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Hollywood (Miniserie de TV)

6,5
3.689
Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2020). 7 episodios. Ambientada en los años 40, cuenta la historia de un grupo de aspirantes a actores y cineastas que buscan alcanzar la fama en Tinseltown cueste lo que cueste. Cada personaje ofrece un punto de vista diferente y único sobre la realidad encubierta de la edad de oro de Hollywood, y desvela las injusticias y los prejuicios en cuanto a raza, género y sexo que hoy en día continúan. 'Hollywood' analiza y ... [+]
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
7 de abril de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
3 colectivos que han sufrido (y siguen sufriendo) en este mundo.

En américa se centra esta historia con estos 3 colectivos:

Las mujeres. Siempre cuando pensamos en las mujeres de los años 50, vemos a una mujer ama de casa, bien arreglada, sumisa ante el hombre y el único propósito para vivir es tener hijos y cuidar de la casa y de su marido.

Las personas negras. El racismo sigue muy arraigado en américa (y viendo otras películas o series actuales, me doy cuenta que no sólo con los negros si no también con los blancos latinos o asiáticos, que no los consideran blancos ¿?). Es como si las personas negras no fueran personas y se tuvieran que tratar diferente.

Los gays. Tal como se muestra en la serie, no es nada visible, siempre oculto. Es por eso que he ordenado esta lista de mejor "aceptado a más oculto".

Es una serie que va contracorriente. Creo que se centra en finales de los años 40, justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando empieza a florecer todo y para el cine más. La edad dorada de Hollywood. Pero no es dorado en todos los sitios, ya que se centra en las mujeres, en el poco poder (o nulo) que tienen sobre sus vidas y también en los trabajos. Es un himno de fuerza y valentía y de tener más huevos que los hombres para que se les haga respetar.

Las personas negras, es más de lo mismo, pero contando con el rechazo a primera instancia simplemente por el color de su piel. Otro himno de fuerza y coraje y sobre todo de valentía para esas personas que lucharon. Mención especial a Hattie McDaniel, que narra su experiencia por Hollywood, donde siempre hacía papeles de criada y aún cuando estuvo nominada a los Oscars, no la dejaron entrar, solo segundos antes cuando se decía que iba a ganar el Oscars, entonces la entraron... patético.

Los gays, donde muestra lo oculto que está todo, las palizas que pueden recibir por serlo y los abucheos. Aquí muestra también el coraje. Quieren dejar constancia a la valentía que tuvieron los primeros en darme la mano públicamente. Después de estar siempre encerrados, humillados y reprimiendo sus sentimientos.

Es una serie muy... no sé como decirla, pero intentaré explicarme: quiere mostrar como hubiera sido en los años 40-50 si estos 3 colectivos hubieran resurgido, algo que ya sabe que es totalmente imposible por la sociedad de entonces, pero nos hacen ver que hoy en día está pasando lo mismo, y es un: ¿estamos retrocediendo 60-70 años atrás?

Por es valentía en mostrar estos personajes, estas historias... le doy esos 8 puntos.

Punto a parte, me encanta todo lo relacionado con el cine y ver los tejemanejes de Hollywood, aunque no sea cierto, pues gusta. Esa similitud de Rock Hudson, actor que oculto su homosexualidad, y aquí se ve que lucha desde el principio para salir del armario, aunque en la vida real, lógicamente, le obligaron a casarse para acallar los rumores.

La aparición de Vivien Leigh, me pareció genial, como también de George Cukor y otros personajes reales.

En fin, una serie para disfrutar, reivindicar y seguir luchando por los derechos fundamentales de cualquier persona.
edugrn
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6 de setiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira que la serie empiez bien: héroes con sueños pagan precios sexuales por entrar en la Fábrica de Sueños. Los gente pudiente de la Ciudad de Ángeles, la perversión es rampante y hay que -literalmente- prostituirse para conseguir en la otrora llamada Hollywoodland lo que ansías.

Pero claro - al poco, la serie deviene en un cuentecito con mundos alternativos en el que personas no blancas, mujeres y tíos LGTBI luchan por lo su sitio, lográndolo hace setenta años.

