, no una película imprescindible. En mi caso, eso ya lo hizo Del Toro con "El Laberinto del Fauno", o con "La Cumbre Escarlata", que considero la gran olvidada en su carrera, incluso con esa gran vapuleada que fue "Pacific Rim".

Creo que a estas alturas Guillermo del Toro no tiene nada que demostrar, y que seguramente muchos de los halagos hacia su nueva película se deban más a un acto de desagravio hacia su carrera ejemplar. Un reconocimiento a él mismo como uno de los directores enormes, personales e imprescindibles, y no de esos que ascienden a dicho estatus sólo porque los adoradores de la nada lo deciden.

Guillermo del Toro lo que sí tiene es mucho buen cine por delante para ofrecenos, y espero que se centre en eso y no se deje cegar por esa hoguera de las vanidades que son los premios y los reconocimientos de la burguesía más rancia del cine.

Digo todo ésto, para que entendáis lo mucho que me duele escribir que LA FORMA DEL AGUA me ha resultado una película fría, excesivamente larga, lenta (que no avanza) en muchos momentos. Una película con la que no acabo de conectar, que no me agarra de las tripas y me las retuerce, que no me encoge el corazón; que no me emociona.

No me producen ninguna empatía su hombre pez, ni suficiente rechazo su villano (el verdadero monstruo). Ni siquiera su protagonista acaba de generarme dicha empatía. Ni acabo tampoco de entender demasiado bien sus motivaciones. Quizás sean los personajes satélite quienes más capten mi atención, mi comprensión y quienes más me lleguen. Y creo que también son los más mimados en la película.
Reconozco que la labor de Del Toro en la dirección es de una maestría y una madurez absolutas.

Reconozco que su guión está escrito y rematado con la misma maestría y madurez; con pasión desbordante por el detalle y respeto absoluto al espectador. Con amor a la historia y a sus personajes. Nada queda al azar, ningún detalle es superfluo y nos regala generosamente anzuelos en los que nos enganchamos con gusto.
No hay trampas ni atajos en su guión.

Reconozco "La Forma del Agua" como una película personal, de esas historias que nacen de la pura necesidad de contarse. Una película de las que hacen que sigamos creyendo en el Cine y sobre todo que sigamos creyendo en los pocos Artistas y Creadores de verdad que tienen el poder y el dinero para hacer llegar sus obras a nosotros.

Reconozco una película hermosa, sutil y tierna. Una película nostálgica y atemporal. Una actualización de esos clásicos de genero que tanto me han hecho soñar y por los que amo el cine sobremanera. Reconozco guiños y homenajes, y no plagios.
Reconozco también una Sally Hawkings entregada en su papel, absolutamente convincente y digna merecedora de cuantos halagos la queramos hacer. Y aún así, su personaje se me queda corto o incomprensible en algún momento. Pero también es posible que sea más por carencias de alguno de los personajes que la rodean.

Reconozco a un personaje escrito y descrito con gran mimo, encarnado con madurez y con cariño por Richard Jenkins, uno de esos eternos actores de reparto que dignifican todo lo que tocan, y aquí lo hace con un papel que si bien no es vital para la historia, sí la hace
Reconozco una partitura de Alexandre Desplat perfecta, más que por su belleza, por su sutileza. Además de una ambientación musical igualmente memorable.
En realidad, reconozco que todas las "piezas" de este frankenstein encajan, todos sus órganos son funcionales, cobran vida, hacen circular la sangre. El cerebro piensa por sí mismo y su sistema nervioso está sano.
Reconozco que ha creado un ser hermoso, pero, por alguna razón, ese ser no tiene el suficiente alma para enamorarme.
Pero todo en esta vida es amor, a veces basta con el cariño. y sí, cariño sí le tengo a esta película.
piensaencines
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7
5 de febrero de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues que me gusta a mí La Coixet, oye.
Que está donde está porque se lo ha ganado a pulso. Porque tiene las gónadas bien puestas. Porque dirige como poca gente en este país. Porque es una cachonda mental. Porque no es nada correcta políticamente hablando. Porque es capaz de decir en una gala que su madre está más delgada que la de una competidora...Y además porque es de las pocas que ha sabido sacar tanto provecho a un actor tan desaprovechado como Bill Nighy...y tan grande.

