Secuestro

Es una historia que se va desarrollando a lo largo de la película, con una buena lógica interna. El guión me ha gustado, así como todas las interpretaciones. Los puntos de giro son creibles y es raro encontrar eso tanto en películas como en series. Al final, se elige un final que para mi no es el más adecuado, pero que tampoco está muy forzado.

Tiene sus defectillos, pero al final este thriller patrio me ha terminado gustando.
Empezamos con que la protagonista es Blanca Portillo. Esta actriz nunca me ha convencido del todo. Con su aspecto, voz y forma de actuar, esta mujer parece que siempre está enfadada pase lo que pase, y no me parece que tenga demasiados registros interpretativos. Para colmo, en esta película no queda creíble que sea la madre de ese niño, ya que parece demasiado mayor para la edad que aparenta el susodicho.
Están mucho mejor que ella tanto Macarena Gómez como José Coronado, aunque sean secundarios y no salgan mucho.
Otra pega, muy extendida en el cine español, es la mala calidad de sonido en algunos momentos, especialmente cuando hablan en andaluz, que no se escucha bien lo que están diciendo. Curiosamente, luego hay algún actor al que sí parece que le han hecho doblaje. Una cosa muy rara.
Por suerte, el argumento, que al principio parece muy flojo, va mejorando poco a poco. Como buena película de intriga, incluye algunos giros muy interesantes e inesperados.
Y aunque tiene cosas que al principio parece que están hechas por rellenar (como por ejemplo la sordera del niño), al final todo cobra sentido. A pesar de todo, creo que el desarrollo es un poco lento para ser una película relativamente corta. Pero me ha llegado a sorprender su resolución, lo que ya es decir en un género trillado, así que mi veredicto es positivo.

Película engañosa desde su título, que va enredándose en su propia madeja y mareando con tanto giro, tiene 2 líneas argumentales que al resolver una, no se explica la otra.
Lo mejor las interpretaciones, y la factura técnica, lo peor, la historia.

Secuestro es una de esas historias que te apetece ver siempre por la moraleja que te deja, que aún pasando horas después de haberla visto, te quedas pensando en como puede cambiar la vida de una o unas personas por el simple hecho de tomar una decisión equivocada. Y en la mayoría de los casos, debido a que uno piensa erróneamente que hace lo correcto.

Si te encuentras perdido a un niño con problemas de audición, desorientado y lleno de sangre y te cuenta una historia sobre como ha llegado así, es motivo suficiente para sentarte al menos a escuchar la narración. Si hay un secuestro de por medio, una madre coraje que además está al día en leyes porque es abogada y un padre que aunque los años lo hayan dejado atrás y al margen, cuando ocurre un hecho dramático se sube al carro, tenemos más que suficiente para poder imaginarnos por donde irán los derroteros de ésta historia.

Ojo a las interpretaciones, desde un niño impresionante que te clava a su personaje hasta el punto de poner en duda si realmente padece esa enfermedad, a pasar por una grandiosa y experta Blanca Portillo que se desenvuelve en papeles dramáticos como pez en el agua y terminando por un José Coronado que a pesar de no disfrutar de los minutos en pantalla que yo quisiera, siempre es un privilegio verlo actuar.

La historia es muy predecible a partir del segundo tercio porque el guión no está lo currado que debiese, a parte que son muchas las pistas que así te lo indican, no llegas a empatizar con los protagonistas a pesar del drama, escasez de sentimientos diría yo y no me llegó a enganchar en ningún momento. Lo dicho, gracias al plantel interpretativo la película se hace interesante.

Me esperaba mucho más de un film dónde aparecen Blanca Portillo, José Coronado y Macarena Gómez, pero anoche me quedé a cuadros. La película empieza bien, te va enganchando, sospechas de unos, de otros, los actores están magistrales, sobre todo Blanca Portillo, que al final es la única que sostiene el film. A media película el o los guionistas podían haber parado y dejar la historia así, en algo sencillo, porque si no sabes complicar una trama, es mejor que no lo hagas. Vamos, que al final, a la hora de película ya no sabes por dónde cogerla, nada tiene sentido, ni las motivaciones de los personajes, ni los diálogos ni nada de nada. Sí, tiene sus puntos sorprendentes y que podrían haber quedado fenomenal en un guión bien estructurado y con sentido. Y explicanco mejor de dónde vienen y por qué hacen lo que hacen los personajes.

Personalmente, con guiones así luego no nos extrañemos que no nos quieran ver ni en pintura. Tenemos grandes actores y seguro que grandes directores, pero en cuestión de guiones....me quedo con "Cien años de perdón", creo que las dos, ésta y la otra, están nominadas a los Goya. Todavía me quedan muchas por ver, pero de momento "Cien años de perdón" está entre mis favoritas.

"Secuestro", flojísima, me esperaba mucho más. Eso sí, buena fotografía.