Buscando a Dory

Los primeros minutos de “Buscando a Dory” no presagian nada bueno. Para ser honestos es uno de los arranques más infantiles y escasamente originales de una película de animación. Es decir, cuando empezamos a ver “Buscando a Dory” con ese interminable prólogo, algo nos dice que la película no va a ser lo que esperábamos. Y entonces sucede el milagro. Porque una vez superado ese ñoño comienzo, nos encontramos ante una versión gamberra, divertida y especialmente inspirada de “Buscando a Nemo”, compartiendo el mismo esquema, pero multiplicando la acción e insertando algunos personajes realmente conseguidos. Y es que ese es el éxito de esta continuación: que ha sabido reinventarse a sí misma haciendo exactamente lo mismo que funcionó en la primera parte. Pero claro, han pasado unos cuantos años y ahora los señores que se mueven en el mundo digital han aprendido de éxitos y errores y, tras esa trampa que es todo lo infantil que hay en los primeros 15 minutos, después dejar caer el barril rodando por la cuesta y sin posibilidad de frenarlo. La acción es trepidante, los nuevos personajes son fantásticos (el pulpo, las nutrias, la ostra, las focas, el pájaro... todos son desquiciadamente encantadores) y el ritmo no te deja pestañear ni un minuto. Quizás no hay demasiado espacio para la reflexión (no es una película de animación especialmente intelectual) pero lo poco que hay lo exprime a la perfección (especialmente en la relación entre el egoísta pulpo y Dory). Al final uno se da cuenta que, cuando los personajes de animación son tratados con mimo y dotados de personalidad, todo fluye mejor... aunque estés repitiendo “Buscando a Nemo” casi plano por plano. Todo un acierto.

Un año después de los acontecimientos narrados en "Buscando a Nemo", Dory vive apaciblemente con Marlin y su hijo Nemo. Pero durante un viaje para ver cómo las mantarrayas migran de vuelta a casa, los problemas de memoria de Dory parecen desaparecer durante un segundo: recuerda que tiene una familia e inmediatamente decide emprender viaje para reencontrarse con sus padres, a los que perdió hace años.

Dirigida por Andrew Stanton y Angus McLane, el primero es un experimentado y destacado director de Disney-Pixar y el segundo está entrenando para serlo, esta es su primera gran producción.

Esta secuela la vi tan innecesaria en su momento que no la he visto hasta hace escasos días, error mío.
En su estreno la gente se dividía en dos grupos, los que consideraban que era otra vez lo mismo y los que consideraban que era incluso mejor que la original. Con el tiempo ha aparecido el grupo neutral, que piensa que no es lo mismo pero tampoco es tan genial como la primera y ahí es donde entro yo.
Una de las mayores diferencias con la primera película es que la aventura no es tan peligrosa, más bien parece que van de turismo en busca de los padres de Dory a la vez que repasamos su infancia.
Los nuevos personajes aportan para bien así como todos los de la anterior película, aunque personalmente he echado de menos al tiburón Bruce.

Esta fue una de las películas más destacadas del 2016, costó 200 M$ y recaudó más de 1.000 M$ el beneficio es menor que el de la primera pero ha recaudado más. En el apartado de la animación es increible lo que pueden hacer estos días, la calidad es inmejorable (por ahora).

Considero que esta película es un poco peor que la entrega del 2003, me gustaba esa aventura peligrosa en contra de todos los elementos. En esta ocasión ya no hay peligro y la trama se dedica a hablarnos más sobre Dory y de dónde vienen las pocas cosas que sabe hacer, mi nota es un 7.

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Lo primero de todo es destacar el gran trabajo de Anabel Alonso, dando vida a uno de los personajes mas carismáticos del cine y mucho más interesante que el protagonista de la anterior película .

Durante el viaje de Dory, conoceremos personajes fantásticos como Hank, Destiny o incluso la ostra que sale apenas unos segundos. La trama esta cargada de diversión, humor y ternura. Consigue llegar al corazón, con ese viaje de superación personal que vive la protagonista y los flashbacks que van apareciendo de cuando era pequeña.

Pese que, con una enfermedad cognitiva como la que sufre Dory, consiguen formar una comedia sin crueldad para que los mas pequeños no discriminen a nadie, en cambio con el personaje del león marino si que lo hacen y me ha disgustado como ha sido representado y como es tratado por los demás. Los niños pueden ser muy crueles y hay que tener más cuidado con este tipo de cosas ya que imitan lo que ven en pantalla. Es el único punto negativo que le saco a la película junto con una escena final que parece hecha con prisas.

Tenía mis dudas con esta película, pero me decidí a verla y os puedo asegurar que es una de las mejores de este año y no solo en su género. Altas dosis de aventura y emoción que se mezclan con unas poderosas imágenes y un alto nivel de animación al que ya nos tiene acostumbrados Pixar.

https://cinefalos.com/2016/12/02/finding-dory-critica/

Técnicamente impecable, superior, ya está.
Pero...no hay nada nuevo en esta secuela de Nemo, es todo vértigo y confusión controlada.
No recuerdo ningún momento antológico, y de Nemo son innumerables.
Y lo peor es que Dory como personaje queda reducido al aburrimiento.
Ahora fugazmente me acuerdo de las virguerias del pulpo, pero son poca cosa.
Empiezo a pensar que Pixar ya dió todo lo mejor de si.

Película entretenida para una tarde de fin de semana. Las expectativas respecto a Dory estaban bastante altas, ya que Nemo tuvo una gran acogida y personalmente, la encuentro muy divertida. Me decidí a verla entre mi catálogo de películas disponibles en Movistar+ y la verdad, no puedo estar más encantada.
A pesar de no ser una gran maravilla, ni tan novedosa como "Buscando a Nemo", no decepciona para nada. En mi opinión, es una gran secuela, y una muy buena continuación en la historia, dentro de lo que cabe. Dura una hora y media la cual se me ha pasado volando. Así como en Buscando a Nemo, la película no para ni un segundo, no hay tiempo para pensar que es aburrida o querer que avance ya de escena porque se está alargando.
Resumiendo mi opinión, es una película divertida, amena, con unos gráficos preciosos y adorable. Porque si Nemo ya era adorable con su mini-aleta, Dory de bebé con esos ojitos es para comérsela.