Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de Silvana Pena
<< 1 2 3 >>
Críticas 11
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
11 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El silencio", ópera prima del director Arturo Castro Godoy, es una historia de reconstrucción, de comprensión de la propia identidad.

Tomás tiene 17 años. Su novia, Valentina, le comunica que está embarazada y juntos evalúan la posibilidad de no tener ese bebé. Casi al borde de la decisión de abortarlo, escuchan los latidos del corazón de esa nueva vida y a pesar de no tener ninguna de las variables a su favor –entre ellas un complicado vínculo con su madre, con quien no tienen la confianza suficiente para contarle lo que le está pasando-, deciden seguir adelante con la gestación.

Ante este nuevo desafío, Tomás se dispone a comprender su pasado, a construir su propia identidad, a armar ese rompecabezas que significa el vínculo con su padre y toma la decisión de ir en busca de él a pesar de saber que encontrará en Camilo a un desconocido, dado que jamás han tenido trato alguno.

Arturo Castro Godoy utiliza en la narración una inquieta cámara en mano que captura la insondable de los humedales de Santa Fe y Rincón. A paso lento pero firme nos va introduciendo poco a poco en los sentimientos y sensaciones de Tomás y se toma los espacios suficientes para que lo podamos ir acompañando en ese proceso complejo de reconstruir una historia fundamentalmente de cara al mañana. Un pasado que necesita de esclarecimiento, un presente que urge resolución y un futuro que tomará el rumbo que los tiempos anteriores sepan o puedan facilitarle.

El elenco se desempeña loablemente, ofreciéndole al espectador lo mejor de sí. No es ninguna sorpresa que Alberto Ajaka vuela a brillar en esas miradas profundas encarnando un ser casi ermitaño, de pocas palabras y gestos endurecidos, pero sí sorprenden gratamente los adolescentes protagonistas de la historia, sobre todo Tomás Del Porto quien tiene en su protagónico un peso trascendente en la historia.

El guión se sostiene sobre un cimiento férreo y va dando claves a medida que se desarrolla la historia, dejando que el espectador arme este rompecabezas casi al mismo tiempo que lo va armando Tomás. Las imágenes, potentes y de una fotografía muy bella, se transforman en sensaciones que saben unir tiempos, dando paso a la búsqueda y respetando los acallamientos.

La incapacidad de reflejar oralmente los sentimientos. Lo que se expresa con miradas. Lo que se exterioriza mediante los movimientos corporales. El silencio, que dice más que muchas palabras, es una de esas películas "para decidir, para continuar, para recalcar y considerar".

Cine argentino, cine que necesita de vos, cine que merece ser visto.
Silvana Pena
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
11 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alex de la Iglesia arriba a la pantalla grande nuevamente y después de haber probado su efectividad de gran director con una comedia delirante como ?Mi gran noche?, insiste una vez más con el formato de thriller, esta vez con matices dantescos.

9 AM. El andar de los transeúntes denota que el día comienza a tomar color. Un bar en pleno centro de Madrid. Sus empleados dispuestos a ofrecer la mejor prestación. Los clientes, prestos a disfrutar de un buen servicio. Porras, churros, manchados, y, ¿por qué no? un buen trozo de tortilla. Uno de ellos se retira de las instalaciones, y al cruzar el umbral recibe un balazo en la cabeza. Un comensal decide socorrerlo, y al salir, obtiene la misma suerte. Nadie más se arriesga a auxiliarlo.

Ocho personas quedan en el interior del lugar, mientras en el exterior, el mundo desaparece como por arte de magia. Blanca Suárez (Elena), Terele Pavez (Amparo), Secun de la Rosa (Satur), Mario Casas (Nacho), Joaquín Climent (Andrés), Alejandro Awada, Carmen Machi (Trini), Jaime Ordóñez (Israel). El mundo se detuvo, sólo son ellos ocho.

Como no podía ser de otra manera, esta micro sociedad queda representada por los diferentes tipos de poderes: el poder de estado, el ejecutivo, el judicial y el legislativo, siendo escenificados mediante la belleza, la pobreza, la adicción, la enfermedad, el poder de los uniformados y el trabajador.

Si de camuflar la sustantividad se trata, nadie mejor que el director de films como Muertos de risa (1995), con cual comparte la ironía y el humor, La Comunidad (2000) o Balada triste de trompeta (2010), la cual posee una estética similar a este film. Alex de la Iglesia arriba a la pantalla grande nuevamente y después de haber probado su efectividad de gran director con una comedia delirante como Mi gran noche, insiste una vez más con el formato de thriller, esta vez con matices dantescos. Cada uno de los personajes atraviesa un fuerte infierno personal, cada uno tendrá que ir desplegando su lado más oscuro dentro del encierro y de lo asfixiante de la propuesta inicial.

