La maldición de la tumba de Tutankamon (TV)

Lamentable película de aventuras que apenas merece comentario.
En todo caso la referencia a algunos pasajes especialmente ridículos como el de la levitación de un medium en pleno trance, el de las bolas de fuego que queman a los miembros del Consejo del Averno, el de las aves de rapiña que atacan a la población, el de la serpiente resucitada que devora a uno de los expedicionarios que buscan el portal al “otro lado” o el de Tutankamon, también resucitado (y alado).
Lamentable para todo tipo de espectador pero para los que somos unos enamorados de Egipto la obra raya en lo vomitivo.
La auténtica maldición es la película misma.

Apenas puede creerse que estemos hablando del director de la magistral RAZORBACK y de la digna aunque inferior a la antes nombrada HIGHLANDER. ¡Señor, qué caída en picada...y a qué abismos de mediocridad! Se trata de una producción de Hallmark Channel, que ya antes nos atormentara con otras miniseries en las que se metían, entre otros, con el mago Merlín. A esta que ahora nos ocupa, el canal la promocionó con muchos bombos y platillos. Creyendo, ingenuamente, que tenía algo que ver con la historia del célebre descubrimiento, en 1922, de la tumba del Faraón Niño, lo primero que pensé fue que Casper Van Dien ni de lejos daba para el papel de Howard Carter. Claro, pero es que no interpreta a Howard Carter ni mucho menos a Lord Carnarvon, los afamados realizadores del descubrimiento en cuestión. Tenemos aquí una historia fantástica tirada de los pelos y que debe estar haciendo que no sólo Carter y Carnarvon, sino el propio Tutankamón (junto con sus predecesores y sucesores en el trono) se revuelquen en la tumba.

La miniserie es, sí, una maldición; pero no mayor que la que desde hace años viene padeciendo el infortunado Mulcahy. Cómo tras tan prometedor comienzo fue a terminar dirigiendo este bodrio, es un misterio que deja enanos los secretos de la Gran Pirámide y las más delirantes fantasías ocultistas, maldición de Tutankamón incluida.

Más que película de serie B, se trata de una miniserie de unos cinco episodios de aproximadamente cincuenta minutos cada uno, que se pueden ver sin forzar la máquina en un par de días, como he hecho yo. Sin saber más, su propuesta es atractiva, al trasladarnos a una aventura en el Egipto colonial de 1922, con elementos de ciencia ficción y fantasía. Sin embargo, se trata de serie B y eso no hay quién pueda ocultarlo. Es curioso, pero hay algo que delata a este tipo de productos, no sé si es por el manejo de la cámara, por los planos que usa, por su ritmo más plomizo o por sus pocos medios económicos que se traducen en efectos especiales mediocres, pero así es.

En cualquier caso, y pese a sus muchos defectos, no me atrevería a catalogar "La maldición de la tumba de Tutankamón" de rollo. Tiene un formato que recuerda a los cómics, los personajes caen bien y su argumento es lo suficientemente atractivo como para mantenernos interesados. Por otro lado, su originalidad es escasa, siendo un refrito de un refrito vuelto a freír, es decir, la copia devaluada de "En busca del arda perdida" (1981) y "La momia" (1999), pero como las originales son buenas, se ve con condescendencia esta aventura ligera. Eso sí, los fallos históricos son tremendos y canta demasiado hacer pasar la India en la que se ha rodado por el Egipto de 1922.