La coixet es muy de drama, de depresión y de intensidad de esa que puede llevar a cortarte las venas. Es muy de angustias vitales ella, pero luego te la llevarías de copas para poder hablar sin pelos en la lengua de todo y de todos como ya no se hace desde los ochenta.

La Coixet es un poco "british", pero con raza. Y por eso LA LIBRERÍA es un poco (un mucho) "british"...pero con raza.

"gustadome ha La Librería", como diría el maestro Yoda,"pero no entusiasmado". Pero es que, por definición, "british" y "entusiasmo" son bastante antagónicos.
La Coixet llega en un ferry, monta una librería. Intenta culturizar a un puñado de garrulos. Se atreve a pensar por sí misma y la destrozan quienes mantienen agarrulados a los garrulos. Bueno, no la Coixet, sino Florence, que es a quien interpreta, y de manera no muy convincente por cierto, Emily Mortimer...pero como si fuese La Coixet...o cualquiera en este mundo que tenga los huevos de ser uno mismo.
La Coixet nos trae un relato sencillo, sin sobresaltos y lleno de veneno, que se deja ver con agrado. Una farsa, un engaño que se urde a espaldas del espectador y que, como en la vida misma, te deja sumido en la mala ostia que producen la impotencia y el abuso.
Y es que las películas, y más los libros, en el fondo son como la vida misma. Al menos cuando son buenos. Y una película que se atreve a recomendar uno de mis libros favoritos CRÓNICAS MARCIANAS, del gran Bradbury (tan denostado por su falta de convencionalismos) y que cuenta una historia con tantas similitudes a ésta, ya tiene ganado mi respeto.
La Coixet ya tiene ganado mi respeto.
Bill Nighy ya tenía gando mi respeto, pero a partir de ahora, mi admiración. ¡Que papelón ,señoras y señores! Con qué elegancia, con que aplomo, con qué dominio...con qué economía de expresiones se desayuna, se come, se merienda y se cena LA LIBRERÍA. Que momentazos nos regala él y nos regala Patricia Clarkson destrozándose mutuamente en pantalla, como felinos sin apenas tener que pestañear. Qué grandes actores ambos y qué grandes actuaciones.

Qué grandes todos, en realidad, salvo Emily Mortimer, que igual peca de ser demasiado "british"...pero de verdad.

Sí, me gusta esta LIBRERÍA, sin triunfalismos y en su justa medida: como una buena película que merece una segunda lectura. Como obra madura de su autora, a la espera de obras mejores. Como un libro con una buena historia y con una buena escritura. Porque esas dos cosas sí las tiene, a pesar de otros aspectos técnicos (sonido, vestuario, montaje, fotografía) que a mí, personalmente, me parece que no están a la altura.

Y me gusta sobre todo, porque me reafirma en eso que siempre he dicho: que la gente en muy mala, pero mucho muyo, oye. Si no, no existiría "Sálvame"
piensaencines
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7
31 de enero de 2018
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos actores de reparto y un guión son quienes concentran la fuerza de este drama/comedia negra/thriller: Woody Harrelson, Sam Rockwell y el guión de Martin McDonagh.

Si alguien ha visto la anterior película de McDonagh. "Siete Psicópatas", seguramente no se sorprenda tanto con esta nueva entrega; comparte los mismos aciertos y los mismos errores. Eso sí, ambas son igualmente disfrutables, aunque quizás estos tres anuncios tengan una escritura más clara.
Tres anuncios es (me parece) una buena película.
Utiliza como macguffin la contratación de tres vallas publicitarias abandonadas, en un pueblo de esos perdidos de la Norteamérica profunda que tan buenas historias nos han dado, para denunciar la pasividad de la policía local ante un caso de violación y asesinato de una adolescente, y así hacer un retrato de esa América puritana y llena de prejuicios. O al menos para intentarlo.

Lo que parce una linea argumental clara, sencilla y directa, pronto empieza a tomar varios caminos paralelos, entrecruzados, oblicuos e incluso alguno sin salida.

Uno de esos caminos nos da lo mejor de la película, que es sin duda la construcción e interpretación, absolutamente soberbia y magistral, que hace Woody Harrelson de su personaje. Un personaje secundario que se convierte de alguna forma en el centro de la historia, tanto en la pantalla como en nuestros corazones.

