He tardado en ver esta película, pero al final me ha resultado muy interesante. Desconocía estos casos de restitución de obras de arte robadas por las nazis durante la II GM. Guiar la historia a través del abogado que llevo una de estas restituciones me ha mantenido la atención durante toda la película, con algunos momentos de emoción incluidos. La película está muy bien contada, sin complicaciones legales que dificulten el seguimiento de la trama. Me apetece comentar dos aspectos menores, pero que se mantuvieron a lo largo de toda la película: 1. el trabajo de maquillaje y peluquería me hizo ver a los personajes absolutamente reales, no siempre perfectamente afeitados ni con cada pelo en su sitio; 2. por contra los decorados resultaban tan perfectos, cada cosa en su sitio, no sobraba ni faltaba nada, todo en un orden determinado, que los hacía algo irreales. De este modo se daba la paradoja de personajes creíbles en escenas increíbles. En este sentido, aunque el guión es muy bueno, también es cierto que todos los discursos son perfectos, no sobrando ni faltando una palabra, lo que les resta algo de intensidad, aunque en algunos casos resultan emocionantes como contaba antes. Buena película para poner de manifiesto otra tropelía más del régimen nazi, del que no acabaremos de saber todo el terror que desplegó.

Después de confiar mi tiempo de esta noche al cine español, la película no me ha gustado. La escena se desarrolla entorno a Pontevedra, aunque en realidad no pasa apenas nada, la narración es lenta y los personajes no me acaban de enganchar ni de transmitir sensación alguna.
La historia inexistente no conecta con nada que me pueda interesar. Los paisajes y las localizaciones deterioran la imagen de una Galicia mucho más hermosa, la mires por donde la mires. El autor se empeña en unos escenarios industriales en crisis, con naves abandonadas y estructuras portuarias con más herrumbre que pintura. Así, los personajes también están oxidados, sin vida, ni lucimiento.
Para olvidar!

Desarrollo de un hecho real durante la huelga de los mineros en el Reino Unido. Tiene momentos para la risa, la mayoría, pero también tiene momentos para la reflexión y para la emoción. La banda sonora es una gozada. Los actores están a un altísimo nivel, sobre todo los más maduros, aunque no sean protagonistas. Me ha gustado mucho!

Me han llamado la atención muchos aspectos de esta película, imagino que por la diferencia de culturas. El desierto, sus dunas y sus moradores resultan preciosos en cada escena. Se respira belleza a lo largo de toda la película: en los paisajes, en las casas, en las personas. El sol resulta agradable, nada sofocante.
Otro detalle curioso es que las diferentes lenguas de la zona, complican sobremanera la comunicación entre las personas, siendo necesarios uno o más intérpretes para mantener una conversación entre varias personas. Lo bueno es que siempre hay alguna persona que habla varios idiomas para poner en comunicación a unos y otros.
Me gustó mucho el papel de mediador del líder religioso de la mezquita entre los habitantes del pueblo y los que intentan imponer la yihad.
Lo más chocante es la serenidad de la que viven rodeados la mayoría de los habitantes de la ciudad y del desierto, frente a la violencia que desatan los defensores de la yihad y la imposición de sus normas atrasadas; sobre todo para las mujeres, pero también para el resto de la población. El sufrimiento se extiende por igual entre hombres y mujeres. Las prohibiciones resultan incomprensibles hasta para los religiosos y los seguidores del Corán que son todos.
Una vez más se cumple que la violencia genera violencia y la sangre de animales y personas acaba tiñendo la vida tranquila de Timbuktu.
Muy recomendable!