Y a mí me pierden -- encaja todo mucho en el Hollywood actual de Barbie, el The Force is Female, al METOO y cosasas por el estilo. Dicho esto - lo que defiende la serie lo hace de manera menos tóxica que muchas ficciones actuales (aqui la gente no s mala por ser blanca, hetero, etc.) pero vaya -- Murphy coge lo que parece una historia de perversión old school y la vuelve un juguete woke a la moda. Qué pena.
metabaron
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11 de mayo de 2020
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hollywood. Esa interminable fábrica de sueños dorados y sueños rotos también, de vidas glorificadas y vidas destrozadas.
Cuando el famoso cartel en las colinas de Los Angeles aún rezaba "Hollywoodland", la meca del cine era un lugar lleno de corruptelas, perversiones y dificultades varias, especialmente para los jóvenes aspirantes a estrella que llegaban a la ciudad californiana para buscarse la vida mientras esperaban su gran oportunidad. Y eso es exactamente esta nueva ficción de Ryan Murphy: un retrato del Hollywood de aquel entonces, comenzando su llamada "época dorada" en los primeros años 50, donde personajes de todo tipo se dan cita para lograr conseguir sus sueños o, sencillamente, ser ellos mismos y luchar por su arte y por la vida que quieren vivir.
Ya si el retrato es fidedigno o no... pues hay que ponerlo en duda, como han hecho muchas críticas. Más que nada porque, aunque no hay duda de que las cosas muchas veces fueran así, o incluso lo sigan siendo (no hay más que ver todo lo que salió a la luz con el movimiento #MeToo), viendo Hollywood parece que cualquiera que quisiera entonces ser actor o actriz tenía que estar dispuesto a pasar por el aro de conseguir fama o una simple oportunidad obligatoriamente a través de la cama de algún o varios productores, agentes, directores y demás. Que, repetimos, con toda seguridad ocurría, pero la serie hace quizás demasiado hincapié en ello. Por supuesto, está también muy marcada por el sello personal de Ryan Murphy también en la profusión de tramas y personajes LGTB, lo cual por supuesto no tiene nada de malo (de hecho, ya quisieran muchos creadores tener un estilo, un éxito y un poder comparable al de Murphy en estos momentos), pero, de nuevo, casi parece que todos los aspirantes a estrella fueran gays en el armario.
En lo que también se nota la mano de Murphy es en lo excelente guionista que es, ya que la mezcla de drama y comedia sin duda funciona, y los personajes, aunque deudores en exceso de los "defectos" antes mencionados, están sólidamente construidos y además también muy bien interpretados. Atención a Dylan McDermott, estupendo como Ernie, a Holland Taylor y Patti LuPone como las grandes veteranas que son poniendo la nota de elegancia, a Jim Parsons en su salsa, al siempre extraordinario Darren Criss (imprescindible verlo en El asesinato de Gianni Versace) y por supuesto a los jóvenes David Corenswet, Samara Weaving, Laura Harrier, Jeremy Pope o Maude Apatow, que además tienen los mejores personajes. Las historias, pese a que no sean lo mejor que ha escrito el creador de Pose, son interesantes y mantienen el interés durante sus siete capítulos.
Además, fíjense en qué nivel tiene la producción. Espectacular. No cuesta nada creer que estamos en el siempre soleado y cálido Los Angeles de posguerra, luminoso, crepuscular también, siempre sorprendente y voraz. Atención a cómo los decorados, el vestuario, la peluquería, el maquillaje o la propia fotografía recrean ese ambiente. Y ojo también al emotivo último capítulo, con esa ceremonia de los Oscar y la intervención de Queen Latifah como la mítica Hattie McDaniel.
Puede que, en la carrera de alguien que ha estado o está detrás de Pose, American Crime Story, The Normal Heart, Nip/Tuck o American Horror Story, pueda parecer una obra menor, pero sin duda Hollywood tiene suficientes elementos interesantes como para no sólo recomendarla, sino también disfrutarla.