Otro de esos caminos nos lleva al segundo gran valor estos tres anuncios: nuevamente la construcción e interpretación que hace Sam Rockwell de ese oficial de policía racista, homófobo, machista, vago, violento, despreciable, infantilizado, "borderline" y con complejo de edipo. Posiblemente el personaje más mimado por el guión y por el director y que acaba haciendo suya la película, al menos cuando woody harrelson no está físicamente en pantalla, y que sirve de vehículo para los mejores giros del guión.
Una interpretación de esas que uno no puede más que alabar y que te arrastra por una montaña rusa de sentimientos hacia él. Impecable.

Hay más caminos, todos ellos recorridos de la mano de grandes actores y actrices; de un reparto ejemplar en su elección y en su ejecución. Alguno de esos caminos se pierde en la nada, e incluso ralentiza el tercer acto, pero aportan una calidad coral a la cinta que casi siempre le beneficia.
El guión de McDonagh es la tercera fuerza de su película. A pesar de esos caminos sin salida que antes he nombrado, y a pesar de algún que otro bache, la historia está bien contada. y no sólo bien, sino de manera inteligente, amena, original, y sin perder ni tensión ni interés.
Salpicado de diálogos chispeantes, directos y contundentes, y de un humor ácido, negro y en ocasiones absurdo, ejerce de sólida columna vertebral, sosteniendo todos los elementos de la película, repartiendo generosamente momentos de gloria...y dejándose salvar por sus magníficos personajes cuando de vez en cuando flaquea.

Nada en los peores defectos de esa sociedad puritana y enferma, se nutre e incluso se mofa de ellos. Sin embargo nunca acaba de bucear en ellos ni de comprometerse del todo. No arriesga moralmente, a pesar de lo que pueda parecer. Y, a mi gusto, a pesar de lo inteligente de ese final abierto, me deja exactamente igual que al principio de la película: sin respuestas (que no siempre son necesarias), pero también sin preguntas.

Quizás en manos de otro director más directo, más comprometido con el espectador y menos autocomplaciente, hubieran encajado todas las piezas tan bien que hubieran elevado la película de buena a magnífica. A sobresaliente, en vez de notable. A una obra recurrente en nuestra memoria...incluso a un pequeño clásico. Pero tendremos que conformarnos con lo que hay, que no es poco.

Y no, no me he olvidado del papelazo que escribe para esa enorme de actriz que es Frances McDormand, y que interpreta como si hubiera nacido para él. Pero también es cierto que no me sorprende, o no me deslumbra, como los dos que he nombrado, incluso como los de otros actores del reparto. Quizás porque ya estoy demasiado acostumbrado a verla en estos registros...y quizás también porque durante ese tercer acto queda un poco desdibujado y un poco olvidado. Pero sería muy injusto si no me rindiera ante ella.

Una película digna de verse, que seguramente gustará a la mayoría, entusiasmará a unos cuantos y que, cuando menos, hará pasar un buen rato a quien se acerque a ella. Una de esas que en unos años rememoraremos con una sonrisa cuando alguien nos la mencione, aunque no nos acordemos exactamente de qué trataba.
Y por favor: la la améis, o la odiéis por sus premios. Eso os lo pido como favor personal.
piensaencines
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6
30 de enero de 2018
520 de 808 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a jugar a una cosa: vamos a hacer que no sabemos nada de las nominaciones y premios de esta película, que nadie ha leído ninguna crítica antes de verla ni se ha empapado de opniones creadas. Vamos a jugar a que la vemos "vírgenes", atraídos por su trailer , o por el nombre de James Ivory tras el guión (como me ocurrió a mi), o por un par de datos más que pueden llamar tu atención sobre ella...sin más información.

Ya sé que es difícil, pero vamos a intentarlo.

"Call me by your name" ("llámame por tu nombre" en español, que no sé por qué narices no lo han traducido), pretende ser una película sobre el despertar sexual, el primer amor, el amor prohibido, la aceptación, el deseo, la seducción, los convencionalismos, la sensualidad y la represión. Una propuesta ambiciosa para una película aparentemente sencilla.,
Digo "pretende", porque al final (siempre desde mi punto de vista) se queda en una fantasía homoerótica burguesa bastante simplona:

- En la fantasía de un adolescente sin más preocupaciones que decidir qué libro leer, o si tirarse a un melocotón, a la francesita liberal que veranea en su mismo pueblo idealizado, o al profesor buenorro que sus padres acogen en su palacete veraniego de la Toscana para ayudarles en sus investigaciones arqueológicas....Todo muy de andar por casa, vamos.

