La leyenda del indomable

Puede que alguna fémina se de por servida con sólo recrearse en Paul Newman, uno de los actores más atractivos del séptimo arte, pero al resto de los mortales, "La leyenda del indomable" nos sabe a muy poco. No nos engañemos, ni drama carcelario ni nada, salvo la plasmación de unas ideas bastante estrafalarias que en los 60 y 70 parecían que se iban a comer el mundo pero que luego cayeron en picado, precisamente por su simpleza.

Vamos a ver. El sistema penal, ya sea americano o de cualquier otro país, puede ser sometido a crítica, faltaría más. Yo mismo tengo serias dudas sobre la licitud o la utilidad de la pena pues en la inmensa mayoría de los casos ni repara el daño, ni corrige al delincuente, ni mucho menos evita que se repita el mal pues este ya ha sucedido. Además la propia cárcel no es más que una "escuela del delito" cuyos moradores al salir vuelven a reincidir en demasiadas ocasiones. Quizás los únicos argumentos favorables sean el efecto disuasorio para terceros, aplacar el deseo de justicia del dañado o concepciones del derecho que hacen la pena algo automático a la infracción.

Todo esto y muchas otras cosas se pueden discutir (¿dos años de cárcel por romper unos postes de aparcamiento? menuda burrada) pero eso no es excusa para mostrarnos una obra tan maniquea y falsa. De esta forma Stuart Rosenberg transforma un grupo de delincuentes (algunos incluso asesinos) en una banda de muchachos inmejorables y a sus carceleros en un puñado de psicópatas. Con este planteamiento, cada bando actúa con un esquematismo empobrecedor: los presos son los "buenos" incapaces de cualquier maldad, ni si quiera de pensamiento, unidos por el amor, el compañerismo y la lealtad; y los guardias, todo lo contrario. Que el director tenga que echar por la borda cualquier realismo le importa un rábano pues lo que pretende resaltar es su progresismo ideológico según el cual, por el mero hecho de ser un detenido, eres una víctima inocente mientras que al representar a la autoridad eres un "fascista" autoritario y sádico. Vamos, una chorrada.

Por lo expuesto, la película es de una endeblez que no te puedes tomar en serio. Máxime cuando en toda la estancia en el reformatorio no hay un momento para la reflexión, para un diálogo en el que los personajes se sinceren, se expliquen, se arrepientan de su errores o simplemente nos cuenten algo de su vida. Supongo que como todos son excelentes personas y se llevan tan bien, no hay razón para estas banalidades. Aquí, claro está, se lleva la palma Luke Jackson, personaje que salvo alguna pincelada cuando habla con su madre, nos resulta completamente enigmático. No sabemos qué le pasa, qué quiere, porqué se encuentra en esa situación o cuales son sus verdaderos sentimientos. Eso si, mucha pose, mucha sonrisita y una ristra de secuencias de una superficialidad escandalosa. Por ejemplo, la famosa escena de la ingesta de huevos, ¿Qué sentido tiene? ¿Demostrar su fuerza de voluntad? ¿Su confianza en sí mismo? ¿Qué está chalado? ¿Que por dinero haría cualquier cosa? ¿Que para pasar el tiempo se hace cualquier cosa en la cárcel? ¿Qué es un tragón? O lo que me temo, que no significa nada, salvo llenar unos cuantos minutos con una escenas curiosa.

Puestos a criticar, el grupo de presos en realidad es de una bajeza y una mezquindad que asombra si bien es seguro que el director quería reflejar todo lo contrario. Son precisamente ellos los que empujan hacia adelante a Luke, sean cuales sean las consecuencias. Su cobardía no sólo se refleja en la falta de compañerismo cuando llegan los castigos, pues nadie mueve un dedo, aunque hacen como que se apenan, sino cuando en un momento crucial (SPOILER) los demás le dejan de lado como si fuera un apestado. ¿Esa es su empatía? ¿Su lealtad? ¿Su amistad? Pues vaya pena de grupo. Más vale que todos se fueran a comer un huevo.

A decir verdad la historia es bastante normalita, la dirección no me parece ni mucho menos extraordinaria, el ritmo quizá sea un poco lento, pero es que newman...no tengo palabras. Si no fuera por él estoy seguro que la nota media que tiene esta película bajaría más de un punto. Me han gustado mucho los últimos minutos, ese recopilatorio de sonrisas-newman con la voz en off de Keneddy (otro que no queda atrás) y lo foto recompuesta.

Pues si, es verdad que se han hecho muchos dramas carcelarios y que es un genero con bastantes tópicos, pero Paul Newman sólo sale en ésta y se sale, junto con El golpe son mis favoritas de su filmografía.
El personaje rebosa carisma y después de ver la peli uno no se puede imaginar a otro actor en el papel, lo mejor Newman pero George Kennedy (recibió un óscar por este secundario) también está de lujo.
Para la historia la escena de los huevos, casi te dejan de gustar después de verla.
IMPRESCINDIBLE amén de otras como El hombre de Alcatraz, Cadena perpetua o La fuga de Alcatraz.

Notable y entretenida película de un grupo de presos condenados a trabajos forzados. Todo empieza cuando llega un nuevo recluso que revolucionará al grupo y se convertirá en la persona más carismática del lugar.

Estamos ante una película entretenida que tiene ritmo y contiene algunas escenas míticas como la apuesta de los huevos o los trabajos en la carretera. El director nos muestra a un personaje tan valiente como temerario que desafía la autoridad con su imaginación y una tozudez casi inhumana ("Nada puede doblegar la voluntad de Luke").

La cinta es entretenida y la historia está bien contada, le acompaña un buen pulso narrativo y el buen hacer interpretativo de Paul Newman.

No es ninguna maravilla, pero es una buena película, divertida y bien hecha.

A Stuart Rosenberg se le daba perfectamente tocar estos temas, y ya lo volvió a demostrar unos años más tarde con Brubaker.
Esta que nos ocupa a diferencia de la otra, mantiene un ritmo con más enganche, ya que el personaje principal es de un preso, y más si es un cachondo....

El elenco de actores no podía ser mejor, con un George Kennedy pletórico.

Sin duda una de las mejores películas carcelarias.
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Hace unas horas que nos ha dejado uno de los mejores actores del celuloide de todos los tiempos, Paul Newman, no quiero solo destacarlo en esta película, en la que hace un papel memorable, pero es que fueron tantas interpretaciones majestuosas que nombrarlas todas sería una locura, con toda su elegancia, talento y demás los oscar le concedieron su primer premio en el 86, un poco injusto, y no me refiero a que esté mal, sino a que debería de haber sido su tercer oscar por lo menos... en fin, que se nos va un grande, pero siempre se nos quedará grabado en la retina todas sus memorables películas.