Lo mejor: Su nivel de producción,espectacular y muy creíble (decorados, vestuario, fotografía, peluquería, dirección artística, etc), y el trabajo de todos sus actores.
Lo peor: Le falta un poco más de intensidad dramática, y no todos los personajes tienen el mismo interés.
Sibila de Delfos
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9 de mayo de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas son sueños que se hacen realidad a través de una pantalla. Son miles de historias que conmueven y emocionan a los espectadores de todo el planeta. Relatos imaginarios, irreales, versiones de la misma verdad que vivimos cada día, tan mundana, imperfecta y repleta de grises. Sobre estos cimientos se construyó la industria cinematográfica de Hollywood, añadiendo toneladas de cinismo, un moralismo norteamericano que todavía hoy se arrastra, y todas las pinceladas posibles de racismo, clasismo, homofobia y misoginia que ocultaban actores, directores, productores y propietarios. Toda esta alineación titular de odio social es tumbada por la nueva obra de Ryan Murphy y Ian Brennan, donde responden a una de las mayores preguntas que se hace el ser humano, pero en referencia al pasado del séptimo arte: ¿Qué hubiera pasado si ...?

Entre adaptaciones y personajes que existieron realmente (George Cukor, Henry Wilson, Rock Hudson, Vivien Leigh ...), la miniserie intenta construir una realidad paralela, una ucronía, donde varias personas unen fuerza para romper estereotipos, barreras y prohibiciones en una industria tan prolífica como la del cine de Hollywood. Aunque el planteamiento de la serie sea muy blanco, a ratos infantil, la trama se ejecuta con solvencia y una elegancia impostada. Este último ingrediente es un clásico, un sello de las obras de Ryan Murphy, que suele molestar, y con razón, a muchísimas personas. Esta miniserie no ha sido una excepción en la inclusión de este elemento pero funciona como un guante a la hora de retratar la industria más impostada posible en el momento más indicado, el Hollywood de Oro, donde las apariencias eran más importantes que el contenido.

El reparto es insultantemente apuesto, otra de las capacidades de Ryan Murphy a la hora de escoger sus actores y actrices. No es ningún inconveniente sino un añadido al ya explicado momento histórico en el que transcurren los acontecimientos, aquella ciudad de Los Ángeles repleta de estrellas que iluminaban el cielo pero dejaban en la sombra todas las carencias de la sociedad norteamericana. Una grata sorpresa (i satisfactoria) es ver a actores teatrales en la obra, como Joe Montello, Patti LuPone o Jeremy Pope, pero la mayor es encontrarnos una brillante interpretación de Jim Parsons en el papel de Harry Wilson, dejando atrás el Sheldon Cooper que siempre le ha perseguido.

La trama no es nada complicada y los problemas son frívolos, banales. Se nota la intencionalidad de los creadores de vestir una crítica ácida, humorística y con un razonamiento lógico, a veces forzado, contra las imposiciones moralistas de época en la sociedad y la cinematografía, pero a veces todo esto pierde sentido, se quedan a medias o contrastan con la misma serie -quejas contra el machismo, pero todas las mujeres podrían ser diosas griegas, o un tratamiento, casi blanqueo, de la prostitución-. Inconvenientes y defectos que se olvidan a lo largo de las escenas, arrancando sonrisas a los espectadores si es que no la han perdido por el camino. Todo parece que se solucione de una manera demasiado fácil, demasiado precipitada, demasiada coincidencia positiva. Pero esta es la gracia de la miniserie: te muestra todo lo contrario (lo que habría pasado si ...) de lo que ocurrió en aquella época, pintada en oro, pero repleta de oscurantismo, sufrimiento y desgracia.

