Agente doble

Después de ver Man on Wire (James Marsh, 2008), esperaba ver alguna película, dentro de la ficción, del director británico. Shadow Dancer desentona, es cierto, no está a la atura de su gran obra maestra documental, pero no desencanta tanto como para evitar que su final nos sobrecoga durante unos minutos después de finalizada.
Película bien interpretada, sobre todo, con un Clive Owen que siempre sabe cómo ganarse su público en papeles en los que se ve rodeado de misterio. Y Andrea Riseborough impecable desde todo punto de vista. Extraño que no se vea tanto al gran Aidan Gillen, aunque maravilloso conocer a un actor como David Wilmot, quien sin duda le da la tensión final al filme, aunque no aparezca ni siquiera mencionado en el reparto estelar.
La película está basada en la novela del mismo nombre de Tom Bradby. (Espero que la obra literaria tenga más vértigo que su adaptación). El gran pecado es que hayan dejado al mismo autor hacer el guión de la película, porque se nota que el señor Bradby piensa en lectores cuando debía pensar en espectadores. Por lo demás, por la familia y el IRA, por la historia, por las interpretaciones, por la traición que recorre toda la obra, el filme puede ser un bocado interesante de apreciar.

Shadow Dancer habla con madurez del siempre espinoso tema del conflicto norirlandés, pero lo hace con demasiada pesadez en su ritmo y con poca originalidad y pasión. El tono es tremendamente frío, tanto que cuando ocurre una desgracia el espectador no la siente demasiado y tampoco se produce una identificación con los personajes.
Afortunadamente ahí están Clive Owen y Gillian Anderson, siempre excelentes, los entonces desconocidos Domhnall Gleeson y Aiden Gillen y por supuesto Andrea Riseborough, que es la mejor noticia de la película. Solo con su mirada perdida nos transmite el trauma del personaje, detallado en los primeros minutos de la cinta, que son los mejores.

Lo mejor: Los actores, especialmente Andrea Riseborough
Lo peor: Es fría como el hielo y algo aburrida

Es una película parecida a las que hemos visto sobre Irlanda y el problema del IRS en los años 70. Es lenta......nos muestra poco el conflicto que se supone que debemos conocer. Ella trabaja muy bien y las caras y reflexiones de Clive Owen no se ven. Es un actor que utiliza muy bien las expresiones de su rostro y en esta peli no los veo. El final no te lo esperas y eso me parece bien que alguna vez no me espere lo que pasa. La Venganza. Los irlandeses, hermanos y demás no convencen mucho.

Todavía está por hacer la gran película sobre el conflicto de Irlanda del Norte, eufemismo que designa a la dictadura militar británica sobre el pueblo irlandés, una vergüenza y un oprobio que han perdurado hasta fechas recientes. Por fortuna, la película esquiva la fácil diferenciación entre buenos y malos, y pronto queda claro que mal nacidos los hay en todos los bandos. Seguimos la triste peripecia de una mujer atrapada entre ambos fuegos, por una parte militante del IRA, por otra parte obligada a convertirse en confidente del invasor para proteger a su hijo. Una tenue historia de amor se insinúa entre captador y captada, pero la situación es demasiado tensa y peligrosa para forjar lazos. En este sentido, la cinta creo que capta bien el tono desesperanzado y gris de aquellos años de plomo. Andrea Riseborough ofrece una interpretación sutil y contenida, bien secundada por Clive Owen, un valor seguro en todo cometido que se le adjudique. Gillian Anderson vuelve por fin después de años desaparecida en combate, y en el papel de Gerry reconocemos a Aidan Gillen sin el bigotito de Juego de tronos. Una película decente y bien confeccionada.

Con lo buenas que suelen ser las películas de espionaje, a veces el género falla y nos hacen algo tan insulso como esto.
Ya desde casi el principio, uno se puede dar cuenta de que el estilo de rodaje del director es tedioso. Hay secuencias enfocando a la protagonista mucho rato sin que haga ni diga nada. Demasiados silencios que no aportan nada en absoluto.
Aunque se cambie la habitual lucha contra los islamistas por el problema del IRA en los años 70, la trama es muy poco interesante porque está mal desarrollada, con un ritmo nefasto muy tedioso.
También tiene el fallo de que nos la venden como si Clive Owen fuera el protagonista, cuando en realidad es secundario y aparece bastante poco.
Es tan aburrida que cuando está llegando al final ya se nos ha olvidado cómo empezaba, quedando solo apta para verla mientras se está planchando o haciendo cualquier otra cosa. Intentar concentrarse en algo tan pesado es difícil, pues la mente se pone a pensar en las musarañas.
Para rematar la faena, es fría y carente de emociones, de manera que lo poco interesante que pasa en ella me da bastante igual.
Para no perder el tiempo viéndola.