La atmósfera se encuentra atestada de tensión y el encierro que soportan los personajes genera claustrofobia en el espectador. El ritmo vertiginoso no flaquea. No se puede quitar los ojos de la pantalla. No se debe perder ningún suceso.

El bar contiene un relato nihilista, juez impiadoso de una sociedad actual que lo merece. Este film es una crónica que transita diferentes situaciones en donde no quedan libradas al azar, la paranoia generalizada, el canibalismo, o la ignorancia. Un guión del dúo De la Iglesia - Guerricaechevarrría que no puede dejar indiferente a nadie. Intriga, felonía, desesperación y “que gane el mejor, a como dé lugar”.
Silvana Pena
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
11 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Natalia Garagiola presenta su ópera prima en la 74º Settimana Internazionale della Crítica en Venecia, que se realizará desde el 30 de agosto al 9 de septiembre de 2017, para luego tener finalmente su estreno comercial en Argentina el 14 de septiembre.

Natalia Garagiola estrena su ópera prima, Temporada de Caza, en la que se acompaña de un elenco que combina dos actores de gran trayectoria como Germán Palacios (Baires, El sueño de los héroes, Las Vidas Posibles) y Boy Olmi (Bar “El Chino”, Un buda) con el debut cinematográfico -y con un rol protagónico- de Lautaro Bettoni, quien tiene el peso de la historia en sus espaldas y la responsabilidad de fijar el timing de la película a través del desarrollo de su personaje.

Tras el fallecimiento de su madre, Nahuel (Bettoni), viaja al Sur, a la Patagonia Argentina, para reencontrarse con Ernesto (Palacios). Sale con un bolso y una carpeta con una documentación que el propio guión irá develando con el tiempo. Ernesto es su padre biológico y a la vez un extraño: no se ven hace por lo menos una década y como parte del duelo que está atravesando, Nahuel va en su búsqueda e irrumpe en el equilibro de la nueva familia –su esposa y sus cinco hijas mujeres- e incluso comparte algunas de sus jornadas de trabajo como guía de caza mayor.

En ese viaje iniciático quedará atrás el esposo de su madre (Boy Olmi), sus amigos, su colegio y su acomodada vida en Buenos Aires. La agresividad contenida en Nahuel y su profundo resentimiento por la ausencia de su padre durante su crecimiento, se mezcla con el dolor de la reciente pérdida y ese cóctel de sentimientos hará que la relación entre ellos no sea para nada una tarea fácil.

La directora nos brinda su primera entrega para la pantalla grande absolutamente segura de los caminos en los que quiere conducir la historia, desplegando datos paulatinamente y, a su vez, sin escatimar detalles para describir el enrevesado mundo de un adolescente tironeado entre dos figuras tan importantes para la construcción de su identidad, como persona y como hombre. ¿Quién es el padre? ¿Quién es a quien debe llamar “mi viejo”?

Hay dos mundos bien diferenciados desde lo estético, desde la postura de esos dos hombres y desde la actuación. Germán Palacios observa con distancia, pone límites y hace frente hasta físicamente a la batalla que Nahuel le propone, más allá de su propio dolor, el de no haber podido ser padre durante más de una década de ausencia. Boy Olmi, por el contrario, en las pocas escenas que aparece, marca la diferencia: entrega una actuación impecable, con una mirada inmensa que atraviesa la pantalla y un nudo en la garganta de emoción contenida, en momentos claves de la narración.

Garagiola explora la relación padre-hijo, observándola desde estas aristas contrapuestas. Un padre que exige respeto, mientras intenta por todos los medios encontrar manera adecuada para subsanar errores y calmar dolores. Un hijo dolido, imbuido de una imperiosa necesidad de comprender las ausencias que lo marcaron desde tan temprana edad. Y entre ellos un padre del corazón que deberá encontrar un nuevo lugar mientras las piezas se van acomodando.

El entorno geográfico posee peso propio y no es casual que la estación del año escogida sea pleno invierno. No solamente deben lidiar con el frío que recorre a esos vínculos distantes, sino que desde el exterior, el gélido clima acentúa el tormento.

La fotografía, a cargo de Fernando Lockett, suma momentos visuales que no pasan inadvertidos mientras que la musicalización resulta acorde y varía dependiendo de las escenas representadas, utilizando el rap como otro factor más de protesta y de reclamos y como una forma de construir un clima diferente para el universo adolescente.

