Chevalier: Pasión y libertad

Es un lujo poder ver una película hecha con gusto y cuidado que además saca a la luz algún personaje o hecho histórico desconocido para el público. Es el caso de Chevalier, que nos recuerda alguna serie de época pero que aporta mucha más credibilidad al estar basada en hechos y personajes reales. No sabemos la proporción de realidad y ficción que compone la película, pero indudablemente es un placer desde el punto de vista musical, con fragmentos muy bien escogidos que colaboran a meter al espectador en el ambiente musical del periodo histórico. Colaboran también el vestuario, la fotografía, la luz y los diálogos, breves pero suficientes para caracterizar a los personajes. Por todo ello, es una película amable de ver que instruye y da a conocer a un compositor desconocido y ahonda en el conocimiento de un periodo histórico.

Stephen Williams inteligentemente nos trae la historia poco conocida de Joseph Bologne conocido como Chevalier, un chico negro nacido entre el cruce de un rico hacendado y su esclava, pero al contrario de lo que se solía hacer en estos casos, dejar que el chico creciera en la plantación y tener una vida como esclavo, lo acogió y lo llevó a los mejores sitios para formarlo en la música y en el esgrima, donde llegó a ser de los mejores del país.

Es muy curioso porque hablamos de un personaje menospreciado por su color y por sus orígenes, poco a poco se transforma en un personaje querido y admirado en la sociedad francesa. Pues todo este proceso será un disfrute para el espectador en Chevalier. Habrá momentos sublimes, musicalmente hablando o en el arte deportivo del esgrima. Tendremos drama, risas, violencia, venganza, hasta los cimientos de una futura revolución. No olvidemos que en ésta historia interviene la muy criticada reina Maria Antonieta de Austria, que realmente no levantaba pasiones entre sus súbditos.

Yo me lo he pasado muy bien, con interpretaciones sublimes. Muy recomendable.