Las bicicletas son para el verano

Una familia madrileña es sorprendida, en 1936, con el estallido de la Guerra Civil Española. La película recorre los años de conflicto armado y la inmediata post-guerra, bajo la mirada de unos personajes que dejan atrás una situación de cierto acomodo para acabar sufriendo las penurias propias de aquella época. Adaptación de la novela homónima de Fernando Fernán-Gómez.

La lucha del fascismo en Madrid, el "no pasarán", la posible guerra de verdad desde los ojos de la juventud siempre se hace más tierna, montar en bici, convertirse en hombre, una recreación que facilita el acercamiento a la situación en familia, aspiraciones y bajar de las nubes, el conflicto desde dentro del hogar, cómo va afectando a todos: "en este país si las cosas van bien se bebe vino y si están mal se bebe más"... un relato bélico indirecto sobre relaciones a la española que repasa toda clase social en un vecindario de habladurías e invitados.

Desde este punto de vista aparentemente distante se sitúa políticamente, un homenaje a todos los niveles sobre el destino del país, el avance y la adaptación de los unos y los otros, van cayendo y se transmite la confusión como si se relatara en directo, como la información de la radio, se genera el temor sin perder la curiosidad y el coqueteo, sin dejar de mencionar el teatro, el cine o la literatura, es razonable y amenazante, huye de lo feudal y se queda con el genio para expresarse, un valle de lágrimas en el que llorar lo menos posible.

Amor, roce y encuentros, la vida sigue su transcurrir, "la madre que los parió!"... "A quién?"... "Y yo qué sé!!"..., el interés de "Las bicicletas..." es que representa una historia de bondad permanente e irreversible, de lentejas que desaparecen con visiones de libertad y respeto, de piedad, de no propiedad y reparto y de anís de habladurías populares que enseñan que las cosas cambian, una miseria de optimismo en el que otro mundo es posible, un ejemplo de seguir siempre el camino correcto, ser incondicional a los principios y rezar, el roce y la unión, la necesidad y la humildad, el hambre, la infelicidad y los culpables, la sinceridad.

Un ejemplo de que la tragedia a veces saca lo mejor de las personas, parece que no pasa nada al ver al hombre de la casa, un ejemplo de planteamiendo de quién tiene la razón, quién pierde y quién gana, todos son bárbaros, el fin es un nuevo hay que seguir adelante, una guerra representada en un edificio donde se siente de corazón beber el anís de la competencia, todos hacen lo que les corresponde, asuntos laborales que se convierten en políticos, lo que llega no es la paz, es la victoria, el chico de los recados necesita una bici, ya pasarán muchos años para que llegue el verano, una de las mejores películas de la historia del cine español.

Cuenta Jaime Chávarri: "Siempre que termino una película me quedo descontento, y este caso no era una excepción. Acudí al primer pase para los productores con 39 grados de fiebre, convencido de que, al terminar la proyección, me iban a meter en un barril de brea y emplumarme. Por el contrario, todo fueron plácemes y felicitaciones. Los 39 grados pasaron en cuestión de segundos a unos comfortables 36 y medio..Estuve muchos añossin querer volver a ver la película. En un taller que di en Caracas los alumnos se empeñaron en pasarla y comentarla; la ví por primera vez desde su estreno y tengo que reconocer que en momentos me olvidaba de que la había dirigido yo y me sentía conmovido. Parece que después de casi 30 años la película se sostiene bien cuando pasa por televisión; algunos dicen que mejor que entonces. Creo que la mayor parte del mérito se debe al texto de Fernán-Gómez y a la labor de los actores. Yo sigo echando de menos cosas del texto que tuvimos que cortar para obtener una película de duración normal. Cada corte era un dolor".

Muerto Franco se imponía hacer justicia histórica. Así proliferaron las cintas sobre la guerra civil. Pero en este caso no estamos ante una película bélica, sino ante la intrahistoria de unos vecinos de escalera, que van sorteando como pueden los duros avatares de la retaguardia del conflicto. Los temores y esperanzas de la gente común, arrollada por el devenir de los acontecimientos, se expresan sin acritud alguna, destacando, a mi juicio, el gran personaje de Agustín González, al que da gusto oír lo que dice. La lección de comprensión y humanidad que da su personaje es para mí lo más destacado, logrando que, a pesar de la dureza de las situaciones que experimentan los personajes, acabes la película con un buen sabor de boca, dado sobre todo por el mensaje principal: Merece la pena vivir. Hagámoslo.
El gran Fernando Fernán Gómez es el autor de la obra homónima. Algo sabía de ello, ya que vivió ese tiempo con la edad del joven protagonista.

Las bicicletas son para el verano (1984) es sin duda la obra maestra escrita por Fernán Gomez. Una peli que nos habla sobre las miserias de nuestra guerra civil pero contada desde el bando republicano y sobretodo nos cuenta como era la vida en aquella España de la república, como era la vida durante la guerra y como era la vida para aquellos que se aferraron al bando republicano y por supuesto perdieron la guerra como todos sabemos. La peli es una joya porque cuenta con un reparto de lujo como era Agustin Gonzalez, Amparo Soler Leal, Victoria Abril , la gran Marisa Paredes o Aurora Redondo entre otros. Sin duda si hay algo que destacar de esta peli es con la amabilidad y la dignidad que cuentan esta historia tan dura a través de los ojos de una comunidad de vecinos donde cada uno tiene un pensamiento político distinto pero todos conviven en paz y armonía durante aquellos años donde el hambre era el autentico protagonista. Una muy buena peli puntuada por mi con un 10. Me encanta la escena en la que el bando republicano baja por la cuesta de la calle donde viven estos vecinos cantando y todos los vecinos asomados al balcón despidiendo a sus soldados.