- Y también en la fantasía de un madurito despampanante que ve la oportunidad dar rienda suelta a sus pasiones ocultas, de quemar su último cartucho, desde una posición de poder, antes de ceder definitivamente a una vida convencional y aburguesarse irremediablemente.

Una especie de "Lolita" gay en la Toscana, pasada por el tamiz moralizante de Disney, o peor, de Dreamworks.

Una historia mil veces contada (como todas), que se nos intenta vender como si fuese el último gran triunfo del cine anticomercial frente al todopoderoso y perverso cine comercial. David frente a Goliath, el bien frente al mal. Gran trampa, pues estamos ante una cuidada labor de marketing y promoción, para un tipo de público muy sensible a ese tipo de promoción y marketing camuflados, que nos vende un producto manufacturado , como si fuese una obra de artesanía (que no de arte).

Si el gran atractivo , para mí, de esta película era el guión de James Ivory, ni siquiera eso consigue convencerme. Su narración se pierde en miles de detalles meramente estéticos que no hacen sino ralentizarla. Entre plano y plano de paisajes, o de rincones hermosos o de una mosca que pasaba por allí, avanzan a trompicones y con lagunas imperdonables las relaciones entre los protagonistas y entre éstos y el resto de personajes. Un guión quizás en demasía literario.
Uno de esos casos en que 100 minutos son mejor que 130.
Apenas consigue rascar la superficie de los sentimientos, de los temores o los deseos de los personajes. Coloca al espectador en posición de mero "voayeur", en vez de hacerle partícipe. Desperdicia el gran potencial erótico y sensual de la historia y de cada encuentro con agotadores alardes de esteticismo.

La cámara se empeña en demasía en que nos enamoremos del jovenzuelo Timothée Chalamet (al que no hay nada que reprochar), desaprovechando e incluso dejando sin sentido (por esas lagunas de que hablaba) la sólida interpretación de Armie Hammer. Sí que le regala a Michael Stuhlbarg esa confesión imposible, y un poco Disney, que para mí es la mejor escena de la película y con la que se debería haber cerrado. Pero una vez más se empeñan en alargar la historia sin sentido y darnos dos finales que por separado podrían funcionar, pero consecutivamente restan más que sumar.

No, no hay riesgo, no hay sorpresa, no hay novedad, no hay maestría, no hay nostalgia ni tampoco hay verdad. "Call me by your name" no consigue traspasar la barrera de la emoción y se queda en mero entretenimiento, banal y esteticista con muchas pretensiones.
No molesta, no incomoda, no enfada y ni siquiera aburre. No provoca rubor, ni deseo, ni rechazo, ni empatía.
No, no nos cuenta una historia universal de manera personal. Sólo se esfuerza demasiado en parecer que lo hace.
No me parece, en definitiva, una gran película, y ni siquiera me parece que sea mala. Es casi , lo peor que se puede ser: una película sin más. Una de tantas. Una que en breve ni recordaré.
piensaencines
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4
22 de enero de 2018
17 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg (que ya dio su canto del cisne con "A.I. Inteligencia Artificial"), se autoerige una vez más en la conciencia burguesa más rancia de EEUU, se empeña en retratar grandes y grandilocuentes temas para disimular su agotamiento, y presenta una película fría, dispersa, con caligrafía poco clara, y en muchos momentos aburrida, desconectada del espectador y sin riesgo alguno.
Sólo en su tercera parte levanta el vuelo y deja atisbar un poco de lo que este director fue (a destacar la secuencia de la conversación a través de los teléfonos supletorios), para luego volver a perderse en discursos patrioteros.
Hanks y Streep haciendo una vez más de sí mismos, no aportan nada salvo un poco más de inmovilismo.
Una película totalmente prescindible, que sin la maquinaria propagandística Hollywoodiense no pasaría de ser una peliculilla intranscendente.
piensaencines
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