Un domingo cualquiera

Aquí el estilo atropellado de la realización calza como anillo al dedo.

Además, todo tiene su punto y cuando hay que relajarse, distanciarse: allí están las solitarias borracheras de Pacino, los encuentros íntimos de otro personajes en vívidos conflictos, o la magistral secuencia entre madre, hija y entrenador en un auténtico palacio de enorme riqueza material y no menos grande angustia existencial.

Es tan eficaz que contagia el entusiasmo de Stone por este deporte tan lejano del nuestro. El propio Stone aparece en varias secuencias transmitiendo partidos.

Mención estelar aparte para el excepcional reparto en el que todos se lucen mucho. Especial aplauso para Al Pacino, Cameron Díaz, Ann Margret, Dennis Quaid (¡!) y Jamie Foxx.

El discurso de motivación de un excepcional Al Pacino para motivar a sus jugadores y lograr que enterrasen sus egos individualistas para formar un equipo y alzarse con el título, el famosísimo y recordado "pulgada a pulgada", me ha recordado el discurso de otro gran entrenador en la vida real que ha conseguido el título de Liga contra los transatlánticos del mundo de fútbol para mi querido club, el Atlético de Madrid y el "partido a partido" del Cholo Simeone.

Película dirigida por Oliver Stone, un maestro entre maestros, con esa mirada ácida de la realidad y poniéndole cara a los mitos, dirige a un Al Pacino todavía en plenitud, apuntándose un nuevo triunfo, ambos, en sus respectivas carreras y por la que serán recordados eternamente. Stone, lógicamente, saca lo más sucio del deporte, el vil metal, la vida disoluta de los jugadores, el poder político aliado con la popularidad del deporte, pero también sus aspecto buenos, el compañerismo, el codo con codo, el afán de triunfo.

Un sobresaliente, 9.

Oliver Stone es un director que me crea cierta inseguridad a la hora de ver algunos de sus trabajos, ya que tiene una forma de hacer cine muy particular que a mí personalmente me suele agobiar y ésta podría haber sido una extraordinaria película, porque creo que Stone es un buen director, pero su excesivo metraje y su acelerado montaje, excesivo y adrenalítico más parecido a un videoclip que a otra cosa, hacen mella en el resultado final de una película interesante que retrata de forma realista el trasfondo del mundo del deporte actual. No creo que hicieran falta tantos minutos para contarnos esta historia, pero es la marca de la casa de Stone y aquí no iba a ser menos. El propio director se guarda un pequeño papel como comentarista deportivo dentro del campo. Eso sí, el casting es muy bueno. Stone pensó en un principio en dos actores para su personaje de entrenador de fútbol americano, Al Pacino Y Robert De Niro. Finalmente sería el primero el que se llevaría el gato al agua y hay que quitarse el sombrero ante este actorazo, está sensacional, lo mejor de la película. Junto a él, un Jamie Foxx que dejaba ya constancia de su buen hacer como actor, un Dennis Quaid atractivo y muy correcto, un James Woods que saca petróleo de su secundario papel, una Cameron Diaz a la que me alegra ver en un papel alejado de sus habituales chicas cándidas, creo que la actriz hace un trabajo aquí más que correcto, un Matthew Modine que no nos tiene acostumbrados a participar en grandes producciones como ésta, una estupenda Ann Margret y un, eso sí, desaprovechado Aaron Eckhart. John C. Mcginley también está que se sale.
Creo que es interesante cómo se retratan esas rivalidades dentro de un vestuario lleno de egos y superficialidades, cómo esos tipos que deberían ser modelos para jóvenes son distintos cuando salen de un campo de fútbol y cómo sus vidas se llenan de malas influencias, cómo el dinero y los intereses políticos están por encima del deporte, en fin, creo que merece la pena su visionado aunque sí que recomiendo tomárselo con calma, porque puede llegar a agobiar en algunos momentos, ten un paracetamol cerca por si acaso.

Visualmente es la película de fútbol americano, o deportiva más espectacular y mejor montada.
El guión, la historia, desarrolla de forma lineal un argumento de Hollywood, pero las interpretaciones, sobre todo la de Cameron Díaz y Al Pacino están más por el espectáculo que por darle un dramatismo a la película que no busca y no encuentra en ningún momento.
Entretenimiento, puro y duro, sin más ambición.

Fallida película a cargo del premiado Oliver Stone sobre la corrupción, el relevo generacional y el espectáculo del rugby.

No es necesariamente mala, pero desde luego un reparto con Al Pacino, Dennis Quaid y James Wood daba para mucho más, aparte del por entonces desconocido Jamie Foxx.
Su argumento es sencillo y básico; las viscitudes de un equipo de futbol y su entorno, por lo que tampoco puede pedirse un desarrollo sorprendente u original, ni un componente dramático notorio.

Lo peor sin duda es la insufrible e insoportable Cameron Díaz en un papel que realmente dan ganas de hacerla callar de un balonazo.
Bastante pesados se hacen tambien esos momentos de música sin venir a cuento con escenas sacadas del peor videoclip... aunque quizás es que realmente el fútbol americano sea asi en este aspecto; espectáculo cutre.

Algún momento glorioso con buenos diálogos o interpretaciones notables salvan la película, además de la emoción de los partidos, o los enfrentamientos directos entre personajes.
A destacar; muy bueno el personaje de Dennis Quaid.