La fuerza del cariño

Esta joya de los 80 nos muestra el verdadero amor, el verdadero cariño, el significado de lo esencial de la vida, que no es el dinero como muchísimas mentes vacías lamentablemente piensan en este mundo, sino la entrega por el ser amado, el amor de familia pese a todos los inconvenientes surjan con el devenir de la vida misma y sus problemas. Hoy por ejemplo estoy cumpliendo años. Mi hermano me saludó al primer segundo y tiene 17 años. Yo cumplí 32. Creí que no se iba a acordar de llamarme pues estaba con sus amigos, y a la medianoche en punto me llamó. Mi emoción fue instantánea, mis lágrimas recorrieron mi rostro como pocas veces lo han hecho. Y eso se llama amor, en su más profundo estado. Como esta película, un canto al amor. Es triste si, pero tiene mucho amor. No ese amor estúpido de novelas, el amor pese a los problemas, pese a las barreras, pese a las dificultades. El amor sobreviviente al paso del tiempo.
Que pedazo de película por favor.

Ante todo para mi esta película es una comedia. Cierto que tiene aspectos melodramáticos, y que cuando sale en conversación el comentario habitual es "¡que triste!", pero yo la recuerdo sobre todo por los momentos de hilaridad que me produce. Jack Nicholson y Shirley MacLaine son simplemente brillantes, y el resto del reparto es excelente. El guión y el diálogo fantasticos y la dirección buena.

Además creo que la película transmite un mensaje importante, no tanto por la parte melodramática, si no por que invita a la consideración de las personalidades de Aurora (Shirley MacLaine) y Garrett (Jack Nicholson), en como han llegado a ser como son, a las carencias afectivas e incapacidad para intimar que padecen, y a como la historia que comparten les ayuda ha desarrollarse como personas.

Fue una película que vi cuando era pequeño y de una manera extraña me gustó mucho, luego la vi una segunda vez y no me gustó tanto, hoy la he visto por tercera vez, habrá sido por el día, hoy me ha tocado y es porque creo que uno va madurando y se siente más identificado con las cosas de la película.

Es una película muy agradable de ver, es la historia de una familia, sobre todo de madre e hija, a lo largo de los años.

La historia podría ser como otra cualquiera pero es la química de los actores lo que hace que la historia sea algo más que bonita o triste, ellos hacen que la historia nos llegué al corazón.

Es una película muy bonita y muy triste, era de esperar un drama final, es de esas historias dramáticas pero que a pesar de todo eso nos deja un buen sabor de boca.

Una película que trata sobre diferentes tipos de amor, amor entre madre e hija, marido y mujer, mujer y amante, padre a hijos…todo tipo de amor.

El ritmo es muy dinámico y rara vez llega a caer en lo fácil, al contrario, sabe crear una historia realista y sutil.

La fuerza del cariño de James L. Brooks, es un melodrama familiar con dosis cómicas que cala de modo notable en el espectador. Dirigida con un ritmo tranquilo, es íntima y subjetiva, además de maravillosa, admirable y correcta, y está realizada de modo espléndido y emotivo, con una historia familiar y personal, que llega al público por su verosimilitud.
La fotografía, es sugerente y agraciada, con imágenes confortantes e idóneas que gustan ver por estar bien tratadas en detalles, y por ser competentes y eficientes en su cometido. Y la música, es bella y encantadora, con sonidos tranquilizadores y melódicos que resultan agradables de escuchar por ser conmovedores y sentimentales en los momentos oportunos, realizando un buen acompañamiento de la trama en los momentos en que es requerida.
Las actuaciones, son naturales, creíbles y sinceras. Con Shirley MacLaine en un papel susceptible y persuasivo con el que ganó el oscar, Debra Winger emotiva y espontánea, y Jack Nicholson en su línea habitual, muy deslumbrante y oscarizado por su labor. Con acertadas interpretaciones de Danny DeVito, Jeff Daniels y John Lithgow. Con vestuarios y caracterizaciones evocadores y apropiados para la trama. Y diálogos cotidianos y mordaces, característicos de peleas familiares, muy humanos y expresivos.
El guion, adaptado por el mismo director de la novela de Larry McMurtry, obtuvo el oscar por ser conmovedor y cercano, tan agradable y realista por un lado, como emotivo y provocador por el otro, y bien trabajado para no dejar al espectador indiferente. Empleando para llevarlo a cabo una narrativa familiar, afectuosa y acogedora, que es sencilla y natural, con toques desesperanzadores. Y destacando también la labor de un montaje lineal, narrativo e ideológico, narrando varios años de vida de una madre y una hija muy unidas.
En definitiva, la considero una obra inolvidable, emotiva y esencial en el género melodramático, por ser agradable y sentimental, y por contarnos una historia tan sincera y pesimista como sentimental, con 5 oscars que demuestran que sin llegar a ser una gran obra, llega por sus interpretaciones directa al corazón. Y es recomendable por su guion, actuaciones, música, montaje, narrativa y diálogos que la convierten en una cinta conmovedora y admirable.

Yo también quiero un vecino así: un maduro ex astronauta, adicto a la diversión, ruidoso pero educado, que deja abierta la puerta de su casa sin ningún pudor y conduce un coche con los pies.

A ser posible con el rostro de Jack Nicholson. Un rostro de lo más expresivo, adusto, nada sobreactuado, de sonrisa infinita y ojos rasgados. Barrigudo, pero no por eso con menos encanto, porque desde luego que este Garrett de «La fuerza del cariño» desprende encanto por los cuatro costados. Tanto, que resulta perfectamente creíble que conquiste a jovencitas y a maduritas, con su aplomo, su seguridad, su fuerza, su sentido del humor y con muchas otras cualidades imposibles de enumerar. Y también con sus defectos, que sólo contribuyen a que el personaje sea aún más divertido.

Porque, por si alguien todavía no lo ha notado, lo mejor de esta película es Jack Nicholson. Ni siquiera me apetece hablar del argumento y del resto de personajes. Madre e hija me parecen unas mujeres con pocas luces que se quieren comer el mundo sin tener idea de nada. La historia apesta a feminismo barato, de ese en el que las mujeres siempre quedan por encima del hombre sin razón aparente, sólo porque ellas son muy buenas y muy nobles, el ejemplo a seguir, y ellos son..., bueno, ellos son simplemente hombres, y se ve que de un hombre no se puede esperar demasiado, o al menos no tanto como de una mujer.

Con todo, siempre nos quedará Garrett, el inolvidable Garrett, el nadador astronauta, el de las gafas de sol, el amigo Garrett con el que te ríes irremediablemente y el que se come la pantalla bocado a bocado con su sola presencia, mientras de paso, de fondo, nos cuentan una historia con algo de ternura y algo de drama que, sin embargo, no termina de calar. Será que sobra cariño, pero falta la fuerza.