El juego del miedo VI

Poco tengo que decir, ya que no la he visto entera.
Mi interés por la saga Saw desapareció tras ver la primera parte. La única razón por la que me he interesado a ver parte de este enjendro del cine es para juzgar por mi mismo si ha sido un error calificarla X o no. He sacado una conclusión algo triste, el mundo está mucho más enfermo de lo que yo pensaba; no por esa pasión por el gore elevado a la perversión que sienten todos los que siguen esta saga, si no por que antes de aceptar que son unos morbosos, critican a las autoridades competentes por realizar su trabajo, y muy bien hecho por cierto. No se puede tachar de incompetente a alguien que en su sano juicio pretende que esta película no sea visionada bajo ningún concepto por un menor.
Saw 6 ha superado ese limbo en el cual no se sabe juzgar si es violencia gratuita o etremadamente gratuita.
Han transformado el cine de terror en una orgía de perversiones en la cual todo vale, y es completamente comprensible que el que quiera disfrutar de una carnicería de tales dimensiones deba ir a un sitio especializado para verla. Al igual que el que quiere ver pornografía en la gran pantalla tiene que ir a una sala X.
Solo un consejo, aprender de los amantes de la pornografía que no se quejan ni insultan a la ministra.
Por cierto, como es obvio no he pagado ni un duro por ver Saw; solo gasto, y mucho, por los grandes del cine.