El halcón y la flecha

El halcón y la flecha de Jacques Tourneur es un film de aventuras basado en la edad media que exhibe las peripecias de un hombre al que le ha secuestrado su hijo el nuevo esposo de su ex-mujer, un duque que ejerce su tiranía en nombre del emperador. Dirigida con un ritmo apresurado y con un estilo aventurero que se centra en la acción, es una obra entretenida que gusta ver y cumple notablemente con su cometido tanto por la trama que expone como por las interpretaciones y piruetas de los principales, atrapando con ello al público amante del género que guardará buen recuerdo de ella aún con el paso de los años, ya que concluye uno de los films de aventuras más destacables y amenos del cine clásico.
La fotografía en color es evocadora e idónea al estar repleta de detalles que la vuelven vistosa y bella en sus imágenes portentosas, estimulando en sus escenas de acción a todos los públicos. La música es melódica y agradable gracias a la mano experta de Max Steiner, que logra con sus encantadoras melodías deleitar al público y acompañar magistralmente el film según es requerido en cada momento. Los planos y movimientos de cámara consuman un estupendo trabajo técnico mediante el uso de los generales, seguimiento, reconocimiento, travellings, cámara en mano, avanti y retroceso que sacan lo mejor de la acción y las aventuras de los protagonistas.
Las actuaciones son fulgentes y carismáticas. Como protagonistas Burt Lancaster está genuino y seductor en su tarea, Nick Cravat está apropiado en su representación y Virginia Mayo pertinente en su labor, siendo correctos los acompañamientos de Robert Douglas, Aline MacMahon y Norman Lloyd entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos y bien trabajados en cada personaje y la época, cumpliendo con una tarea bien detallada que junto con unos decorados alusivos te transportan eficazmente al momento y lugar en cuestión.
El guion, escrito por Waldo Salt, es aventurero y está repleto de acción y piruetas por parte de los protagonistas para satisfacer a los públicos amantes del género, ya que la interpretación de Burt Lancaster, la trama y su música enardecen las vivencias de un film que no envejece al ritmo de los años, sino que mantiene vigente su frescura para ser descubierto por nuevas generaciones. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off explicativa y escrita al principio para poner al público en situación, siendo el resto educada y dinámica para ir acorde con la representación del film.
En definitiva, la considero una obra entretenida y repleta de hazañas y diversión en ellas que dejarán satisfecho al público seguidor de cine de aventuras clásicas y no defrauda a nadie en su visionado, concluyendo uno de esos atractivos films que no pasan de moda y se siguen viendo con agrado. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones, decorados y narrativa que convierten a El halcón y la flecha, en un ameno film de aventuras digno de ser descubierto por todos los públicos.

Una auténtica joya del cine de entretenimiento, una fantástica representación, casi circense, llevada a cabo por verdaderos acróbatas, no sólo amos del trapecio, sino firmes actores (Burt Lancaster y Nick Cravat) que seducen a la cámara y dominan a la pantalla. A los que dan réplica dos malvados de categoría (Robert Douglas y Frank Allenby). Y ya que hemos hablado de seducir a la cámara, si hay alguien capaz de enamorarla, ésa es Virginia Mayo. Pero además su trama nos atrae por sí misma, pues nos narra la historia de un rebelde, de una rebelión y de unos proscritos, a través de duelos con más comicidad que escarnecimiento, acciones audaces y nobles, asaltos a castillos, galanterías y desagracias hacia una dama y la dama que se enamorará del forajido. En un duelo, entre el halcón y la flecha, que no disimula su similitud, con el de, Robin Hood y los hombres de Sherwood, contra El Sheriff de Nottingham.

En definitiva un formidable pasatiempo con aromas a otros tiempos, en el color del auténtico cine, el tecnicolor, con la aventura por delante, sin preocuparse por incoherencias narrativas o históricas, sin ahondar demasiado en transcendencias morales, pero donde siempre triunfará el lado correcto de la moral, sin tonos grises, se es de los buenos o se es de los malvados, como habrá de elegir, el marqués Alejandro de Granazia (Robert Douglas), el único personaje indefinido, entre las huestes del bien y del mal.

Lo que más me gusta de la película es como trata sin compasión a la raza humana. Bravo por el guión. Nada más empezar, el tonto de la película quiere impresionar a su hijo y se carga a la mascota del Duque porque sí: unas risas entre la plebe. Luego, claro, la represión del Duque. "¡Injustícia! ¡Injustícia! ¡El poder nos reprime!" De Monty Python, vaya.

Sigamos. La madre del chaval es una vendida. La cuñada quiere poseer al tonto pues este salta y brinca y sonríe, pero sí, pero no, pero que sé yo, ahora me quiero casar, ahora ser rica, ahora ya no. Los amigos del tonto-héroe no consiguen ayudarle en nada; los planes del gang son peores que los de Mortadelo y Filemón. Más. Pasa un circo por ahí y todos se quedan como tontos mirando acrobacias. Un noble venido a menos hace el ridículo queriendo ser un estratega político. El listo de la película es mudo. Todo se resuelve a hostias.

Magnifique.

Recupero muchos años después este clásico del cine de aventuras. Con miedo a que hubiera perdido su valor con el paso del tiempo . Todo lo contrario.

Maravillosa película de la época clásica. Desde el principio al fin cine de acción. Sin sesudos diálogos .Sin efectos especiales digitales. Sin mensajes subliminales. Pura diversión y entretenimiento¡Qué tiempos aquellos!

Simplemente mezcla de unos maravillosos actores, tanto principales (vaya, vaya con Virginia Mayo)como secundarios;unos héroes, cercanos al cómic, muy pillos, simpáticos y atrevidos, que tratan de ajustar cuentas a unos malos, muy malos. Excepcional montaje, logrados decorados y vestuario.

Nos traslada esta pelicula a una época en la que en los cines de barrio ,cuando aparecía el héroe para ajustar cuentas al villano o para salvar a su dama,el público juvenil y también el menos juvenil ,empezaba a aplaudir .

Si quieres pasar un rato divertido, con o sin niños, no te pierdas las andanzas de nuestro héroe Dardo y su simpático colega de aventuras Piccolo.

Muy entretenida película de aventuras medievales. Protagonizadas por un genial Burt Lancaster, tanto en la interpretación como en las acrobacias (hace de todo).

Encarna a una especie de Robin Hood simpático y solitario que aprende el valor de cooperar y formad comunidad para vencer a los tiranos. Por supuesto, es mujeriego y todas las mujeres están enamoradas de él. Aparte de que es un padrazo y está el sólo al cuidado de su hijo pequeño.

El personaje más frío es el del Halcón, no consigue transmitir mucha maldad el actor. Y eso que está más pálido que un fiambre.

Tiene una muy buena BSO, que acompaña perfectamente las escenas de acrobacias.

Está dedicada a un público más infantil, pero es disfrutable a todas las edades. Acrobacias, chistes, juglares y guapas mozas a las que se le caen las bragas al ver a Burt Lancaster. Cine de aventuras de calidad.