Esto es lo que pasa cuando la pretencioisidad roza la estupidez.
El realismo de ese ambiente lóbrego y sombrío que recrea Eggers en absoluto compensa un guión cogido con alfileres y minado de metáforas y simbolismos de mercadillo de los domingos, así en plan "porque yo lo valgo". Quiere dotar a su obra de profundidad pero y no tiene la menor idea de cómo hacerlo.

Pues eso, lo que va después del género B.
Actuaciones muy forzadas y nada creíbles. Curiosamente cuando había más naturalidad era cuando no era necesario actuar. La producción de sonido poco menos que nefasta. Mala sonorización y mucho eco; creo que no he llegado a entender ni la mitad de los diálogos debido al eco. Ni siquiera Eduardo Noriega vocalizaba. Adolece de falta de linealidad y grandes vacíos argumentales. En ocasiones se hace difícil seguir la trama. Y, ¿qué decir de los efectos? Mejor no decir nada...
Parece un trabajo de instituto, de hecho he visto TFGs de Audiovisuales con muchísima mejor calidad.
He aguantado porque en una noche lluviosa y encerrados por el COVID19, tampoco había mucho más que hacer.
Si eres un/a cani quinceañer@ igual hasta te gusta. Si no lo eres, quizás prefieras algo más de calidad.

Excelente adaptación del libro de Pedro Andreu "El secadero de iguanas".
Una historia con mucha fuerza cuya atmósfera te envuelve en una extraña luz oscura.
A favor: Exteriores, fotografía y un guión bien hilado.
En contra: se me hace extraño oír cómo los protagonistas hablan perfecto castellano. Actuaciones muy forzadas y poco creíbles de algunos secundarios.

Este tío ha visto una comedia francesa y, como no sabía de qué manera terminarla, ha acabado montándose un slasher por toda la cara.
Los actores parecen tener Fanta de limón en las venas, no hay quien se crea a los personajes y, cuando ya no sabe como meterle mano a su propio batiburrillo, va y se casca un deus ex machina que no se lo cree ni él.
Este año tocaba darle Oscars a los coreanos y así ha sido. Ha pasado lo mismo que el año en que se lo dieron a Hale Berry. Vale que la chavala tenía un tipín mu salao y tal, pero no vale un duro como actriz.
Pues eso.

Seré breve.
Bazofia sólo digerible por los estómagos de intelectualoides gafapastas que se excitan al oir retahilas y cantinflerías hiladas a la fuerza en la mente caduca de un individuo pedante y autoendiosado.
Como bien ha dicho uno de vosotros por ahí, cuán impresionables son los prosélitos de Cuerda.
Lo puedo expresar de manera más simple y con menos florituras, pero no lo he hecho por miedo a que no me entiendan aquellos a quienes va dirigida esta crítica.

Resumiendo para el resto de los mortales.
95 minutos soltando perogrulladas retorcidas de lo que es obvio. Cuando una película le queda pequeña hasta a Arturo Valls, amigo ahí está fallando algo.