Vigoroso thriller político, muy bien interpretado por Jack O'Connell, que nos muestra una persecución por las calles bombardeadas de Belfast durante los incidentes religioso-políticos de la Irlanda del IRA, donde un militar, perdido, es acorralado en una asfixiante noche lluviosa, donde militares corruptos y ciudadanos llenos de cólera, asesinan a sus conciudadanos, en uno de los acontecimientos civiles más violentos que ha vivido la historia de la Europa reciente. Dirigida con pulso firme, es el primer largometraje de Yann Demange, al que, por supuesto, hay que seguir la pista. Es una de las mejores películas de acción política de los últimos años.

Es cierto que "Searching for Meritxell" pueda beber de las fuentes de la accesibilidad que se plantea a la hora de rodar con facilidad con una cámara y unos medios económicos muy justos. Cierto también que, para sus creadores, la influencia de la que es fiel reflejo proviene de un nuevo humor español que se extrae de esa cantera de jóvenes humoristas "chanantes" y demás compinches populares para el público de entre los 30 a 45 años. De ahí que su humor un tanto "tarantiniano" responda a reglas basadas en el absurdo, la espontaneidad y la frescura de unos diálogos que parecen improvisados. Y si en contra pueda tener una realización bastante torpe, unos encuadres nada sofisticados sino casi pedrestres, y unos desenfoques que acaban entorpeciendo la narración, su falta de pretensiones y su frescura, sus ganas de hacer algo diferente y de contar cosas fuera de los cánones de la industria que juega a contracorriente de ellos, y esas ideas "fuera de juego", acaban por ganarnos la partida y por levantar el dedo a favor de películas como ésta. Significa la lucha en nuestro país por hacer películas que salgan del mercado tradicional de las ventas y las fichas de las grandes cifras comerciales. Y eso es mucho más que lo que le falte a su realización, a lo que quieran contar y cómo lo cuentan. Por eso, sí, jugamos en su liga y estamos con Burnin' Percebes.

El amor es extraño es una película muy bien contada y, sobre todo, sin esas dosis almibaradas de escenas que la podían hacer cargante. Está muy bien interpretada por el dúo protagonista y es un largometraje que va directamente a lo que quiere contar, sin rodeos innecesarios. Se ve muy a gusto, se disfruta y es, en definitiva, un canto al amor, sea cual sea el sexo de los implicados en él. Ira Sachs construye una declaración de intenciones sin tapujos ni falsos alardes. Es una historia de amor para toda la familia. Recomendable.

Atroz documental, que es tan veraz y exageradamente verídico, que parece una comedia que ha llegado desde el infierno para quedarse entre nosotros. Una muestra más de la sinrazón del género húmano, esta vez con la vista puesta en la masacre de miles de comunistas por el ejército de Indonesia. Pero además son los verdugos los que narran, en primera persona los hechos, lo que la hace más descomunal. Se ve, y tras hacerlo, uno se da la vuelta y observa que tras de sí está la historia haciendo mella en cada rostro de los humanos. Escalofriante relato.

Arriesgada (por mantener a sus dos protagonistas a dos metros de la cámara) e interesante pelicula, que comienza como un casual encuentro fortuito de dos personas y, cuando no se sabe cómo va a acabar la historia, todo se complica en un final, que eso sí, termina por fallar, a falta de dar una solución menos complicada.
La naturalidad de sus dos protagonistas son lo mejor de este largometraje, que hace que se le siga la pista a su director en sus futuros proyectos, porque ha sabido, y muy bien, mantener la atención y dirigir a su única pareja actoral. No es poco.