Una ópera prima construida en base a un conjunto de buenas decisiones: los tiempos, los encuadres, la manera de ir develando la información del pasado de estos personajes, un elenco sin fisuras, arrojan como resultado una película que sorprende gratamente y se transforma en una de las más interesantes del año, absolutamente acreedora de ser apoyada por el público.
Silvana Pena
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
11 de enero de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madraza
Por Silvana Pena.
Matilde (Loren Acuña), se encuentra en serios problemas cuando su esposo es asesinado frente a ella en un supuesto robo. Sin dinero ni trabajo, temerosa de atestiguar y que los homicidas tomen represalias, se sume en un estado de depresión que la lleva a refugiarse en la comida y seguir sumando peso, obteniendo un estado de dejadez absoluta en donde el aseo personal y el de su hogar son los resultados más visibles. Hasta que aparece Vanina (Sofía Gala Castiglione), una especie de hija del corazón, quien le da fuerzas para volver a comenzar.
Y un día como cualquier otro, en donde su mayor preocupación era obtener gas para su hogar, el cual le habían cortado por falta de pago, se topa con quien le quitó la vida a su marido, y en un ataque de ira, impremeditadamente lo asesina. Una llave encontrada entre las pertenencias del maleante, hará que sus días den un giro imposible de suponer, consiguiendo que esta madraza pase a ser una asesina a sueldo.
El guión, (Aguilar) posee una exquisita combinación de palabras, las cuales nos brindan una historia versátil dentro de la cual se puede percibir acción, (“¿Que se te dio por matar? ¿Te salió en un test vocacional o qué?”), romanticismo, realidad (“¿Y qué hombre no miente? Si al final los hombres son tan histéricos como las mujeres”) y comedia (“O un pelotudo. Nunca hay que subestimar a un pelotudo) paralelamente. Uno de los grandes aciertos de la historia, es la relación que entabla la viuda con el detective (Gustavo Garzón), la cual nos mantiene en vilo y descreídos de la veracidad que existe o no. No queda librado ningún punto y sostiene hasta su última escena, el movimiento que nos regala desde un principio. Una historia de amor designada al descalabro, una denuncia social hacia los que tienen el deber de cuidar al ciudadano, una clara manifestación de las diferencias sociales y el rechazo permanente hacia ello, en donde nos podemos encontrar cualquiera de los espectadores que nos encontramos en la sala.
Su factura técnica no detenta vestigios de ser una ópera prima, hay calidad en sus escenas de acción, con el brío suficiente sin derrapar con excesos. Los encuadres que surgen de la figura de la asesina se incrustan ecuánimemente con la escenografía elegida.
Cada uno de los personajes es representado con un talento que no siempre podemos disfrutar en un mismo conjunto. Osmar Nuñez en su rol de comisario vuelve a demostrar que su compromiso con el espectador es firme y de una calidad indiscutida. Chunchuna Villafañe se luce con una Teresita tan tierna que no cabe otra opción que estimarla de arranque. Sofía Gala sabe lo que es vivir dentro de una familia marginal y el léxico que utiliza le calza sin sobrarle un centímetro. Gustavo Garzón en su papel de detective enamoradizo nos obsequia a un personaje que amas ni bien entra dentro de la pantalla. Y Loren Acuña, por primera vez dentro de la pantalla grande, tiene el lugar que le corresponde.
“Madraza” es un canto de revancha de todos aquellos que se encuentran sumidos en una vida lúgubre exhaustos de posibilidades.
Silvana Pena
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
11 de enero de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y cuando el silencio se escucha, el encierro libera y los secretos unen, es porque está soplando “El Pampero”.

Pareciera ser que Matías Lucchesi, no teme demostrar cuánto tiene para ofrecer. Con su ópera prima multipremiada “Ciencias Naturales”, supo adentrarnos en un loable drama familiar, y hoy vuelve a la pantalla grande junto a Julio Chávez, Pilar Gamboa y César Troncoso, para presentar un thriller.

Fernando (Julio Chávez) no soporta más los dolores físicos que lo acogen a diario, debido a la enfermedad terminal que padece y determina cambiar tierra por agua, embarcándose en su antiguo velero. Carla (Pilar Gamboa) frente a un desafortunado episodio que la tiene como protagonista, se esconde en el velero de éste y sus vidas viran en el preciso instante que se encuentran frente a frente. Marcos (César Troncoso) será el gestor de obstaculizar la convivencia de ambos.
El director y guionista de esta especie de road movie acuática, apuesta a revelar que los silencios pueden ser escuchados. El enigma se respira y en la medida en que la cinta avanza, la combinación de miradas y movimientos gestuales, son los encargados de la construcción de la historia. Cada desplazamiento hacen que las horas compartidas develen sus secretos.

La cámara sabe que plano debe convidar, desplazándose dentro de un sitio reducido, y la excelente fotografía de Guillermo Nieto, concede el resto.
La musicalización no es el fuerte de este film, pero los sonidos de la naturaleza que ofrecen los escenarios reales de el Tigre, hacen lo suyo dejando que pase desapercibida la misma.
Un duelo de postales. Un verdadero duelo que este magnífico dueto representa durante los 77 minutos que dura la cinta. Una constante rivalidad entre la vida y la muerte, lo interno y lo externo, el agua y la tierra. Eso sí! Hasta que El Pampero asoma azotando sin clemencia.
Una historia donde la pugna principal es simplemente el miedo a existir.
Silvana Pena
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow