Un mundo maravilloso

"Un mundo maravilloso" se trata de una película que trata, vía comedia, de criticar la actual situación económica y social mexicana, que no debe ser muy diferente a la de buena parte del mundo, y a sus claros propiciadores históricos: El Gobierno y la Iglesia.

Y el final de la película aunque chusco no deja de ser sino una fuerte advertencia hacia la clase media. Pues es ella quien al final pagará los platos rotos si no logra superar su ingenuidad e ignorancia -¿estará demás decir que política y religiosa?- en caso de que la olla de presión llamada México finalmente explote.

Y con ello no me refiero que a cada film se torne más pretencioso intentando emular ejemplos que nada bien le vendrían a un director como Luis Estrada, sino que, tras cada cinta suya, se esconde una crítica hacía esos altos cargos que todo parecen manejarlo, ya sea más o menos afortunada susodicha crítica.

Con su particular sencillez en el momento de rodar historias y esa narración tan directa y concisa de la que hace uso, el mexicano nos sumerge en su segundo trabajo con una base sumamente interesante (cosa que ya era de esperar, tras "La ley de Herodes"), pero también enormemente desaprovechada a lo largo de su transcurso, como ya sucedía en su debut, lo malo es que lo que allí quedaba en un pastiche interesante de ideas, aquí desemboca en un aburrimiento un tanto profundo debido al estiramiento de ciertos momentos y en un mensaje que, por disparatado, termina por ser también infructífero.

Pero no nos engañemos, aunque el resultado final sea un batiburrillo de casualidades, en su mayor medida, insostenibles, de situaciones metidas con calzador a la par que inesperadas o de personajes que entran y salen con muy pocas motivaciones, sólo por dar un poco de vida a la trama, "Un mundo maravilloso" como mínimo posee el humor suficiente y unas virtudes constantes que hacen de ella algo que, en parte, intenta ser distinto, y porque negarlo... hasta en algún que otro momento lo consigue.

Lo malo y lo peor es que acaba pecando de todo lo que suelen pecar este tipo de propuestas, de querer ofrecer un desarrollo que, de tan original, acontezca embarullado, y al final al espectador se le terminen quitando las ganas de todo...

Sin duda esta pelicula mostro al pais aquel 2006 lo que era el verdadero cine surrealista, no aquel que se comprende como arte si no que una pelicula que toma la vida real mexicana y la transforma en un objeto cineasta y trabajarlo para mostrarse como lo que es, una obra de arte. No quiero decir que esta pelicula se considere como tal, seria una exageracion, pero si quiero dejar en claro que Estrada toma esos toques de Buñuel con su cine surrealista y añade a la combinacion un pequeño tributo a las clasicas de Charlot, parece una historia burlona, hasta parece que se grabo este 2014 que ya se fue, pero no por nada Estrada se ha mostrado como un director unico en su categoria.
Ahora comprendo porque dicen que "La dictadura perfecta" es la continuacion de esta; obviamente en parte pues ni los personajes son los mismos, ni los actores obvio, pero en cierto modo esta acomodada como tal.
Notable pelicula.

El Pinche Pérez es un indigente que se emborracha, llega dando tumbos hasta la ventana de un lujoso edificio y sin querer monta un espectáculo mediático/político que le pondrá la vida patas arriba y que sirve a Luis Estrada para dejar al aire las vergüenzas del sistema capitalista, los ricos, los políticos, la iglesia, los medios de comunicación, México, y si me apuras la especie humana en general. Lo hace con un tono de comedia amable en la forma pero demoledora en su contenido que hace que, además, los momentos genuinamente dramáticos que aparecen de cuando en cuando sean como una bofetada en la cara. Lanza guiños a Buñuel, a Berlanga, a la comedia mexicana de los años 50, a Chaplin, y a alguno más que no habré pillado, y recuerda en su humor dolorosamente negro y en sus personajes caricaturescos pero perfectamente creíbles a una de las anteriores películas de Estrada, "La ley de Herodes", pero si en aquella era la dictadura encubierta del PRI la que se llevaba los palos, ahora es el neoliberalismo que promete "el cambio" el que recibe de lo lindo.

En resumen, una excelente película que te hace reír mientras la ves y te deja pensativo cuando termina. Y cuando uno piensa en lo que cuenta, se le quitan las ganas de reír.

Comedia negrísima del excelente Luis Estrada con el enorme Damián Alcázar en el protagónico y una desconocida Cecilia Suarez como su novia, que refleja los estragos causados por un gobierno (el de Fox) que pretendía venir a cambiar la corrupción y el clientelismo del PRI y terminó copiando sus peores vicios. Pero no se vaya a creer que todo son palos solo para el neoliberalismo, tampoco se salvan los ricos, los pobres, la religión, el periodismo, etc., etc. Con toques bueñuelescos como la boda en el barrio de chabolas rodeado por los edificios donde habitan los que deciden sus destinos, fellinescos principalmente desde la banda sonora y momentos que recuerdan al Scola de "Brutti, sporchi e cattivi", Estrada no deja títere con cabeza. Lamentablemente, la historia no es solamente mexicana, ni solamente de esa época.