Los Picapiedra (Serie de TV)

Sí. Así como lee el título, es de las series que toda mi vida me ha gustado verlo y es con los Picapiedra. Se desarrollaba en la ciudad norteamericana de Piedradura en el que dos señores y grandes amigos Pedro Picapiedra y Pablo Mármol se meten en cualquier situación y aventuras por doquier. Tienen sus dos esposas: Vilma y Betty, respectivamente, que a su vez son vecinas y amigas. Sus grandes aportes a la serie son la utilización de animales prehistóricos personificados en electrodomésticos y máquinas para facilitar el trabajo, no obstante, dichos animales podían manifestar su agrado o descontento del trabajo por realizar. Sus vestimentas, obviamente acorde con la edad de piedra que eran piel de animal. Además de tener un troncomóvil en donde su motor eran sus piernas para correr hacia un destino determinado.
Pero me voy a concentrar con Pedro Picapiedra que es el protagonista de la serie que es muy porfiado, osado, seguro de sí mismo, cerrado, necio, machista e imponente que le encanta meterse en líos junto con su amigo que lo apoda de enano Pablo Mármol pese a que lo aconseja y trata de abrir la mente para no que haga locuras. Su esposa, Vilma es muy servicial, tolerante y le colabora en lo que necesita además procrean su hija llamada Pebbles, además de lidiar con su madre en el que no le agrada para nada a Pedro. Tiene una mascota bastante cariñosa, traviesa y perspicaz que se llama Dino y cuida a toda la familia. Pablo Mármol tiene su propia cónyuge Betty que lo apoya para todo y le apoda cariñosamente cuchi-cuchi y adoptan un niño fortachón que posee un bate y se llama Bamm-Bamm puesto que Pablo y Betty son estériles. Nunca se supo que trabajo ejecutó Pablo.
Su pasatiempo además de meterse en líos es jugar béisbol y bolos, asistir a las reuniones de la logia de los Búfalos mojados.Trabaja como obrero en la cantera del señor Rajuela por lo que debe guardar mejor relación lo más posible so pena de ser despedido.
Cada capítulo y embrollos eran muy impredecibles, así como los diálogos y los estereotipos que van llevando. Sin embargo, sacaban spin-off (derivadas) para darle más cuerda como lo son los hijos Pebbles y Bam-Bam ya adolescentes para resolver misterios, darles segundas, terceras, cuartas,... enésimas partes y hasta los mismos personajes de los Picapiedra ya muy niños. Ahora faltan cuando estén más ancianos para tratar de recrear lo que ya está raspado o trillado como por ejemplo en la olvidable y huesera película Los Picapiedra: viva las Vegas (ver crítica de la película: ¿¿¿seguimos en la edad de piedra???), entre otras que no me interesa recordar. Como consecuencia sus resultados fueron nefastos.
Así las cosas, los Picapiedra fue una gran serie animada en el que edad de piedra tiene sus encantos y más con Pedro Picapiedra y compañía que a pesar de sus grandes defectos y reconocer tardíamente sus errores siempre ameniza con sus aventuras que emprende, además de su carisma y el gracejo que siempre los caracterizaba en el estereotipo que llevaban. Por eso y por otras cosas más: ¡¡¡Yabba dabba doo!!! y que la edad de piedra en esta serie clásica, nunca pasará de moda y me quedo con la de antaño porque las secuelas nunca satisfacen a la original. Como siempre he dicho que las series originales y clásicas hay que dejarlas quietas y no modificarlas o reciclarlas por ningún motivo. Así están muy bien.

Graandeee, grandeeee, grandeee.

No existe otra palabra para describir a este clásico de la animación, creados por los grandes Hannah y Barbera. Es de los más grandes que se ha hecho para la TV y el cine.

Diversión, risas, familia, una sonrisa y temas adultos convertidos en lenguaje y dibujos para niños ¿Qué más se puede pedir a estos dibujos animados? Que no dejen de existir.

Ya no se hacen dibujos como estos que tenían, por encima de todo, valores. Yo opino que no deberían dejar de existir.

De niño yo adoraba esta serie, verla era un placer y la disfrute al máximo, pero ahora de adulto la detesto, me doy cuenta que el personaje de Pedro Picapiedra es un machista, bruto y abusador y el pobre Pablo es un idiota.

El resto de personajes van de acuerdo a los dos primeros y los capítulos son aunque algunos medio divertidos, siempre se manchan con la actitud errada del protagonista.

Trato de tenerle un recuerdo cariñoso pero cuando me recuerdo del abusador de Pedro Picapiedra, todo se va al trasto.

Sin Pedro Picapiedra, nunca hubiéramos tenido a Homer Simpson. Hace muy poco tiempo que un guionista sagaz como Mark Russell se unió al dibujante Steve Pugh para hacer una re-actualización del fenómeno que fue aquella familia prehistórica. Muchos se sorprendieron de la inteligente y brillante sátira que sacaron adelante, pero es que los mimbres siempre estuvieron allí.

Hanna-Barbera encontró aquí una gallina de los huevos de oro que tuvo una trascendencia innegable. Es cierto que los efectos de paso del tiempo pueden haber erosionado algunos elementos de esta joya de la animación, pero la estructura sigue resultando tan atractiva como siempre.

Homenajes a mitos como El Gordo y el Flaco (como bien advierte una reseña en esta misma página) muestran las ricas influencias de punto de partido que tuvo este universo. La popularidad del show llevó incluso a que hicieran parodias de iconos del cine de espías como James Bond. Como todo gran programa, tuvo episodios posteriores donde incorporaron elementos absurdos como un marciano al que solamente Pedro podía ver.

Demonios, incluso Pebbles y Bam Bam se nos hicieron mayores. Un espacio donde los electrodomésticos se quejaban de lo tedioso de su existencia porque no dejaban de ser dinosaurios atrapados en una metáfora que no era la suya.

Un show irrepetible y con una estética que creó escuela. Yabadabadu.

¡VILMA, VILMAAAAA, ÁÁÁBREME LA PUERTA!, quién no lo recuerda, quién no conoce el grito de guerra de Pedro Picapiedra, quién alguna vez no se quedó boquiabierto al ver la incongruencia de mover un pesado automóvil -no auto móvil- con la sola fuerza motriz de los pies en vez de ir simplemente hasta nuestro destino, andando o corriendo, a quién no le hizo gracia alguna vez, ver usar a un pájaro prehistórico cómo gramófono, a un mamut cómo manguera o a un jabalí diente de sable cómo triturador de basura. Por todo lo demás, "Los Picapiedra" no es nada más que una serie de humor familiar hecha con dibujos animados; donde se plantean los problemas de la clase media americana de los años sesenta, aquella que habitaba en aquellas urbanizaciones con casitas de vallas blancas. ¡Pero qué imaginación!, ¡señores!, ¡qué derroche de talento!, ¡señoras!, ¡y qué maravilla de ingenua ingeniosidad!, ¡señoras y señores!