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Amante prohibido

Drama. Romance André, un abogado casado, se encarga de defender a Yvette, una bella joven acusada de hurto. Durante la preparación de la defensa, se sentirá cada vez más atraído por ella hasta el punto que no verá que Yvette no está siendo sincera con él. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
26 de marzo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claude Autant-Lara fue uno de esos directores odiados por los chicos de la Nouvelle Vague. Consideraban su cine acartonado, apolillado, convencional y acomodaticio. Quién les iba a decir que muchos años después ellos acabarían rodando películas tan profesionales, convencionales y acomodaticias como En cas de malheur, al menos Truffaut y Chabrol. Godard siempre fue por libre, y Rohmer siempre fue proclive a los largos y farragosos diálogos. Pues bien, En cas de malheur (me niego a emplear el absurdo título de FA; deberían recordar que en su momento se estrenó como En caso de desgracia) es una película muy presentable, realizada con buen ritmo, muy bien fotografiada, con un guión trabado con firmeza a partir de la novela de Georges Simenon.
Por supuesto, el mayor aliciente de la cinta es el enfrentamiento entre dos monstruos sagrados del cine francés: Jean Gabin, que siempre pareció mucho mayor de lo que era, y la maravillosa Brigitte Bardot, en su primera prestación verdaderamente dramática después de una serie de comedietas inofensivas. El resultado es excelente y acaba en tablas. Él, colérico, impulsivo, seguro de sí mismo, pero blando en el fondo; ella, la gatita frágil, de escasa inteligencia, necesitada de protección y de amor. Ella es lo que lo es, no puede remediarlo (ni quiere), y los hombres siempre serán su perdición. Sobre todo porque elige mal. Muy mal. Bardot no se arredra ante el gigante del cine galo y le da la réplica con su repertorio de mohines y fruncimientos de sus adorables labios. ¡Ay, si pudieran hablar esos morros impúdicos! Los años transcurridos no la han apolillado, gracias a esa atmósfera de despreocupada inmoralidad tan querida por el cine de allende los Pirineos.
Para mis hermanos erotómanos, no os hagáis muchas ilusiones. Ella enseña su precioso culo durante unos 10 segundos como máximo. Pero la película, en sí, vale la pena.
Eduardo
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14 de agosto de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean Gabin siempre garantiza con su presencia un trabajo de primera. Original trama del abogado y su relación flexible con su esposa, teniendo esta adolescente infartante como amante.Cuando Brigitte Bardot se mueve parece una leona con su cabello al viento.
Tampoco está mal el contraste con el novio adolescente de ella y el lugar donde vive: una mugre en todo sentido y por otra parte la opulenta vida del abogado. Aunque no alcanza para tener la satisfacción completa.
Sigfrido2
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22 de mayo de 2024
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Cuando Jean Gabin anunció en 1958 su intención de rodar una segunda película bajo la dirección de Claude Autant-Lara, todos se quedaron algo sorprendidos porque la verdad es que la pareja no es que se apreciase mucho que digamos, dos años antes, durante el rodaje de ”Travesía de París (La Traversée de Paris)” la química no surgió precisamente entre ellos dos, además Autant-Lara consideraba a Gabin como un actor limitado (sin comentarios, hay gente para todo), pero claro, Gabin tenía el don de atraer multitudes y esto no le desagrada a ningún director. En cuanto a Gabin tenía dos buenas razones para superar sus desganas y embarcarse en este nuevo proyecto: La primera se debe a su marcado gusto por el mundo de Georges Simenon, en aquella época, el actor ya había rodado cuatro películas inspiradas en la obra del escritor, y tras “En caso de desgracia” rodará cinco más, convirtiéndose así en el actor que más veces ha interpretado en el cine personajes salidos de la imaginación del gran novelista belga; la segunda motivación que empujó a Gabin a aceptar este proyecto es el placer que para él suponía volver a actuar junto a Edwige Feuillère, la actriz estaba igualmente encantada de volver a encontrarse con Gabin.

Filmada en los estudios de Joinville del 4 de noviembre de 1957 al 4 de febrero de 1958, el rodaje no fue para nada sencillo, en primer lugar al principio se produjo la ausencia de Bardot, que estaba ultimando la película de Vadim “Los joyeros del claro de luna”, esto provocó que algunas escenas no se pudieran rodar, después, y como era de esperar, sus relaciones con Claude Autant-Lara se deterioraron rápidamente, el entendimiento entre los dos fue de todo menos que cordial, según comentó el propio Jean Aurenche, coautor del guion junto con Pierre Bost, con el paso de las semanas los problemas se fueron solucionando y Autant-Lara terminó logrando que el dúo Bardot-Gabin funcionase a la perfección. La película se estrenó en París en septiembre de 1958 en los cines "Le Colisée" de los Campos Elíseos y en el Marivaux del Grands Boulevard, dos preciosas salas que no tuvieron problemas para llenarse, la primera semana atrajo a 25.000 espectadores en el Marivaux y a 18.000 en el Colisée, es decir, 43.000 espectadores en dos salas, el éxito continuó la semana siguiente con 40.052 espectadores, en nueve semanas la película fue vista por 280.000 espectadores en las dos salas, todo un gran triunfo, al final atrajo a más de tres millones de espectadores en toda Francia, un resultado muy bueno y sólido para una película prohibida para menores.

Autant-Lara filma otra estupenda película tras la excelente “La traversee de Paris”, rindiendo homenaje a Georges Simenon con una perfecta descripción de los diferentes niveles sociales, ya sea la burguesía o el proletariado. La pareja GABIN/BARDOT funciona de maravilla, GABIN es sin duda un especialista en adaptaciones de SIMENON y cree que las novelas del escritor fueron hechas para él, endiabladamente débil ante la carne joven, encarna perfectamente a este burgués desgarrado por el deseo y dispuesto a todo para lograr su objetivo. Brigitte BARDOT, nunca ha estado tan atractiva, deseable, inocente y al mismo tiempo tan perversa, jugando a la perfección con su extraordinario físico, asumiendo la tentación que despierta en los hombres, un arma formidable cuando no se tienen otras grandes habilidades, un lobo en un mundo de lobos. Tampoco debemos de olvidarnos de la gran actuación de Edwige FEUILLERE, perfecta como mujer despechada pero que debe tragarse su orgullo, su tristeza, para mantener la cabeza en alto y guardar las apariencias.

Una muy sugerente y sórdida película, un relato sombrío de la naturaleza humana en donde nadie es totalmente bueno, todos los personajes son grises, todos tienen sus luces y sus sombras.
Juan Marey
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