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Hunger

Drama Crónica de la vida en la Maze Prison, una cárcel de máxima seguridad de Irlanda del Norte, a través de los emotivos acontecimientos que tuvieron lugar en 1981 con motivo de la huelga de hambre del IRA, liderada por Bobby Sands. La película describe lo que ocurre cuando se obliga al cuerpo y a la mente a ir más allá de sus límites. Celebrada ópera prima del director y guionista Steve McQueen. Obtuvo el Premio Cámara de Oro en el certamen ... [+]
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Críticas 62
Críticas ordenadas por utilidad
28 de marzo de 2013
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leo en otras críticas que esta película es "infumable para palomiteros" (ejem)
Pues nada, seremos palomiteros en tal caso y a mucha honra. La celda donde están los presos es una metáfora ya de la película: una inacabable pared de mierda, de la que no podemos escapar.

Tres bloques de película. El central dura 15 minutos, por lo visto es sublime, pero en realidad es un chorreo de palabras que termina haciéndose insoportable. Que sea plano fijo ya le confiere el carácter de "impactante, demoledor, inolvidable"...puaf, es que no puedo con la tontería naif que invade las críticas de esta página.
La mitad de la charla es absolutamente VACÍA!!!! Y la otra mitad, es de un potro que había que matar y que nadie se atrevía a hacerlo. Eso ya es suficiente para justificar todas sus irreconciliables diferencias anteriores. Pa llorar.

Y en el resto de bloques...diez frases a lo sumo, todas ellas por rellenar. Planos interminables de silencios que no hay quién se los trague. Ese sobeteo de la reja rota y esa mosca, ese guardia al que le cae nieve en las manos...y la más grande sin duda, ese guardia tirando lejía y limpiando meados. Ves el pasillo todo largo y piensas "será capaz de hacernos ver cómo lo limpia entero"
Y ahí está el tío, con dos bemoles, tres minutitos de tú el pronto, y tú el paño también.
Otra metáfora clara: esta película es un río de ácido úrico que debemos barrer de nuestras mentes para siempre.
Pero de nuevo el gafapasta que nos domina piensa "oh qué valentía incluir esta escena, con la voz en off de la Iron Maiden haciendo todo el sin sentido de esta guerra...."

Por cierto, cuando acaba la película, ni yo, ni ninguno de los que se quedan sin adjetivos en estas críticas, tiene la más mínima puñetera idea de quiénes son los personajes, porqué hacen lo que hacen, porqué toman decisiones tan trascendentales....
No hablemos ya del guardia, es que es de puro cachondeo. Lo pongo en la parte central de la "presentación" (si es que se le puede llamar así) y luego si te he visto no me acuerdo. Porque en el tercer bloque de la película me gustaría saber quién se acuerda de él...."no yo no, ams, po yo tampoco"

A menos que seas irlandés de 50 años no te enteras de absolutamente nada. Por no hablar de la eterna visión maniqueista donde los presos del IRA son unos pobrecitos y los ingleses unos torturadores sin corazón (los Powerangers tenían más matices en la división de buenos y malos)

Pero eso sí, los palomiteros somos los que no les ponemos un diez.
Si sólo el nombre "artístico" que se pone el director ya te tiene que hacer ver la pamplina que lleva encima....
manolain
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2 de agosto de 2010
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quisiera dejar bien claro, ante todo, que siempre me he considerado un pacifista convencido. Un pacifista que, obviamente, detesta la violencia. Sea cual sea su origen. Sea cual sea su hipotético pretexto o justificación. Proceda de donde proceda. Aún así, me resulta extremadamente difícil no ‘tomar partido’ ante una peli como “Hunger”. Máxime cuando la simple mención de Irlanda retrotrae hacia mi mente tantos y tantos recuerdos de juventud. El aire puro de Connemara. El implacable viento de Moher. Las alegres noches de Galway. Y, como no, el leve sabor a regaliz de una pompa de espuma Guinnes en los labios. Quizás todo se deba, en definitiva, a que -no siendo irlandés- jamás he escondido mi afecto hacia cualquier causa nacionalista. Y qué mejor causa que la del pueblo irlandés. Un pueblo pisoteado, humillado y oprimido por un despreciable Imperio que aún hoy se resiste a renunciar a todo aquello que antaño logró a sangre y fuego.

