Down by Law (Bajo el peso de la ley)

Jack, Zack y Bob. Traficante de amor, roto por el amor e italiano. Proxeneta, DJ y asesino. Tres perdedores y una ciudad, Nueva Orleans. Tres hombres y un destino, el trullo.
Película carcelaria. Teatro y comedia. Pullas y amistad. Fuga y amor.
Obra menor del gran Jarmusch. Simpática y querible, pero pequeña, poquita cosa.
Está todo lo mejor: la inteligencia, el humor, la mirada piadosa y cariñosa sobre seres al margen, la leve hondura, el gusto por la bohemia maleante, el tiempo detenido, la pasión musical, las amistades electivas, el no pasando nada y diciendo mucho, las irónicas alusiones culturales, la sutileza, la educación, la elegancia, el romanticismo canalla, la contracultura..., pero esta vez se queda corto, el trago no quita la sed; faltan peso, sustancia, guion, gracia, chicha.... Parece que en la cárcel, los tres atrapados (gran momento el de la danza tribal con mantra rimado), va a cuajar, va a romper en humanidad y sentido, los personajes se van definir y crecer, cambiar y luchar, sufrir y dudar..., pero no, con la huida (bella elipsis) muere, la amable parte final no dice nada, no lleva a ninguna parte; vencen la inanidad, el ensimismamiento hueco y tontorrón, la broma privada y autocomplaciente, el gesto vacío.
Cae bien; se le entiende y aprecia, pero se queda a medias, en esbozo, en puro hueso, idea sin desarrollar, anémica, exangüe.

Muy buena.

El inestable director Jarmush nos cuenta una historia en "negativo".

Con todas las partes de la misma historia que no nos contaría una superproducción del Hollywood de los ochenta (los juicios, la fuga, la persecución), él construye esta pequeña joya del cine independiente.

Con ritmo pausado, elipsis a su debido tiempo, interpretaciones muy buenas, música excelente, luz (B/N) extraordinaria, diálogos ingeniosos ... nos narra la historia de tres perdedores que van a la cárcel de manera injusta y de la relación que se establece entre ellos durante su estancia en una pequeña celda.

Quizás el final se quede corto. Pero esto es una seña de identidad del cine de Jarmush.

Madre mía, que "esto" tenga un 7,7 de nota, sería la segunda película norteamericana más valorada de 1986, habla muy bien de la degeneración intelectual, estética y no sé si seguir enumerando, que padecemos. El éxito de este cine completamente vacío, pedante y encima mal hecho, es la aplicación de la nueva filosofía posmodernista de los años 60 y siguientes, Derrida y compañía, que apuesta por la destrucción, ellos le llaman deconstrucción, de los discursos, incluyendo las obras de arte, lo que se traduce en la apuesta por la banalidad más absoluta. Nada se dice pero se estudia concienzudamente el lenguaje en el que se dice. Aunque en este proceso la influencia de las vanguardias artísticas es también fundamental. En definitiva, cine independiente y "culto" con el marchamo de contracultural pero que en el fondo es infantil, ridículo y necio.

Todo esto viene porque el último trabajo de Jim Jarmusch, último que he visto no que ha rodado, es un festín de amiguetes, Tom Waits y John Lurie, son artistas pero no actores, por mucha "narración en ausencia" que nos vendan. Esto es precisamente lo que sucede en las obras de teatro de los niños, que como no tienen medios ni nivel se saltan las partes más complicadas y las cuentan. Bravo por el retroceso. Pero aún así, "Bajo el peso de la ley" tendría un pase si fuera coherente. Pero al contrario, está salpicada por cuatro o cinco bobadas, las detenciones iniciales, las condenas y fugas imposibles, para acabar en una situación completamente surrealista, con una chica acogiendo amorosamente en casa a tres presidiarios. Que si fueran los de "Fugitivos" (1958), a Tony Curtis y a Sidney Poitier, lo entendería, pero con estos no me lo trago.

La mejor película de Jarmusch. La película tiene varios elementos típicos en las películas del autor pero aquí están mejor hilvanados que en otras películas del mismo. Jarmusch va con sus divagaciones de allí a allá, sus películas son casi road movies (bueno, "Extraños en el paraíso" lo es) que llevan a sus personajes a viajes por senderos de "búsqueda" y cosas por el estilo. Aquí hay distintos elementos que hacen que la película (quizá algo lenta para algunos espectadores) funcione realmente bien. La comparación que establece Jarmusch (a todos los niveles, encuadre, situación, actitud...) de los personajes de Waits y Lurie está altamente conseguida. El personaje de Benigni actúa como enlace de los mismos actuando de "elemento extraño" que se cuela entre la pareja, siendo, es verdad, de lo mejor de la película. Paradoja del compañerismo, la sociedad con su exclusión y su falta de comunicación y el vínculo que existe entre los seres humanos. Buena.

Down by Law es pura simpleza tanto técnica como argumental. Quizá por ello uno puede encontrar dificultades para entrar en ella.

Me gustan las películas que consiguen captar la naturalidad de un instante. La belleza que hay en un insignificante pedazo de vida. Y Jim Jarmusch lo ha conseguido, en una obra limitada por sus propias aspiraciones: contar la historia de unos desafortunados personajes antes y después de su estancia en la cárcel, además de durante ella, siguiendo los designios de un guión que parece no existir, excusa perfecta para que el espectador se una, como uno más, a la pequeña aventura vivida por el potentísimo trío de personajes sobre los que se erige el filme.

Como es de esperar, no sale la trama del siglo, ni siquiera una buena historia, sólo una bonita, plasmada con sobriedad y crudeza en la pantalla.

Además de para compartir una agradable velada con Benigni, Lurie y Waits, Down by Law puede servir para descubrir al último de ellos como músico. Un auténtico monstruo.