Una película más interesada en mostrar que en entretener. No digo que lo que se cuenta no tenga interés, pero la narrativa se entrega parecida al clima sueco en los meses fríos del invierno.

Se obstina en una construcción larga y en algunos tramos desordenada, incluso farragosa. Bien interpretada aunque, vuelvo a insistir: Carece de ese mínimo entretenimiento necesario en una obra cinematográfica. No da con el tono.

Una historia, al parecer basada en acontecimientos reales. El entretenimiento está garantizado a ratos. Mark Wahlberg compone un personaje abarrotado de matices, luchador, desesperado, además poseedor de una fuerte desorientación vital.

Es muy complicado lograr una estabilidad tanto emocional como personal, si los acontecimientos que rodean la niñez suponen un camino trazado que marca irremediablemente.

No reconocí a Mel Gibson durante varios minutos... El paso del tiempo se desliza implacable.

Fluctúa en la marginalidad de quien se oculta, pasando desapercibido al actuar solo, evitando compartir sus secretas experiencias delictivas.

Me gusta el género; aquí la clandestinidad funciona como elemento fuerte, bien gestionado por Andreas Lust, que irradia un acerado magnetismo.

Fotografía poco cuidada: algunas escenas carecen de una correcta iluminación, ambientadas en sucios claro-oscuros.

La narrativa es un tanto paradójica, no existe búsqueda interior, lo cual podría entenderse aunque la justificación fuese trasladar las cenizas de su abuelo... Nora recorre caminos y carreteras secundarias de la costa Vasca, con hermosos paisajes de fondo. El espectador acompaña a la nieta en un viaje con su furgoneta Citroën 2CV... tratando de encontrar su hábitat natural.

No cuenta nada, es agradable de ver, aunque francamente insustancial. Ane Pikaza interpreta un personaje creíble por su manera de transmitir, pero al evitar el conflicto, la hora y media se hace larga... muy larga.

Tal vez por su parte artística y técnica se merecía más de un 3, pero el guion en que se basa, evidentemente ha de suspender.

Resulta precisa, minuciosa, se mueve con cautela durante los primeros minutos... La música facilita que podamos penetrar en su entramado,

A medida que avanza, la acompaña cierta complejidad extraña y envolvente. Un terror diferente, no siendo el único género en que se inscribe, tal vez debido a ello, se ve circundada por un desorden narrativo y visual.

Entretiene sin más.