Partiendo de esa base supongo que huelga decir que la peli de McQueen me ha conmovido. Profundamente. Y no tan sólo porque se agradece recordar que hubo un tiempo en el que combatientes como Bobby Sands dieron su vida por unas ideas. Me ha conmovido profundamente porque la implacable y serena mirada de McQueen lo dice todo. Absolutamente todo. Sin prisas. Sin trucos. Sin diálogo apenas. Con tres simples actos meridianamente diferenciados. Y a eso lo llamo yo dominar el lenguaje cinematográfico. El narrativo y el visual. Algo que, de buenas a primeras, sólo un poeta o un artista de mucho talento es capaz de conseguir. Enhorabuena, McQueen.
Taylor
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30 de enero de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2008 la película Hunger impactó en la sección Un Certain Regard del Festival de Cine de Cannes ganando la Cámara de oro e iniciando una triunfal carrera por todo el mundo con el reconocimiento casi unánime de la crítica. Casi dos años después la película sigue inédita en España.
Hunger es la ópera prima del director Steve McQueen y la constatación de que un nuevo nombre con cosas necesarias que contar y con talento para hacerlo ha surgido en el interesante panorama del cine europeo.
La película empieza con una cámara que nos muestra de forma tan fría como detallada la rutina diaria de un policía norirlandés. Aunque no veamos nada, lo intuimos todo. Después de igual forma la cámara se centra en el interior de una prisión. La llegada de nuevos presos y su situación dentro de la cárcel está mostrada con la misma frialdad, pero la contundencia de las imágenes habla por sí sola. Imágenes en muchos casos tremendas, de las que Steve McQueen extrae una belleza tan dolorosa como incisiva. Llegados a este punto y sin demasiadas explicaciones y discursos banales ya tenemos más que claro que nos está contando la película. El director demuestra tener, además de talento, un estilo muy personal y directo, que utiliza para ir directo al grano dejando que el espectador saque sus propias conclusiones.
Hunger cuenta la lucha que un grupo de miembros afines al IRA tuvieron con las autoridades británicas para no ser tratados en prisión como delincuentes comunes sino como presos políticos. El cabecilla de esa lucha fue un preso llamado Bobby Sands, que encabezó una huelga de hambre que llevaría hasta sus últimas consecuencias. Y es Bobby Sands el que acaba convirtiéndose en protagonista de una historia que muestra los hechos sin necesidad de emitir juicios en ningún sentido. Las imágenes hablan por sí solas.
Hay una secuencia en Hunger que contiene seguramente más diálogo que el resto de la película, y que deja patente que la intención del director no es la denuncia política sino más bien el análisis moral que se deriva de los hechos que narra la película. En esa secuencia Bobby Sands habla con el sacerdote de la prisión en un diálogo tan intenso como profundo. Después de esto las imágenes vuelven a ser las protagonistas. Unas imágenes, casi documentales, en las que vamos a ir viendo de forma progresiva pero devastadora como se ve degenerando el cuerpo humano ante la falta de alimentos. De esta forma tan dura como respetuosa asistimos al dolor de todos lo implicados, desde el propio afectado hasta los encargados de su atención y su propia familia. Cuando se llega al final la carga dramática es tan intensa que es muy difícil sentirse aliviado.
Steve McQueen hace un debut arriesgado como pocos, y de una fuerza brutal, pero también hay que destacar la entrega del actor Michael Fassbender cuyo trabajo como Bobby Sands va mucho más allá que una simple interpretación.
ernesto
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4 de abril de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente es la película sobre terrorismo más concisa y, al mismo tiempo, más demoledora de las que se hayan filmado hasta la fecha. Películas que versan sobre el IRA hay muchísimas, tal vez entre las más inolvidables esté "En el nombre del padre", de Jim Sheridan, en que, aunque fuera tangencialmente, se trataba el tema con eficacia y espíritu de denuncia, sobre todo, a los que juzgaron y encarcelaron impunemente a los cuatro de Guildford, cuatro jóvenes que acabaron con sus huesos en la cárcel acusados de formar parte del IRA y de haber perpertrado un brutal atentado.

"Hunger" también se acerca a un personaje real, en este caso, sí se trata de un miembro del llamado IRA provisional, Bobby Sands, un joven que con apenas veintitrés años fue condenado a catorce años por tenencia ilícita de armas de fuego y, cuatro años después, en 1981, inició una huelga de hambre en la cárcel de Long Kesh para exigir una série de demandas en las que destacaba el derecho al estatuto de preso político.

"Hunger" cuenta, a través de una mirada poética, concisa y a contracorriente, esa huelga de hambre emprendida por Sands (un muy creíble y entregado Michael Fassbender), empezando por ilustrar con todo lujo de detalle, sin escatimar mierda, orines, brutalidad, vejaciones, palizas, malos tratos, todo lo que sufrieron en su momento los terroristas del IRA condenados a penas de prisión, a manos de las autoridades británicas. Es tal la lluvia de hostias que les cae a estos hombres, en ocasiones jóvenes de veintipocos años, que una se pregunta quién es en realidad el/los terroristas y quién el/los hombres de paz en esta historia.

La lícita demanda de los derechos básicos que todo ser humano, por el hecho de serlo, se merece se convierte en el leiv motive de esta película. Aquí no hay explicaciones de ningún tipo, no se cuenta la vida de Bobby Sands ni la de sus compañeros de cárcel, ni sus delitos, tal vez sólo sus reivindicaciones, no hay buenos ni malos, sólo si cabe el odio mutuo o las ganas de revancha. No es una típica película carcelaria, aunque el retrato que hace, entre la extrema brutalidad e intemperie, la situen entre las más críticas y reivindicativas rodadas en el interior de una cárcel. Es una película altamente anticomercial y muy interesante.

Impactante la secuencia en que Sands se sincera ante un cura y cuenta su intención de emprender una huelga, un soberbio diálogo y, a veces, monólogo que no deja indiferente. E impactante el deterioro físico y psíquico de Sands, con una entrega mayúscula de Fassbender, que recuerda a la de Christian Bale en "El Maquinista", cuando se van superando los límites y el cuerpo mismo empieza a mostrar los estragos que causa el hambre.
Sémele
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20 de julio de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sorprendió esta película más allá de la historia que se encuentra repetida en cientos de otras películas con argumentos similares, por lo que mis expectativas en cuanto a este film eran que sería más de lo mismo... Al empezar, todo me indica que mis sospechas están confirmadas... Pero no!! los personajes no son lo que uno piensa y lo que ocurre tampoco era lo evidente... Aunque los hechos son los habituales en películas de cárcel, sorprende que la historia sea narrada con imágenes de escenas comunes en camaras estaticas sin mayores dialogos y asociaciones en la historia que resulta previsible, que se extienden en lo ordinario de la vida de cada personaje, conformando imágenes fragmentadas que nos cuentan la historia solo con las situaciones habituales del día a día de cada personaje que conforman una historia conmovedora y dolorosa, desarrollada con maestría por Steve McQueen.
Sinceramente la recomiendo sentí que vi algo distinto y quede con "hambre" por más Steve McQueen.
TROITA
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