Los pingüinos de Madagascar

Estos pingüinos quedaban excelentes en la saga de Madagascar, con sus apariciones esporádicas y cortas, pero en esta película la cosa no quedo del todo bien, aquí pierden mucho de su encanto y se vuelven medio pesados por la trama tan pobre y por ese ritmo tan rápido y caótico, aparte que la trama no tuvo nada de originalidad, los nuevos personajes tampoco destacaron. El final se me hizo largo y pesado. En fin, espero que quede solo en esta única película y no saquen secuelas.

Por cierto, el villano de esta película me resulto de lo más flojo.

Hay ciertos personajes que situados en segundo plano aportan el toque de humor y los gags justos para hacer gracia en momentos concretos, pero cuando se les da una película en la que copan todo el protagonismo pueden llegar a saturar como en este caso. Hay que decir, que sobretodo al principio, nos ofrecen algunas escenas bastante ocurrentes y divertidas, pero conforme pasan los minutos la fórmula se agota volviéndose repetitiva dentro de una trama que se encasquilla progresivamente hasta llegar a un final ausente de toda imaginación. Sólo apta para los peques de la casa que adoren a estos singulares pingüinos.

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Una de esas películas que crean división dentro de la propia crítica. Los Pingüinos de Madagascar son uno de los mejores subproductos que han salido de una película de animación. Si bien no consigue desprenderse de ese retufillo a película creada directamente para video-club los pingüinos son lo suficientemente carismáticos para enganchar a propios y extraños. Y es que hemos visto varios personaje secundarios en películas que acaban siendo más recordados que los principales. Los minions de Gru, la ardilla de Ice Age o estos pingüinos que tienen su propia serie de animación.

Simon J. Smith empieza muy fuerte, tremendamente fuerte, con diversas bromas y situaciones realmente inspiradas, pero acaba disipándose conforme toca ir narrando la historia. Es divertida, pero los primeros minutos son tan buenos que todo lo demás acaba siendo un eco de lo anterior.

Lo bueno de la película es que no decepcionará a nadie que disfrute con la serie, y además es capaz de captar a muchos que no tienen ni idea de qué va la cosa. Objetivo cumplido.

¿Era necesario?
¡Vamos!, los pingüinos malvados de Madagascar son muy cómicos... dentro de la historia. Ya una secuela de Madagascar fue demasiado, pero, ¿esto? Esto es un sin sentido. Buena animación, graciosa de a momentos, pero no deja de ser un refrito.
Puntuación: 3.

Ya podemos dejar atrás a los gatos como los animalitos más graciosos de la televisión (con el permiso de El Gato con Botas de Shrek) porque ahora es el turno de los pingüinos de Dreamworks. Y es que da la sensación de que cuando se estrena una película de animación los personajes secundarios nos agradan más que los principales y acaban protagonizando sus propias películas y series para que las compañías puedan seguir haciendo "chicklín" (sonido de caja registradora) y llenando las arcas. Y si no, que se lo digan al "fenómeno Minion". Otros que son irresistiblemente achuchables.

Así pues, el spin off "Los pingüinos de Madagascar" viene a rizar el rizo con lo que mejor supieron hacer: provocar risas y más risas. Sí, la película tiene un argumento pero que no es más que una excusa para estar sacando un chiste tras otro en una frenética e hilarante película que podrán disfrutar tanto mayores como pequeños.

Relatando sus orígenes, y con alusiones a grandes misiones por todo el mundo y a una vida de aventuras, desenfreno y muchos "cheetos", "Los pingüinos de Madagascar" narra como el comando formado por los cuatro pingüinos Capitán (o Skipper), Kowalski, Rico y Soldado (o Cabo), unen sus fuerzas a una organización secreta de espionaje llamada Viento Norte, liderada por Secreto (interpretado por Benedict Cumberbatch) para frenar al Dr Octavio (John Malkovich), un rencoroso pulpo que quiere raptar a todos los adorables pingüinos y quitarles toda su parte amorosa para que la gente deje de quererles.

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Gran parte del atractivo de la película lo tienen las personalidades de los animales, empezando por el carismático Capitán, quién sufre una especie de delirio de veterano de guerra mezclado con un molamiento supremo. La sensación de que todo puede estallar en cualquier momento viene de la mano de estos cuatro pingüinos y su manía improvisatoria. Demasiado inconscientes, demasiado audaces, pero siempre con una armonía dentro de su locura. Para ellos, la lógica siempre está presente en su planes, como si todo lo que pasara, en vez de ser fruto de la casualidad respondiera a una planificación que sólo ellos conocen. Capitán se convierte en una especie de Annibal que, mientras todo estalla alrededor dice "me encanta que los planes salgan bien". Y el resto de pájaros bobos que conforman este Equipo A le siguen en todas las desternillantes decisiones que resuelva tomar,...

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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es