Z

Un film muy interesante si lo analizamos bien, y muy valiente por parte de su director dada la temática tan delicada que expone y a quienes acusa y retrata tan directamente. Se habla sin tapujos del poder en connivencia con las fuerzas de seguridad y del orden para la consecución de ideales de muy dudosa aceptación en una democracia justa, es decir, en esta película se trata la imposición del poder sobre cualquier tipo de oposición, incluida la de la justicia.
Recomendable.

Es una pena que gran parte de la fuerza que destila está película se quede en agua de borrajas por una realización efectista que no aporta nada, unas interpretaciones caricaturescas y un guión digno del "gran guiñol".
He de reconocer que esperaba bastante más de Costa-Gavras... no me explico cómo no se dio cuenta que al adoptar un punto de vista tan maniqueo la crítica que pretende realizar se diluye como un azucarillo porque nos tomamos todo lo narrado a chiste, a cuchufleta... juro que ha habido momentos en que esperaba que saliese Woody Allen a hacer una coña, tal es el despropósito a la hora de narrarnos ésta historia "pretendidamente seria" y "pretendidamente reivindicativa".
Creo que un punto de vista más sereno, más sobrio hubiese sido mucho más impactante e interesante a todos los niveles, incluido el de denuncia (un tono parecido al de Omagh, por ejemplo)... la única explicación que le encuentro es que la realidad de lo ocurrido le pareciese al director tan surrealista que hubiera decidido adoptar un tono ligero para abordar un tema tan dramático como pueda serlo la falta de libertad en una supuesta democracia.
Aún así es una película interesante si nos la tomamos como una fábula de aquéllas que nos contaban cuando éramos chicos pero, personalmente, ya estoy desasido crecidito para un tono tan ligero y he echado en falta más mala baba.

PD: Alguien puede llegar a pensar que si lo han narrado así en la película es porque realmente fueron así de chapuceros al realizar el asesinato (lo cual no puedo verificar porque no se demasiado de la política griega) pero, en mi opinión, aunque así fuera hay ciertas cosas que en una narración cinematográfica hay que falsear porque pueden quedar ridículas si las mostramos tal cual pasaron realmente (ver ejemplo)... para eso son las películas si no estaríamos hablando de otro género, el documental.

Ejemplo: me viene a la mente un ejemplo para ilustrar esto, la familia de la boxeadora de Million Dollar Baby cuando llegan con los sombreritos de Disneyworld al hospital... puede que exista una familia así de h** de p*** pero mostrarlo de esa manera en una película queda falso, ridículo, exagerado y como espectador me siento manipulado por tito Eastwood, de hecho es una secuencia que me saco por completo de la película y en Z. hay varias escenas del mismo estilo que de ridículas que son te recuerdan a Benny Hill.

Z es una de esas películas que tienen algo raro, son películas de otros países, no hablan Ingles, y sus argumentos son muy buenos.

La pelicula trata sobre un hombre que intenta averiguar que le sucede a un diputado en una noche.

Z es brillante, muy genial, basada en la vida real, fue presentada por Argelia pero esta basada en algo que ocurrió en Grecia.

Una película es clásica si su contenido sigue vigente aunque pasen los años. Y eso ocurre con Z. Viéndola hoy en marzo de 2020 y cambiando los escenarios de La Grecia de finales de los 60, por la Venezuela actual, tiene completa actualidad. Lo único que diferencia las dos sociedades es que en aquella Grecia había comida, medicina, sanidad...y en la Venezuela tiránica y Bolivariana, la gente se muere de hambre y de falta de medicamentos.

Pero lo importante es la capacidad que tiene el ser humano para oprimir a sus congéneres en aras de unos ideales, ya sean católicos o socialistas, que ambos son excusas para imponer la injusticia.

Y sobre todo la ceguera de no ver como se aproxima esa debacle anti democrática si los tiranos que vienen a estropear tu sociedad están próximos a tus creencias

Claro, realizar largometrajes al servicio de unas ideas políticas muy concretas y localizadas conlleva un riesgo: que la idea política en cuestión pase de moda y se descubra a posteriori que era un puro timo. Y eso es justo lo que le sucede a ‘Z’ del monotemático y sobrevaloradísimo (y cansiiiiiiino) Costa-Gavras. Mediante el estilo victimista y demagógico del que hacen gala él y los suyos (los directores políticos), obtenemos una película que –reconozco que me pesa– está bien hilvanada y sobre todo bien editada, pero que viene a denunciar un supuesto abuso de poder por parte de las iletradas y cafres derechas hacia las desvalidas y desprotegidas izquierdas, presentando a las primeras como mezquinas, brutales y tramposas, y a las segundas como intelectuales, diplomáticas, honradas e idealistas. Y bueno, uno ve la tele, lee de vez en cuando algún periódico y en definitva, NO ES DEL TODO GILIPOLLAS, y como comprenderéis, no me voy a tragar ese rollo eternamente, aunque el resto del mundo sí lo haga, según observo por las críticas. Vaya, que si alguna vez aquello ocurría de esa manera, la balanza se ha invertido totalmente, lo cual tampoco es extraño, bien es sabido que el poder pudre a los que se acomodan en su ignominioso trono.

En fin y resumiendo, ‘Z’ es un peñazo macabeo absolutamente desfasado, que vuelvo a reiterar lo que decía en el título, tuvo su momento (supongo), y por consiguiente, no es del todo horrible. Para nostálgicos del socialismo utópico.