Algo que busca el espectador en estos dramas de época, es precisamente una ambientación estética que se encuentre perfectamente recreada; no sucede con los salones-comedores, donde no se observa la trascendencia de las mansiones y sus propietarios.

Algunas de sus escenas son hermosas, con una fotografía donde la iluminación forma parte principal del espectáculo. En otros momentos podría pensarse que sugiere un adorno de elegante carnaval.

Los diálogos resultan exagerados en su impostación. Frases grandilocuentes vacías de contenido que llegue. No esperaba tan poco de una historia, que aunque escasa en trama, no se entregase tan carente de entretenimiento.

Me sorprende que Luis Tosar se haya metido en este proyecto un tanto... cutre. Aunque he de admitir que es el único de los actores que resulta eficaz.

Multi escenas donde se dispersa la acción de los engaños, mezcladas con otras que cimentan el conjunto aunque no por ello su resultado sea satisfactorio.

Título de cabecera de un diálogo de la película.

Pese a los premios, las críticas aceptables y la puntuación global superando el 6 en esta página. A mi no me gustó. Los actores no actuaban sometiéndose al guion... o al menos esa fue la impresión que me dio. La historia es lúgubre, pese a la fama de los directores belgas, considero que hubiese estado mejor gestionada aportando un poco más de luz en términos narrativos.

En muchos tramos resulta esquemática, con un exceso de recorrido básico, en itinerario reconocible de la comunidad que representa. No se aleja de un trayecto previsible y a mi entender de ruta fácil.

El perfil de los personajes no resulta esquemático, y es algo que se agradece. Las aristas interpretativas se resuelven con soltura bajo la sólida dirección de Christopher Thompson.

La historia carece de originalidad, pero los matices que se introducen aportan cierta frescura necesaria... Tendría que valorarla con más de un 5, pero no me parece justo alcanzar el 6.

Ofrece poco, la temática no da para mucho más, y una relación de sexo por enganche, no mantiene el interés. El tema central sobre la apnea submarina, se queda muy corto, y las secuencias donde los instructores preparan a sus alumnos en sus técnicas, provoca grandes aperturas de bocas.

Carece de destino, no encuentra su objetivo. Creo que el exceso de producción de Netflix agota la creatividad, incluso suponiendo que muchas de ellas están inspiradas en otras de relativo éxito.

Sabía que no me iba a gustar. No me equivoqué, aunque... en ocasiones... No es el caso