No entiendo como un realizador como Jonathan Liebesman sigue trabajando en la industria cinematográfica cuando no sabe hacer la "o" con un canuto. Aquí destroza la potente "Black Hawk Down"(2001) del irregular, pero gran artista, Ridley Scott. El argumeto es calcado, pero cambiando las calles de Mogadisho por Santa Mónica (L.A). Se supone que debería ser un heróico relato de un grupo de Marines que salvan lo poco que queda de Los Ángeles (California) y a su vez hallan la fórmula para expulsar de la tierra a unos alienígenas que pretenden colonizarnos por nuestros recursos naturales. Durante el tedioso metraje, los actores sueltan unos pueriles diálogos que no sirven ni para "Barrio Sésamo" y que van alternando con ráfagas de fuego larguísimas hasta agotar el cargador y la paciencia del público. El protagonista, Aaron Eckart se preparó el personaje imitando a Eric Bana en la película anteriormente mencionada del realizador de "Blade Runner". Es una lástima que con una infraestructura de despliegues y de medios tan grande hagan un film mediocre.

Sin duda, este remake es muy superior a la original de 1972. Statham y Foster están estupendos y las secuencias de acción mantienen el ritmo de un vertiginoso film que se sigue con ferviente interés de principio a fin. Los diálogos, aunque pocos, resultan convincentes e incluso ocurrentes en muchos casos. Me falla ver a Tony Goldwyn, ya que enseguida lo pronosticas como el malvado de la función; quizá otro actor le hubiera dado otro rollito de más suspense, pero no creo que eso fuése lo que querían los productores del film. Además, contamos con todo un descubrimiento de sex-symbol, la hermosísima Christa Campbell te hace ver que todavía los ángeles existen. En estos tiempos donde el cine pretencioso y aburrido colapsa todo tipo de galas de premios, una de acción palomitera es el mejor remedio.

Ante todo, me gustaría admitir que soy fan y seguidor del gran Chema de la Peña desde que vi aquella gamberrada de finales de los noventa titulada "Shacky Carmine", y donde debutaba un jovencísimo Fernando Cayo. Desde entonces ha llovido mucho, y el realizador se ha movido por diferentes géneros, logrando cautivar al público con comedietas gamberras ("Isi Disi: Amor a lo bestia", 2004), documentales maravillosos ("Un cine como tú en un país como este", 2010), y dramas excepcionales (''Sud Express'', 2006). Aquí nos deja un thriller político donde la minuciosidad en la reconstrucción de los hechos, y la sobriedad narrativa adquieren dimensiones de auténtico crack cinematográfico, convirtiéndose en el Oliver Stone español. El cásting es un lujazo y el nivel actoral es de lo mejor visto en años en España, de entre todos ellos me quedo con el genial Lluís Marco como Jaime Milans del Bosch y por supuesto con un espléndido Paco Tous que no sólo interpreta sino que se reencarna perfectamente en la figura viviente de Antonio Tejero. Sin duda, hay que verla.

La Pataky no está buena, está tremenda; y eso es todo en esta absurda burla, supuestamente, de los entresijos del mundo del star system hollywoodiense. Bigas Luna hace lo que mejor sabe hacer, mostrar/explotar magistralmente todo el erotismo de una eterna aspirante a actriz (así son todas sus musas, incluída la alexitímica y encumbradísima Pe Cruz), que es lo que siempre será Elsa Pataky. El resto del elenco no brilla mucho más que la protagónica y hacen de comparsa chirigotera a la perfección. No me desagrada el cine de Bigas Luna, es un perfecto voyeur del erotismo como Tinto Brass, que siempre te da lo que promete; al menos no es un farsante pseudointelectual como la mayoría de nuestros pretenciosos cineastas patrios (véase Aranda, Almodóvar, Saura,... y toda la nueva trupe de gilipollas rollo Julio Medem).

Ponemos en un vaso mezclador a "Forrest Gump"+"Pídele cuentas al Rey"+"Rain Man"+"Me llamo Sam"+"Slumdog Millionaire" y el resultado es esta apología barata de las igualdades y los derechos de los hombres rodada en estupendos paisajes de San Francisco y otras zonas de los magníficamente fotografiados EEUU. Es entretenida, y goza de una sensiblería "low cost" que hará las delicias de cualquier ama de casa amargada.