Los finales felices en un mundo multiplataforma, saturado de series que intentan ser el mayor dramáticas posibles, no lo veo como un error. Es una invitación a la reflexión sobre los cánones que todos hemos aceptado y establecido sobre la industria de Hollywood, del mismo cine y de una sociedad que ha cambiado a lo largo de 80 años pero tiene mucho camino por recorrer. Ninguna persona debería amargarse, dejar de escribir historias ni sentirse marginado porque no explican la suya a través de las películas, porque le olvidan desde las productoras. Esta es la gran conclusión que se extrae de Hollywood, además de la sonrisa y de las ganas de recorrer Beverly Hills en un Cadillac descapotable.
VictorRodrigo
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12 de agosto de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pudiera ser que la idea de Murphy hubiese sido escribir el guion de una historia real, con personajes que hubieran existido y que contentase a las masas. El problema es que él no es así; su intención no es que nos guste a todos siempre todo lo que se le ocurre. Hollywood no es real, y no hablo sólo de manera metafórica en relación a esta ficción televisiva, sino al Hollywood que todos creemos conocer, ese sueño que alguna vez hemos mirado con ansia y con esperanza, ese casi inalcanzable mundo lleno de estrellas preciosas, parejas perfectas, vestidos y trajes a medida, peluquería y joyas a la carta…y al final te despiertas y te das cuenta que en realidad todo está podrido en todas partes, incluso en la maravillosa Hollywood. ¿Qué amante del cine no ha pensado alguna vez en trepar por esas letras gigantescas y mirar un futuro de gloria? Aunque haya sido sólo por una décima de segundo, todos nos hemos imaginado como actores famosos, guionistas, productores, directores de fotografía, compositores célebres de bandas sonoras o por qué no, como dueños de la Warner, la Paramount o cualquier productora que hayamos podido fundar nosotros. Ese poder que parece envolver Hollywood, esa elegancia de todos, la forma de hablar, de vestir, de moverse, como si todo flotase y como si ellos mismos estuvieran en otra esfera de la vida tal y como la conocemos. La palabra Hollywood implica esperanza, sueños, imaginación, creatividad, dinero, mansiones, reconocimiento, mirar la pantalla y ver tu nombre en los créditos o en el mismo cartel de cine; inmortalidad; eso es Hollywood. Pero Murphy nos muestra la otra cara; la que no se ve; la que no imaginas o no quieres pensar. Cuando vamos al cine, sea consciente o inconscientemente nos identificamos con los actores, con la historia. Nos emocionamos; a veces nos gusta tanto que queremos emularlos de alguna manera. Nuestra mirada se fija en la pantalla, aunque sólo sea un segundo, y nos marca para siempre, como un buen libro. Por eso la miniserie resulta impactante, triste y a la vez alegre –pero porque Murphy cambia completamente la verdad-. Es la historia de lo que pudo haber sido, de lo que nos podía haber ahorrado en el presente (temas de inclusión que te meten con calzador, racismo, ataques a todo lo que no es normal para algunos) y es que el cine, pero sobre todo la industria más famosa del mundo en este aspecto – Hollywood- siempre ha sido un reflejo de la realidad, aunque en su caso era una realidad sesgada, llena de prejuicios –como ahora-, repleta de miedos por enseñar a parejas homosexuales, a un guionista negro –oh, vaya, pensé que lo importante era que la historia fuera buena, que funcionase y que nos la creyésemos-, o protagonistas de cualquier raza si el papel funciona para ellos. Resulta emocionante verla y la recomiendo.

Los actores son fantásticos. Creo que después de Noche de Bodas y de Hollywood no vamos a confundir jamás a Samara Weaving, pero no brilla sólo ella, entre el reparto están habituales como Dylan McDermott (AHS), David Corenswet (The Politician), Darren Criss (Glee), Laura Harrier (Spiderman), Joe Mantello (Ángeles en América), la increíble Holland Taylor (Una Rubia muy Legal o el Show de Truman), el más que sorprendente Jim Parsons (The Big Bang Theory, pero que gracias a Dios se está desvinculando sin problemas de ese papel, demostrando que tiene muchos más registros) y Patti LuPone (AHS, Pose). Todos espléndidos.

La factura técnica, la fotografía y la banda sonora son inconfundibles de Murphy.

Mi consejo es verla sin pretensiones, sin pensar en quiénes son reales y quiénes no. Disfrutarla y soñar con lo que se podría haber hecho. Imaginar si de haber sido más valientes en el cine, el resto de mortales hubiera por fin reaccionado y quizás, sólo quizás, se hubiera cambiado la historia y el rumbo de una nación que tiene un serio problema.

Algunos actores, productores, dueños de productoras de cine, guionistas o historias (incluida la gasolinera-prostíbulo) existieron realmente, pero no merece la pena molestarse en esos detalles, al menos para disfrutar de la edad de oro de Hollywood.
Teresa
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